domingo, 29 de diciembre de 2024

La Inteligencia Artificial, ¿debe ser piloto o copiloto?

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Se escucha en casi todos los medios de comunicación sobre la utilización de herramientas basadas en Inteligencia Artificial, de forma que plantean un salto cuántico en la interacción que impulsa el uso de estas soluciones que incorporan elementos de creatividad, contexto y colaboración.

Por Sebastián Ordiz, (*)

A partir de eso, surgieron dudas y especulaciones sobre todo lo que esta nueva tecnología nos trae.
Es importante interrogarnos acerca del rol que está tomando la IA en la sociedad, y saber que, aunque ahora está en boca de todos, en realidad ya existe entre nosotros, desde hace mucho tiempo.
El primer programa exitoso se escribió en 1951 y, desde aquel momento a la actualidad, el objetivo estuvo siempre enfocado a “asistir a las personas para que su trabajo se hiciese de forma más eficiente y con mejores resultados”. Sin embargo, fue durante la segunda mitad de 2014 donde, todo se revolucionó.
Hoy existe una conciencia a mayor escala sobre la IA en la población general; es el claro ejemplo de SIRI y están surgiendo una explosión de nuevas empresas relacionadas con ella que buscan brindar soluciones más inteligentes para sus clientes.
“La IA puede ayudarnos en muchas tareas e incluso puede funcionar de manera ‘autónoma’, pero aún necesita la supervisión y el conocimiento humano para organizar todo el proceso. Actualmente ayuda a acelerar el proceso de prueba y a reducir el tiempo de mantenimiento, pero todavía hay desafíos por superar. Hoy es una herramienta que está muy unida al concepto de ciberseguridad ya que permite pronosticar amenazas, examinar las causas de los ataques de manera eficiente y mejorar la arquitectura de protección. Por eso muchas empresas la utilizan en pos de mejorar la seguridad de la red, aumentar la privacidad de los datos de la organización y aumentar la solidez en la nube, entre otros procesos.”
Para la industria del desarrollo de software, la incorporación de este algoritmo en la dinámica del trabajo trajo aparejados grandes beneficios para sus clientes: disminución de tiempos de feedback, generación de universos hipotéticos más abarcativos, lo que ayuda a que los productos de las plataformas empresariales sean más productivos.
“Hoy existe un acceso democratizado a las plataformas de hardware necesarias para ejecutar IA, lo que permite una proliferación de nuevas empresas y herramientas como CHATGPT, GITHUB COPILOT y otras que son fáciles de usar y proporcionan resultados significativos que se publicitan masivamente.”
Pero no hay que olvidarse que es una herramienta más, que no debe generar miedo y entender que como todo nuevo instrumento necesita para su correcto funcionamiento el criterio de un ser humano.
Al respecto Alejandro García, Director del Grupo de Investigación en Inteligencia Artificial de UTN Córdoba, quien recientemente participó del evento Connect IT –realizado en el hub de colaboración de Endava en la ciudad de Córdoba, dice: “con el nivel tecnológico alcanzado y la competencia de las empresas, podemos esperar que el avance de la IA se acelere en los próximos años. En este contexto es importante el papel de la educación en todos los niveles. La sociedad se deberá adaptar al cambio, a un cambio constante, donde es más importante inculcar una actitud que algún conocimiento específico. Los efectos que causen las máquinas con capacidades cognitivas son difíciles de predecir, por eso no es posible hacer una especie de plan de contingencia.”

Y agregó: “Esta situación puede causar temor debido a que estamos planteando un futuro con bastante incertidumbre, pero es importante tener en cuenta que los desarrollos en IA son llevados a cabo por personas, que el enfoque es lograr beneficios para la humanidad y que los riesgos y las acciones para mitigarlos son conocidos. Desde nuestros lugares, debemos tomar una posición activa, probar y analizar cada nuevo avance, aplicarlo para mejorar nuestro trabajo, sea el trabajo que sea, y disfrutarlo!”

Quizás muchas personas se sientan atemorizadas por la posible pérdida de su trabajo ante la potencialidad de ser reemplazado por un robot, pero también se puede abrir el debate para ver que no es un riego sino quizás una ventaja, un beneficio: quizás al acortar la jornada laboral gracias a su uso podamos tener una mejor calidad de vida. Y saber que todo cambio cultural conlleva riesgos para toda la población que al tomarlos y entenderlos, lograran con el tiempo generarnos mucha más confianza en ellos.
(*) Coordinador Regional de la disciplina de Desarrollo de Endava Latam

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