viernes, 22 de noviembre de 2024

Nube: cinco métodos infalibles para equivocarse seguro

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Los beneficios de esta tecnología son indiscutibles: acceso inmediato a la tecnología a precios razonables y controlables, sin riesgo de obsolescencia. Pero hay que saber elegir. Por Victor Cortes (*)

Los beneficios del modelo de computación en la nube son indiscutibles: acceso inmediato a la tecnología a precios razonables y controlables, sin riesgo de obsolescencia. Sin embargo, existe un punto clave para no transformar todas esas bellas promesas en un dolor de cabeza: la selección del proveedor adecuado en la nube.

 

A la hora de elegir, estos cinco errores pueden hacer la diferencia. 

 

Dejarse seducir por lo “gratis”.

Muchas veces, las empresas implementan soluciones en la nube que se promocionan como gratuitas, incluyendo algunas que manejan datos corporativos muy sensibles, como los CRM (las aplicaciones para gestión de clientes). Luego de un tiempo, descubren que por cuestiones personales o de negocios, el desarrollador comenzó a dedicarse a otra cosa y dejó el producto sin soporte ni mantenimiento. Para ese momento, la información sensible está almacenada en un sitio desconocido y recuperarla sale mucho más caro que haber hecho todo bien desde un principio.

 

No chequear dónde tiene sus oficinas el proveedor

Una vez más, la seducción llega por el tipo de producto, por su precio o por cualquier otro factor. Pero, de repente, llega la primera actualización y a la empresa usuaria ya no le sirve, porque maneja criterios o normativas de, pongamos un ejemplo cualquiera, Noruega. 

 

No prestar atención al idioma en que presta soporte.

Cuando estalla el problema sugerido en los puntos 1 ó 2, es normal, luego del instante de ira, intentar conectar con el proveedor para buscar solución. Es en ese momento en que del otro lado del teléfono surge una voz que, en perfecto noruego, nos indica repetidamente que no tiene ni idea de qué le estamos hablando.

 

Pasar rápidamente los términos y condiciones

Hay que prestar atención a detalles como, por ejemplo, en qué moneda se facturan los servicios. Los usuarios particulares de servicios en la nube suelen clickear donde dice “Acepto los términos y las condiciones” como si se tratara de un tic. En el caso de una empresa, seguir esa metodología de trabajo es muy riesgoso. Hay que leer con cuidado qué estamos autorizando a hacer con nuestra información sensible. Por otro lado, en ese mismo contrato debe quedar especificado si la facturación es en pesos. No es una sorpresa agradable encontrarse con una deuda mucho más grande que la esperada al final del mes.

 

Considerar que todos los proveedores en la nube son iguales

La realidad indica que algunos son multinacionales que dan la cara por los productos que comercializan, mientras que otros, que carecen de respaldo y de credenciales, podrían desaparecer sin más de un día para el otro, dejando todos los datos de las organizaciones que los contratan en, irónicamente, la nebulosa.

 

(*) Victor Cortes es Director Comercial Masivo del Mercado Empresas de Claro Argentina.

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