Pamela Ronald, especializada en genética de plantas montó un laboratorio donde crea variedades de arroz que puedan sobrevivir en condiciones duras, como una sucesión de sequías prolongadas. Los investigadores en us laboratorio dejaron sin agua a las plantas durante más de una semana. En una hilera están las plantas que usan de control. Esas se pusieron amarillas y colapsaron. Pero las plantas de la otra fila, las que tienen un gen agregado se mantienen gruesas, altas y verdes.
Aspiran a que estas y otras alteraciones ayuden no solamente al arroz sino también a otros cultivos a sobrevivir sequías devastadoras e impedir la escasez de alimentos en las partes más pobres del planeta.
Ronald trabaja desde hace más de 30 años en el intento de lograr que el arroz sea más resistente al estrés ambiental. Ese producto es la comida básica de más de la mitad de la población mundial.
Su trabajo pone de manifiesto el potencial de la genética para preservar modos de vida y también vidas humanas. Se propone también despejar los temores y las dudas que existen sobre los alimentos genéticamente modificados.