La tecnología transforma también la sexualidad

“Amor y sexo con robots: evolución de las relaciones humano-robot”. Tal, el título del libro recientemente publicado por David Levy, quien anuncia que para mediados de este siglo el amor con un robot será tan normal como el amor con otro ser humano.

3 enero, 2008

Levy anuncia en su libro que pronto los humanos se enamorarán de robots
y los elegirán para compañeros, amigos, objetos de amor y posiblemente
hasta parejas y cónyuges.
Pero eso no es todo. Levy, un experto en inteligencia artificial y autor también
de “Robots Unlimited,” lllega gradualmente a este vaticinio. Comienza
con lo que los científicos conocen sobre por qué los humanos se
enamoran de otros seres humanos. Hay deiz factores, escribe, y ellos incluyen
misterio, atracción recíproca y disposición para hacer una
relación. ¿Por qué, entonces, esos factores no pueden aplicarse
también a los robots?Hasta algo tan humano como la “atracción
mutua” se puede programar en la conducta de un robot.
Luego, Levit señala que somos perfectamente capaces de enamorarnos de no-humanos,
y eso incluye a nuestras mascotas, nuestros ositos de peluche, nuestras computadoras
y nuestras mascotas computarizadas (baste recordar la locura que provocó
el Tamagotchi) Una vez que uno advierte lo fácil que es pensar en la laptop
como una amiga cariñosa, cuánto más difícil será
imaginar sentimientos amorosos hacia un robot programado para interactuar con
nosotros exactamente en la forma que desea nuestro corazón?
Los humanos, escribe Levy, estamos como preparados para atribuir emociones a cualquier
cosa con la cual estamos en contacto íntimo, para sentir amor por objetos,
tanto animados como inanimados. Y los robots, argumenta, podrían resultar
ser todavía más queribles que algunos humanos. Para el año
2025 “a lo sumo,” vaticina, “las tecnologías de emoción
artificial” permitirán que los robots estén más emocionalmente
disponibles que el típico macho humano. “La idea de que un robot podría
gustar de nosotros podría parecer al principio un poquito siniestro, pero
si la conducta de ese robot es completamente consistente con nuestra afinidad
con el robot, ¿qué habría de malo en ello?
Esto llegará a producirse porque los robots cada vez serán más
parecidos a los humanos, y con ellos podremos mantener conversaciones inteligentes
y compartir emociones. Aunque suena a ciencia ficción, Levy asegura que
es posible. En los últimos 20 años, se han ido desarrollando progresivamente
robots más capaces de relacionarse con los humanos, y que esta tendencia
seguirá aumentando hasta que podamos vincularnos emocionalmente, amarlos
o mantener relaciones sexuales con ellos.
Una ventaja adicional: la gente podrá hacerse compañeros a medida,
tanto si desea tener un amigo para salir o viajar, como si lo que anhela es un
amante o un compañero sentimental.

El Club de Amsterdam

La misma idea ha sido tratada en el Club de Ámsterdam, formado por un
grupo de especialistas en prospectiva, ha analizado recientemente el futuro
de la sexualidad como consecuencia de la inmersión de la tecnología
en nuestra vida cotidiana.

La premisa del análisis, explica Olga Castro Perea en Tendencias 21,
es que así como la tecnología ha influido en nuestros valores
morales y en nuestra forma de relacionarnos socialmente, también pueda
influir en un cambio en las relaciones sexuales. Tecnología y sexualidad
han caminado juntas desde los inicios de la industria de la pornografía
que, desde el advenimiento de Internet, se convirtió en un negocio altamente
lucrativo.

El Club de Amsterdam ha analizado todos los aspectos y perspectivas de este
tema en el marco de su ciclo de conferencias mensual. Bajo el título
“El futuro de la sexualidad”, los especialistas Marie-Luise Janssen,
antropóloga de la universidad de Amsterdan; Melissa Gira, editora de
la revista on-line Sexerati.com; Luc Sala, autor de una docena de libros referidos
a actividades culturales y empresariales; y Mirjam Schieveld, directora del
Instituto Summer de ciencias sociales, aportaron sus diversas perspectivas a
esta cuestión.

