(EFE).- El descubrimiento de que el plástico puede conducir la electricidad ha valido el premio Nobel de Química de 2000 a tres científicos, los estadounidenses Alan J. Heeger y Alan G. MacDiarmid, y el japonés Hideki Shirakawa.
Según la justificación de la Real Academia Sueca de Ciencias, los premiados merecen el galardón por “su descubrimiento y desarrollo de los polímeros conductores”, una definición científica que oculta aplicaciones cercanas a la ciencia ficción.
Desde las ventanas inteligentes que eliminan la luz del sol, a las paredes luminosas en los hogares futuros, son algunas de las aplicaciones que se prevén para los plásticos conductores, fáciles de producir y poco costosos.
Heeger, MacDiarmid y Shirakawa “han sido pioneros en este campo desde los años 70 y por tanto han hecho de los polímeros conductores un campo de investigación de gran importancia para químicos y físicos”, destacó la Academia.
Por su parte, el científico ruso Jaurés Alfiórov, cuyo nombre de pila es un homenaje al teórico socialista francés Jean Jaurés, celebró hoy el Premio Nobel de Física como siempre, en su lugar de trabajo.
Alfiórov, pionero en los años ‘50 de los transistores, los heteroconductores y los semiconductores que dieron luego paso a Internet y a la arquitectura de las comunicaciones, es actualmente diputado comunista en la Duma (cámara baja del parlamento ruso).
Vicepresidente de la Academia de Ciencias de Rusia y miembro de otras instituciones científicas extranjeras, incluso en Estados Unidos, Alfiórov sigue a sus 70 años “trabajando de sol a sol”, según sus colegas.
Aunque Rusia consiguió hoy su cuarto Premio Nobel de Física, Alfiórovo es el sexto científico de este país que logra el galardón, tras Iliá Frank, Pável Cherenkov e Igor Tamm en 1958, Lev Landau en 1962 y Piotr Kapitsa en 1978.
(EFE).- El descubrimiento de que el plástico puede conducir la electricidad ha valido el premio Nobel de Química de 2000 a tres científicos, los estadounidenses Alan J. Heeger y Alan G. MacDiarmid, y el japonés Hideki Shirakawa.
Según la justificación de la Real Academia Sueca de Ciencias, los premiados merecen el galardón por “su descubrimiento y desarrollo de los polímeros conductores”, una definición científica que oculta aplicaciones cercanas a la ciencia ficción.
Desde las ventanas inteligentes que eliminan la luz del sol, a las paredes luminosas en los hogares futuros, son algunas de las aplicaciones que se prevén para los plásticos conductores, fáciles de producir y poco costosos.
Heeger, MacDiarmid y Shirakawa “han sido pioneros en este campo desde los años 70 y por tanto han hecho de los polímeros conductores un campo de investigación de gran importancia para químicos y físicos”, destacó la Academia.
Por su parte, el científico ruso Jaurés Alfiórov, cuyo nombre de pila es un homenaje al teórico socialista francés Jean Jaurés, celebró hoy el Premio Nobel de Física como siempre, en su lugar de trabajo.
Alfiórov, pionero en los años ‘50 de los transistores, los heteroconductores y los semiconductores que dieron luego paso a Internet y a la arquitectura de las comunicaciones, es actualmente diputado comunista en la Duma (cámara baja del parlamento ruso).
Vicepresidente de la Academia de Ciencias de Rusia y miembro de otras instituciones científicas extranjeras, incluso en Estados Unidos, Alfiórov sigue a sus 70 años “trabajando de sol a sol”, según sus colegas.
Aunque Rusia consiguió hoy su cuarto Premio Nobel de Física, Alfiórovo es el sexto científico de este país que logra el galardón, tras Iliá Frank, Pável Cherenkov e Igor Tamm en 1958, Lev Landau en 1962 y Piotr Kapitsa en 1978.