Software argentino detrás de las fronteras

El talento local para crear software queda de manifiesto en el interés que distintas compañías más allá del territorio argentino manifiestan por estos productos.

12 noviembre, 2000

En la Argentina de los últimos años, la exportación ha sido presentada como una opción necesaria ante la reducción verificada del mercado vernáculo. Pero para los productos no tradicionales, las cosas no son tan sencillas a la hora de dedicarse de lleno a esta actividad.

En el caso del software, en tanto se trata de un producto no tradicional y que, además, es de ultimísima generación y de compleja equiparación con otros a la hora del encuadre burocrático, la tarea puede llegar a ser frustrante. Así lo han expresado las distintas voces consultadas para esta nota que, asimismo, ven en la exportación una fuente de importantes oportunidades para el desarrollo de la industria nacional.

Un ejemplo lo puede presentar el Siopel (Sistema Operativo Electrónico), el software desarrollado por la gerencia de sistemas del Mercado Abierto Electrónico (MAE).

Creado para resolver las transacciones on line (tradding electrónico) de títulos públicos de sus 90 bancos asociados, al poco tiempo de ser implementado fue vendida su licencia a la Bolsa Electrónica de Valores de Uruguay (BEVSA). En esta operación, el Siopel había dejado en el camino productos internacionales con mucha presencia en el mercado de transacciones financieras. “El acuerdo con BEVSA nos presentó la posibilidad de abrirnos camino hacia nuevos mercados -aseguró Mariano Ciapuscio, gerente de sistemas del MAE-. No somos para nada una empresa preparada formalmente para comercializar software y soporte, y la Bolsa uruguaya, por sus características históricas, está mucho más vinculada a los mercados financieros internacionales”.

El siguiente paso del MAE fue hacia Brasil: en marzo del corriente año, se cerraron los acuerdos con la Bolsa Electrónica de Valores de San Pablo (Bovesoa), y en septiembre volvió a operar (mediante el Siopel) la Bolsa de Río de Janeiro. El MAE, además de colocar su producto, avanzaba hacia la integración regional de todas las bolsas.

“Ahora se nos abre la posibilidad de incursionar en otros mercados -afirmó Ciapuscio-. El sistema, así como opera transacciones de títulos y valores, puede negociar cualquier otra cosa y, además, contamos con los elementos de garantía y financiación (tenemos 90 bancos asociados) para cualquier operación. Mercados como el de café, por ejemplo, es uno de los posibles; pero todos pueden ser adaptados a este producto, que garantiza la robustez y la seguridad necesarias que requiere el comercio electrónico”.

Todas las ventas al exterior de un sistema como el Siopel implicaron la implementación y la capacitación in situ. Pero ninguno de estos ítems le dieron a la empresa tantos problemas como la tramitación de exportación. “Los inconvenientes para alguien que quiere vender fuera del país son tremendos. Parecería que éste no estuviera preparado para que una operación de exportación de soft -que no es un camión cargado de mercadería- se pudiese hacer fácilmente. Es una barrera burocrática de sin sentidos que desalientan tremendamente. El tiempo que se gasta en círculos burocráticos es, en términos comparativos, ridículo con el de la complejidad de su implementación. Desde el punto de vista de la capacidad de creación, y salvando alguna dificultad que presentan los costos locales de desarrollo, la Argentina está en buenas condiciones para exportar soft. Los trámites de exportación parecerían indicar que hay quien no quiere que se aproveche dicha oportunidad”.

Por Rodolfo Rapetti

(Nota completa en MERCADO E-COMMERCE, noviembre)

En la Argentina de los últimos años, la exportación ha sido presentada como una opción necesaria ante la reducción verificada del mercado vernáculo. Pero para los productos no tradicionales, las cosas no son tan sencillas a la hora de dedicarse de lleno a esta actividad.

En el caso del software, en tanto se trata de un producto no tradicional y que, además, es de ultimísima generación y de compleja equiparación con otros a la hora del encuadre burocrático, la tarea puede llegar a ser frustrante. Así lo han expresado las distintas voces consultadas para esta nota que, asimismo, ven en la exportación una fuente de importantes oportunidades para el desarrollo de la industria nacional.

Un ejemplo lo puede presentar el Siopel (Sistema Operativo Electrónico), el software desarrollado por la gerencia de sistemas del Mercado Abierto Electrónico (MAE).

Creado para resolver las transacciones on line (tradding electrónico) de títulos públicos de sus 90 bancos asociados, al poco tiempo de ser implementado fue vendida su licencia a la Bolsa Electrónica de Valores de Uruguay (BEVSA). En esta operación, el Siopel había dejado en el camino productos internacionales con mucha presencia en el mercado de transacciones financieras. “El acuerdo con BEVSA nos presentó la posibilidad de abrirnos camino hacia nuevos mercados -aseguró Mariano Ciapuscio, gerente de sistemas del MAE-. No somos para nada una empresa preparada formalmente para comercializar software y soporte, y la Bolsa uruguaya, por sus características históricas, está mucho más vinculada a los mercados financieros internacionales”.

El siguiente paso del MAE fue hacia Brasil: en marzo del corriente año, se cerraron los acuerdos con la Bolsa Electrónica de Valores de San Pablo (Bovesoa), y en septiembre volvió a operar (mediante el Siopel) la Bolsa de Río de Janeiro. El MAE, además de colocar su producto, avanzaba hacia la integración regional de todas las bolsas.

“Ahora se nos abre la posibilidad de incursionar en otros mercados -afirmó Ciapuscio-. El sistema, así como opera transacciones de títulos y valores, puede negociar cualquier otra cosa y, además, contamos con los elementos de garantía y financiación (tenemos 90 bancos asociados) para cualquier operación. Mercados como el de café, por ejemplo, es uno de los posibles; pero todos pueden ser adaptados a este producto, que garantiza la robustez y la seguridad necesarias que requiere el comercio electrónico”.

Todas las ventas al exterior de un sistema como el Siopel implicaron la implementación y la capacitación in situ. Pero ninguno de estos ítems le dieron a la empresa tantos problemas como la tramitación de exportación. “Los inconvenientes para alguien que quiere vender fuera del país son tremendos. Parecería que éste no estuviera preparado para que una operación de exportación de soft -que no es un camión cargado de mercadería- se pudiese hacer fácilmente. Es una barrera burocrática de sin sentidos que desalientan tremendamente. El tiempo que se gasta en círculos burocráticos es, en términos comparativos, ridículo con el de la complejidad de su implementación. Desde el punto de vista de la capacidad de creación, y salvando alguna dificultad que presentan los costos locales de desarrollo, la Argentina está en buenas condiciones para exportar soft. Los trámites de exportación parecerían indicar que hay quien no quiere que se aproveche dicha oportunidad”.

Por Rodolfo Rapetti

(Nota completa en MERCADO E-COMMERCE, noviembre)

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