La hora están en el teléfono, en la computadora, en la tableta y también en el smartwatch. Pero como mucha gente sigue apegada a su clásico reloj pulsera, cuando compra un reloj inteligente es para controlarse la salud. Además, va a poder ver la hora, la fecha y el tiempo.
Lo principal es que es un gran controlador de la salud. Monitorean el sueño, los latidos del corazón, la presión arterial.
Hoy el espacio de los relojes inteligentes es extremadamente competitivo. Samsung lanzó el Galaxy Watch Active2 en septiembre y el próximo año tiene programado incorporarle la función de electrocardiograma y detección de caídas.
Verily, el brazo de investigaciones de Alphabet, acaba de obtener la autorización del gobierno para realizar pruebas de medición de electrocardiogramas usando una técnica diferente de las que usan Apple y Samsung.
Mientras todas esas características no se vendan como productos médicos no requieren pruebas formales, pero igualmente necesitan que organismos como la FAO en Estados Unidos le otorguen licencia para comercializar.
La compañía japonesa Omron domina el área de los monitores de presión sanguínea. Su reloj, llamado HeartGuide, tiene un puño inflable en la correa.
PKVitality, una compañía francesa de bio-dispositivos electrónicos wearables, ha desarrollado el K’Watch Glucose, con sensores que dan información sobre niveles de glucosa en forma permanente.
Todas estas son características que son capaces de salvar una vida y que ahora , con la entrada de cada vez más participantes, están cayendo por debajo de los US$ 100