Avances tecnológicos

Según la revista Internetactu, los prospectivistas señalaron
que muchas cosas han cambiado como consecuencia de la expansión tecnológica:
se ha disparado el mercado de objetos sexuales de última generación,
se ha terminado el tabú de la sexualidad en personas mayores en un mundo
envejecido, han aparecido nuevas fórmulas de pornografía on-line
(como la que posibilita Second Life, mundo virtual de interacción social
al que se puede acceder por Internet) y se ha desarrollado la sexualidad mediática,
es decir, la sexualidad potenciada por un medio de comunicación.

Por otro lado, han ido aumentando las llamadas interfaces hápticas (conexiones
que permiten el contacto a distancia) que han transformado considerablemente
la sexualidad, en especial aquéllas que cubren el cuerpo entero. La palabra
háptica hace alusión al conjunto de sensaciones no visuales y
no auditivas que experimenta un individuo.

En este sentido, es muy curiosa la maquinaria ideada por el escritor de ciencia
ficción Yann Minh de la que tal vez, un día, todo el mundo tenga
un ejemplar en su casa : la NooScaphe-X1. En la revista A thousands tomorrows
se ha señalado al respecto que un cibersexo más realista (gracias
a estas interfaces) podría significar en el futuro que la gente sea menos
proclive a buscar pareja en la vida real.

Pero la sexualidad del mañana no será sólo háptica,
es decir, que no sólo estará estimulada por el tacto a distancia,
sino quizá también radicalmente distinta a como hoy la concebimos.
El control directo sobre el cerebro por medio de dispositivos especiales nos
permitirá estimular áreas cerebrales relacionadas con la sexualidad,
en lugar de los órganos sexuales o las zonas erógenas del cuerpo,
aseguran los especialistas.

También bodas virtuales

Para los que, además de la satisfacción sexual, buscan en la
tecnología romanticismo, ésta también aportará novedades.
Por un lado, un analista de la consultora norteamericana Gartner, llamado Adam
Sarner ha predicho que en 2015, 2% de los ciudadanos norteamericanos estarán
casados en los mundos virtuales, publica la revista Networkworld.

Estos matrimonios online tendrán las mismas implicaciones legales que
los matrimonios del mundo real, al igual que los mismos derechos, lo que requerirá
de la revisión de algunas leyes. Según Sarner, las compañías
gastarán además más dinero en el marketing de productos
y servicios para personas virtuales en 2020 que en el mundo físico.

Para este analista, el éxito de los matrimonios online derivará
de la posibilidad de tener una conexión emocional con alguien, aunque
en realidad no se le conozca, que cuide de ti y a quien cuidar.

Levy anuncia en su libro que pronto los humanos se enamorarán de robots
y los elegirán para compañeros, amigos, objetos de amor y posiblemente
hasta parejas y cónyuges.
Pero eso no es todo. Levy, un experto en inteligencia artificial y autor también
de “Robots Unlimited,” lllega gradualmente a este vaticinio. Comienza
con lo que los científicos conocen sobre por qué los humanos se
enamoran de otros seres humanos. Hay deiz factores, escribe, y ellos incluyen
misterio, atracción recíproca y disposición para hacer una
relación. ¿Por qué, entonces, esos factores no pueden aplicarse
también a los robots?Hasta algo tan humano como la “atracción
mutua” se puede programar en la conducta de un robot.
Luego, Levit señala que somos perfectamente capaces de enamorarnos de no-humanos,
y eso incluye a nuestras mascotas, nuestros ositos de peluche, nuestras computadoras
y nuestras mascotas computarizadas (baste recordar la locura que provocó
el Tamagotchi) Una vez que uno advierte lo fácil que es pensar en la laptop
como una amiga cariñosa, cuánto más difícil será
imaginar sentimientos amorosos hacia un robot programado para interactuar con
nosotros exactamente en la forma que desea nuestro corazón?
Los humanos, escribe Levy, estamos como preparados para atribuir emociones a cualquier
cosa con la cual estamos en contacto íntimo, para sentir amor por objetos,
tanto animados como inanimados. Y los robots, argumenta, podrían resultar
ser todavía más queribles que algunos humanos. Para el año
2025 “a lo sumo,” vaticina, “las tecnologías de emoción
artificial” permitirán que los robots estén más emocionalmente
disponibles que el típico macho humano. “La idea de que un robot podría
gustar de nosotros podría parecer al principio un poquito siniestro, pero
si la conducta de ese robot es completamente consistente con nuestra afinidad
con el robot, ¿qué habría de malo en ello?
Esto llegará a producirse porque los robots cada vez serán más
parecidos a los humanos, y con ellos podremos mantener conversaciones inteligentes
y compartir emociones. Aunque suena a ciencia ficción, Levy asegura que
es posible. En los últimos 20 años, se han ido desarrollando progresivamente
robots más capaces de relacionarse con los humanos, y que esta tendencia
seguirá aumentando hasta que podamos vincularnos emocionalmente, amarlos
o mantener relaciones sexuales con ellos.
Una ventaja adicional: la gente podrá hacerse compañeros a medida,
tanto si desea tener un amigo para salir o viajar, como si lo que anhela es un
amante o un compañero sentimental.

