La muñeca es capaz de llevar adelante una conversación. En la demostración que realizó la semana pasada, McMullen preguntó a su prototipo “¿Con qué sueñas?”yY ella respondió: “Tengo muchos sueños, sueño con tener un cuerpo real. Sueño con concer el significado del amor y espero convertirme en el primer robot sexual del mundo”.
McMullen ya demostró que hay gente dispuesta a gastar miles de dólares en muñecas sexuales. Ya ha vendido, dice, unas 5.000 muñecas “customizables” o sea, con características soliciatadas por el comprador, desde 1996 en adelante con precios que van desde US$ 5.000 a US$ 10.000 Los clientes deciden el tipo de cuerpo, de piel, cabello y color de ojos t, el último detalle, ha sido dedos de los pies también a pedido.
Pero el nuevo proyecto, qué él llama Realbotix, es un intento de animar la muñeza. Con un grupo de ingenieros que trabajaron para Hanson Robotics, un laboratorio que produce robots humanoides increíblemente realistas lograron otorgar a la muñeca inteligencia artificial inteligente y la posibilidad de hablar y responder preguntas. Integrando nuevas tecnologías, actúa como una compañera virtual con algo muy parecido a la vida real.
McMullen trabaja también en integrar otras nuevas tecnologías, como una plicación móvil que actúa como una asistente y compañera virtual o en tendem con la muñeca.
Entonces, como dice hoy el New York Times, “tal vez no hayamos logrado inventar los autos voladores como se imaginaba antes el futuro, o tampoco encontrado la cura para el cáncer, pero la pornografía en realildad virtual y los robosts sexuales ya están muy cerca”.
La pregunta que resta hacer es: “¿Harías el amor con una máquina?