Sun cambia de dirección

spot_img

Sun Microsystems apuesta todas sus fichas a una nueva línea de computadoras – cuyo nombre código es Galaxy – para reinventarse y catapultarse, algo que anda buscando desde el colapso de las puntocom en 2000.

La línea Galaxy es producto del trabajo creativo de Andreas Bechtolsheim, uno de los fundadores de Sun quien regresa a la compañía para dedicarse a diseñar e implementar una vuelta a los orígenes.

Bechtolsheim se fue de Sun en 1995 para fundar Granite Systems, una empresa que se dedicaría a fabricar sistemas de redes de alta velocidad. Pasado un tiempo la vendió a Cisco Systems y fundó Kealia para fabricar servidores estándar. Kealia fue comprada por Sun a principios del año pasado y con esa adquisición recuperó a Bechtolsheim y todo lo que éste había hecho durante el tiempo invertido en otras compañías.

Hacía tiempo que el CEO de Sun, Scott G. McNealy, andaba detrás de alguna idea revolucionaria que le permitiera superar el estancamiento y provocar un crecimiento exponencial similar al que conoció Apple gracias al iPod.

Las nuevas máquinas, que serán presentadas esta semana en Nueva York, parecen ser un intento de la compañía de recuperar su pasado liderazgo en el sector de los mercados financieros. Durante mucho tiempo Sun insistió en mantener sus sistemas ligados a estándares propios y software propietarios, compatibles con otros productos de la misma compañía. Pero Bechtolsheim, que diseñó el prototipo de la primera estación de trabajo Sun cuando todavía era un estudiante universitario en 1982, la nueva línea de productos Galaxy es un regreso a las raíces de la compañía.

La primera estación de trabajo Sun fue construida con un microprocesador estándar y componentes fáciles de conseguir y que la convirtieron en una alternativa económica del hardware que se compraba por aquellos días. Lo que hizo ahora Bechtolsheim es algo parecido.

A diferencia de los actuales servidores empresariales Sun – basados en microprocesadores propietarios Sparc y diseñados para correr principalmente Solaris, la versión que hizo Sun del sistema operativo Unix – las nuevas máquinas Galaxy correrán Solaris, Windows y Linux, alternativamente o también en forma simultánea.

Las computadoras Galaxy aprovechan la popularidad de los microprocesadores Opteron de 64 bits de AMD (Advanced Micro Devices) pero agregan características que conservan energía y facilitan el uso y mantenimiento de los sistemas.

En este terreno, Sun compite con IBM y Hewlett-Packard, que también están desarrollando computadoras basadas en chips AMD. El otro competidor, Dell, por ahora no abandona los chips Intel.

El chip Opteron llegó en buen momento, pues en los últimos años Intel comentió una serie de errores estratégicos. Primero apostó a que podría impedir el acceso de AMD a la franja más cara del mercado de computación, que entonces estaba dominada por chips de 32 bits que corrían sobre sistema operativo x86 creando un nuevo estándar que AMD no podría clonar. La estrategia falló cuando su nuevo chip Itanium de 64 bits, resultó lento en conquistar participación de mercado y AMD diseñó el Opterón, un chip de 64 bits compatible con el sistema x86. Ahora Intel hace lo imposible por recuperar terreno.

Para Bechtolsheim, que invirtió US$ 200.000 en Google en su primera etapa y ya es millonario, lo que más importa es que los nuevos sistemas sean la prueba de que está haciendo lo que quiere a los 49 años.

La línea Galaxy es producto del trabajo creativo de Andreas Bechtolsheim, uno de los fundadores de Sun quien regresa a la compañía para dedicarse a diseñar e implementar una vuelta a los orígenes.

Bechtolsheim se fue de Sun en 1995 para fundar Granite Systems, una empresa que se dedicaría a fabricar sistemas de redes de alta velocidad. Pasado un tiempo la vendió a Cisco Systems y fundó Kealia para fabricar servidores estándar. Kealia fue comprada por Sun a principios del año pasado y con esa adquisición recuperó a Bechtolsheim y todo lo que éste había hecho durante el tiempo invertido en otras compañías.

Hacía tiempo que el CEO de Sun, Scott G. McNealy, andaba detrás de alguna idea revolucionaria que le permitiera superar el estancamiento y provocar un crecimiento exponencial similar al que conoció Apple gracias al iPod.

Las nuevas máquinas, que serán presentadas esta semana en Nueva York, parecen ser un intento de la compañía de recuperar su pasado liderazgo en el sector de los mercados financieros. Durante mucho tiempo Sun insistió en mantener sus sistemas ligados a estándares propios y software propietarios, compatibles con otros productos de la misma compañía. Pero Bechtolsheim, que diseñó el prototipo de la primera estación de trabajo Sun cuando todavía era un estudiante universitario en 1982, la nueva línea de productos Galaxy es un regreso a las raíces de la compañía.

La primera estación de trabajo Sun fue construida con un microprocesador estándar y componentes fáciles de conseguir y que la convirtieron en una alternativa económica del hardware que se compraba por aquellos días. Lo que hizo ahora Bechtolsheim es algo parecido.

A diferencia de los actuales servidores empresariales Sun – basados en microprocesadores propietarios Sparc y diseñados para correr principalmente Solaris, la versión que hizo Sun del sistema operativo Unix – las nuevas máquinas Galaxy correrán Solaris, Windows y Linux, alternativamente o también en forma simultánea.

Las computadoras Galaxy aprovechan la popularidad de los microprocesadores Opteron de 64 bits de AMD (Advanced Micro Devices) pero agregan características que conservan energía y facilitan el uso y mantenimiento de los sistemas.

En este terreno, Sun compite con IBM y Hewlett-Packard, que también están desarrollando computadoras basadas en chips AMD. El otro competidor, Dell, por ahora no abandona los chips Intel.

El chip Opteron llegó en buen momento, pues en los últimos años Intel comentió una serie de errores estratégicos. Primero apostó a que podría impedir el acceso de AMD a la franja más cara del mercado de computación, que entonces estaba dominada por chips de 32 bits que corrían sobre sistema operativo x86 creando un nuevo estándar que AMD no podría clonar. La estrategia falló cuando su nuevo chip Itanium de 64 bits, resultó lento en conquistar participación de mercado y AMD diseñó el Opterón, un chip de 64 bits compatible con el sistema x86. Ahora Intel hace lo imposible por recuperar terreno.

Para Bechtolsheim, que invirtió US$ 200.000 en Google en su primera etapa y ya es millonario, lo que más importa es que los nuevos sistemas sean la prueba de que está haciendo lo que quiere a los 49 años.

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO