<p>Un grupo de investigadores de la Harvard Medical School y el Massachusetts General Hospital en Boston creó un láser basado en células vivas. El objetivo era superar una de las grandes limitaciones para las imágenes biológicas: es muy difícil obtener luz infrarroja visible dentro y fuera del cuerpo. <br />
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Los láseres vivientes tienen unas pocas partes básicas que proceden de la misma lista que cualquier láser. Primero, los científicos modifican la genética de células hepáticas para que produzcan grandes cantidades de las proteínas fluorescentes verdes que están desparramadas por toda la célula. Una célula cargada con esas proteínas actúa como amplificador de la energía lumínica. <br />
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Como un láser cualquiera, el láser-célula necesita una fuente de energía para que lo “bombee” y aumente el poder de la luz que puede emitir. Los investigadores bombearon los láseres vivientes pulsando las células con luz a través de un microscopio. Cuando la luz rebota por toda la célula y es reemitida por las proteínas fluorescentes, es amplificado aumentando en potencia antes de ser emitida en un rayo coherente. Para mantener a la luz rebotando el mayor tiempo posible para que adquiera la mayor potencia posible, el grupo de Boston colocó esas células dentro de una cavidad óptica biocompatible, que es básicamente un agujero diminuto y altamente reflexivo con forma de célula. <br />
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En el trabajo que titularon Nature Photonics, los investigadores de Boston sugieren que los láseres vivientes podrían ayudar a codificar información en la luz dentro y fuera del cuerpo. Esos “láseres vivientes” son totalmente diferentes de las células que hacen proteínas fluorescentes: por definición, un láser emite un rayo de luz fuerte y coherente. La luz láser es excelente para transportar información de un lugar a otro, como las distancias de un país a otro en las fibras ópticas que constituyen la columna vertebral de Internet.<br />
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Las imágenes ópticas pueden informar sobre los movimientos moleculares de los tejidos y las células en el cuerpo. Las proteínas fluorescentes que emiten luz visible o infrarroja son hoy herramientas comunes para estudiar biología celular en los tubos de ensayo. Pero llevar esa luz dentro y fuera del cuerpo es difícil porque la luz se difumina cuando pasa a través de los tejidos biológicos. Si estos láseres vivientes se convierten a sistemas prácticos, tienen la posibilidad de superar ese obstáculo. Podríamos imaginar entonces un implante médico híbrido viviente-no viviente debajo de la piel que pueda enviar hacia el exterior una corriente de información sobre biomarcadores en la sangre, por ejemplo. <br />
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Láseres hechos con células humanas
El láser viviente se basa en una célula viva que fabrica gran cantidad de proteína verde fluorescente. Promete superar la dificultad de obtener luz infrarroja visible dentro y fuera del cuerpo.