<p>Pero, opina Hiroko Tabuchi, en occidente no se usan como un Panasonic, un Sharp o un NEC. A pesar de que llevan años intentando imponerse en mercados extranjeros, los fabricantes japoneses de celulares tienen poca presencia más allá de las costas nacionales. <br />
Según Gerhard Fasol, presidente de la consultora tecnológica con sede en Tokio Eurotechnology, “lo que ocurre es que Japón está varios años adelantado en cualquier tecnología pero en esto no ha logrado extraer un negocio”.</p>
<p>Los japoneses llaman a este problema el síndrome Galápagos.</p>
<p>Los celulares japoneses son como las especies endémicas que Darwin encontró en las Islas Galápagos – con una evolución fantástica y divergente de sus primas en el continente__ explica el profesor Takeshi Natsuno.</p>
<p>Este año Natsuno, quien desarrolló un servicio inalámbrico para conectarse a Internet llamado i-Mode, reunió a las mentes más brillantes en el área para debatir de qué manera los celulares japoneses pueden globalizarse.</p>
<p>La visión japonesa que ellos tienen un teléfono de súper vanguardia. La pregunta es, entonces, por qué no pueden aprovechar esa ventaja.</p>
<p>El único fabricante con una participación global aceptable es Sony Ericsson, y esa compañía es un emprendimiento conjunto, con sede en Londres, entre japoneses y suecos. Y esa empresa ha tenido grandes pérdidas, con un retroceso en participación de mercado de 6,3% en el primer trimestre del año.</p>
<p>Los fabricantes japoneses pensaron que se habían posicionado para dominar la era de los datos digitales. Pero los fabricantes de teléfonos celulares fueron demasiado astutos. La industria se orientó hacia adentro. En los 90 fijaron un estándar para redes de segunda generación que fue rechazado en todos los otros mercados. Las transportadoras crearon servicios web protegidos por “alambrados” como el e-Mode. Esos universos móviles alentaron un inmenso comercio electrónico y mercados de contenido dentro de Japón, pero contribuyeron a aumentar el aislamiento del país del mercado global.</p>
<p>Luego Japón adoptó un estándar de tercera generación en 2001. el resto del mundo se quedaba atrás, con lo que los teléfonos japoneses terminaron siendo demasiado avanzados para la mayoría de los mercados.</p>
<p>Simultáneamente, el rápido crecimiento del mercado japonés de celulares a finales de los 90 y principios de los 2000 les daba a las empresas nacionales poco incentivo para comercializar hacia el extranjero. Pero ahora el mercado se está contrayendo notablemente, golpeado por una recesión y una economía cada vez más gris. La industria sigue fragmentada, con ocho fabricantes disputándose una parte de un mercado que será de menos de 30 millones de unidades este año.</p>
<p>En parte por eso varias empresas japonesas están ahora considerando un nuevo impulso hacia los mercados extranjeros.</p>
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Los celulares japoneses no logran globalizarse
A primera vista, los celulares japoneses son el sueño del amante de los gadgets: aptos para conectar a Internet y enviar emails, funcionan también como tarjetas de crédito, tarjetas de embarque y calculadoras de grasa corporal.