El Club de Amsterdam

La misma idea ha sido tratada en el Club de Ámsterdam, formado por un
grupo de especialistas en prospectiva, ha analizado recientemente el futuro
de la sexualidad como consecuencia de la inmersión de la tecnología
en nuestra vida cotidiana.

La premisa del análisis, explica Olga Castro Perea en Tendencias 21,
es que así como la tecnología ha influido en nuestros valores
morales y en nuestra forma de relacionarnos socialmente, también pueda
influir en un cambio en las relaciones sexuales. Tecnología y sexualidad
han caminado juntas desde los inicios de la industria de la pornografía
que, desde el advenimiento de Internet, se convirtió en un negocio altamente
lucrativo.

El Club de Amsterdam ha analizado todos los aspectos y perspectivas de este
tema en el marco de su ciclo de conferencias mensual. Bajo el título
“El futuro de la sexualidad”, los especialistas Marie-Luise Janssen,
antropóloga de la universidad de Amsterdan; Melissa Gira, editora de
la revista on-line Sexerati.com; Luc Sala, autor de una docena de libros referidos
a actividades culturales y empresariales; y Mirjam Schieveld, directora del
Instituto Summer de ciencias sociales, aportaron sus diversas perspectivas a
esta cuestión.

Avances tecnológicos

Según la revista Internetactu, los prospectivistas señalaron
que muchas cosas han cambiado como consecuencia de la expansión tecnológica:
se ha disparado el mercado de objetos sexuales de última generación,
se ha terminado el tabú de la sexualidad en personas mayores en un mundo
envejecido, han aparecido nuevas fórmulas de pornografía on-line
(como la que posibilita Second Life, mundo virtual de interacción social
al que se puede acceder por Internet) y se ha desarrollado la sexualidad mediática,
es decir, la sexualidad potenciada por un medio de comunicación.

Por otro lado, han ido aumentando las llamadas interfaces hápticas (conexiones
que permiten el contacto a distancia) que han transformado considerablemente
la sexualidad, en especial aquéllas que cubren el cuerpo entero. La palabra
háptica hace alusión al conjunto de sensaciones no visuales y
no auditivas que experimenta un individuo.

En este sentido, es muy curiosa la maquinaria ideada por el escritor de ciencia
ficción Yann Minh de la que tal vez, un día, todo el mundo tenga
un ejemplar en su casa : la NooScaphe-X1. En la revista A thousands tomorrows
se ha señalado al respecto que un cibersexo más realista (gracias
a estas interfaces) podría significar en el futuro que la gente sea menos
proclive a buscar pareja en la vida real.

Pero la sexualidad del mañana no será sólo háptica,
es decir, que no sólo estará estimulada por el tacto a distancia,
sino quizá también radicalmente distinta a como hoy la concebimos.
El control directo sobre el cerebro por medio de dispositivos especiales nos
permitirá estimular áreas cerebrales relacionadas con la sexualidad,
en lugar de los órganos sexuales o las zonas erógenas del cuerpo,
aseguran los especialistas.

También bodas virtuales

Para los que, además de la satisfacción sexual, buscan en la
tecnología romanticismo, ésta también aportará novedades.
Por un lado, un analista de la consultora norteamericana Gartner, llamado Adam
Sarner ha predicho que en 2015, 2% de los ciudadanos norteamericanos estarán
casados en los mundos virtuales, publica la revista Networkworld.

Estos matrimonios online tendrán las mismas implicaciones legales que
los matrimonios del mundo real, al igual que los mismos derechos, lo que requerirá
de la revisión de algunas leyes. Según Sarner, las compañías
gastarán además más dinero en el marketing de productos
y servicios para personas virtuales en 2020 que en el mundo físico.

Para este analista, el éxito de los matrimonios online derivará
de la posibilidad de tener una conexión emocional con alguien, aunque
en realidad no se le conozca, que cuide de ti y a quien cuidar.

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