Nuevo debate sobre transgénicos

El descubrimiento del genoma lleva a investigar la relación entre enfermedades y alimentos manipulados genéticamente, e instala la discusión sobre la comercialización de estos productos.

6 julio, 2000

Científicos de la Universidad Cornell de Nueva York anunciaron hoy (jueves 6) que el mecanismo genético que vuelve comestibles las frutas y verduras podría estar ligado a la proliferación del cáncer.

Según las investigaciones, se ha encontrado en la evolución genética de alimentos tan importantes como el tomate genes similares a los oncogenes humanos corresponsables de la aparición de dicha enfermedad.

Los científicos explican que los alimentos que hoy consumimos al principio eran pobres en nutrientes y que su evolución natural, más la manipulación que hoy se practica en ellos, los hicieron aptos para el consumo.

Descubrimientos como éste ponen de manifiesto la necesidad de profundizar las investigaciones sobre la conveniencia de producir y consumir alimentos transgénicos.

Organizaciones ecologistas como Greenpeace comenzaron a actuar en este sentido trabando hace unos días el comercio de maíz manipulado genéticamente entre Brasil y la Argentina.

La Argentina es uno de los principales productores de alimentos transgénicos y exporta estos productos a más de 50 países, amparado en el acuerdo firmado en enero de este año en Montreal, ocasión en la cual 130 países aprobaron el Protocolo de Bioseguridad Alimentaria que regula el comercio internacional de este tipo de productos.

En conjunto, la Argentina, Estados Unidos y Canadá poseen 99% del suelo sembrado con productos transgénicos en todo el mundo, con lo que encabezan las actividades de un sector que crece de manera muy rápida, pero que, según la opinión de las organizaciones ambientalistas, no supone un verdadero avance para la humanidad.

Científicos de la Universidad Cornell de Nueva York anunciaron hoy (jueves 6) que el mecanismo genético que vuelve comestibles las frutas y verduras podría estar ligado a la proliferación del cáncer.

Según las investigaciones, se ha encontrado en la evolución genética de alimentos tan importantes como el tomate genes similares a los oncogenes humanos corresponsables de la aparición de dicha enfermedad.

Los científicos explican que los alimentos que hoy consumimos al principio eran pobres en nutrientes y que su evolución natural, más la manipulación que hoy se practica en ellos, los hicieron aptos para el consumo.

Descubrimientos como éste ponen de manifiesto la necesidad de profundizar las investigaciones sobre la conveniencia de producir y consumir alimentos transgénicos.

Organizaciones ecologistas como Greenpeace comenzaron a actuar en este sentido trabando hace unos días el comercio de maíz manipulado genéticamente entre Brasil y la Argentina.

La Argentina es uno de los principales productores de alimentos transgénicos y exporta estos productos a más de 50 países, amparado en el acuerdo firmado en enero de este año en Montreal, ocasión en la cual 130 países aprobaron el Protocolo de Bioseguridad Alimentaria que regula el comercio internacional de este tipo de productos.

En conjunto, la Argentina, Estados Unidos y Canadá poseen 99% del suelo sembrado con productos transgénicos en todo el mundo, con lo que encabezan las actividades de un sector que crece de manera muy rápida, pero que, según la opinión de las organizaciones ambientalistas, no supone un verdadero avance para la humanidad.

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