Internet: ¿un arma contra la pobreza?

Podría serlo cuando sea barata y accesible, según opinan los expertos que, en el marco de las Naciones Unidas, debaten el papel de las nuevas tecnologías informáticas en el desarrollo.

6 julio, 2000

(EFE).- Internet puede ser un arma contra la pobreza, pero hace falta que sea barata y de fácil acceso, a fin de reducir la “división digital” entre países generada por las nuevas tecnologías, subrayaron hoy expertos de la ONU y organismos internacionales.

Esta es una de las conclusiones que se desprende del debate que comenzó hoy (jueves 6) en la sesión de alto nivel del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (Ecosoc), en la que participan, entre otros, el secretario del Tesoro estadounidense, Lawrence Summers, y el presidente del Banco Mundial, James Wolfenson.

Las sesiones, que concluirán mañana (viernes 7), tienen como objetivo estudiar el papel de las nuevas tecnologías de la información (TI) para el desarrollo de los países, los desafíos y las dificultades, así como los medios para superarlas.

Wolfenson subrayó que la TI “no es la varita mágica” que resolverá los problemas de pobreza y desarrollo, pero instrumentos como Internet ofrecen un potencial enorme para lograr avances.

Según dijo, un estudio reciente del Banco Mundial muestra que 276 millones de personas se conectan a la red, de una población total mundial de 6.000 millones, lo que representa menos de 5%, y 90% de los que tienen acceso a Internet viven en el mundo industrializado.

Las inversiones en infraestructura informática en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde) representan US$ 130 por habitante, mientras en Africa son de US$ 9, señaló Wolfenson, para añadir que no pretendía abrumar con estadísticas, sino demostrar que existe un abismo y que “es muy grande”.

Summers, cuya visita es la primera de un secretario del Tesoro de Estados Unidos a la ONU, propuso un “nuevo consenso global” para acelerar el crecimiento económico en los países en desarrollo.

Según dijo, los avances de la tecnología de la información ofrecen “grandes oportunidades” para el desarrollo económico internacional, que es el mayor desafío de la Humanidad.

El funcionario estadounidense recomendó buscar el equilibro entre un apoyo financiero internacional adecuado al mundo en desarrollo y políticas económicas nacionales firmes para tener éxito en los esfuerzos.

Ese equilibrio debe centrarse en diez elementos clave, entre los que mencionó políticas orientadas al libre mercado, instituciones efectivas y la integración con el resto del mundo.

Además, citó una mayor inversión en educación y en salud básicas como elementos cruciales de esa estrategia porque, en su opinión, sin “mejoras sustanciales” en esos aspectos, los intentos de poner a los ciudadanos más pobres del mundo en la vía rápida de la tecnología y el crecimiento seguirán siendo un sueño.

Summers sugirió, además, un “tratamiento más realista de la deuda” de los países pobres y asumir que “no todos los préstamos serán reembolsados”.

“Debemos comprometernos para asegurar que el peso insostenible de la deuda no impida a los países pobres realizar su potencial económico”, según el secretario del Tesoro, quien defendió la necesidad de un sistema financiero global fuerte y estable y advirtió que la asistencia para el desarrollo es insuficiente, si no está acompañada de políticas adecuadas.

En su opinión, la historia ofrece numerosos ejemplos de países con abundantes recursos naturales que han invertido la ayuda exterior en “palacios, corrupción y cuentas bancarias en Suiza” y producido “poco o ningún beneficio tangible” para el pueblo.

El potencial de la tecnología de la información en general, y de Internet en particular, fue también destacado por la vicesecretaria general de la ONU, Louise Frechette, aunque puntualizó que no es la “fórmula mágica que resolverá todos nuestros problemas”.

“No puede sustituir a las escuelas, los hospitales, las políticas económicas sólidas, las instituciones democráticas ni al imperio de la ley”, dijo.

Frechette señaló que se desaprovechará el potencial de la tecnología de la información si no se actúa con rapidez para superar la “división digital”, lo que requiere un compromiso de los países industrializados, sobre todo, pero también del sector privado, la sociedad civil y los gobiernos.

(EFE).- Internet puede ser un arma contra la pobreza, pero hace falta que sea barata y de fácil acceso, a fin de reducir la “división digital” entre países generada por las nuevas tecnologías, subrayaron hoy expertos de la ONU y organismos internacionales.

Esta es una de las conclusiones que se desprende del debate que comenzó hoy (jueves 6) en la sesión de alto nivel del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (Ecosoc), en la que participan, entre otros, el secretario del Tesoro estadounidense, Lawrence Summers, y el presidente del Banco Mundial, James Wolfenson.

Las sesiones, que concluirán mañana (viernes 7), tienen como objetivo estudiar el papel de las nuevas tecnologías de la información (TI) para el desarrollo de los países, los desafíos y las dificultades, así como los medios para superarlas.

Wolfenson subrayó que la TI “no es la varita mágica” que resolverá los problemas de pobreza y desarrollo, pero instrumentos como Internet ofrecen un potencial enorme para lograr avances.

Según dijo, un estudio reciente del Banco Mundial muestra que 276 millones de personas se conectan a la red, de una población total mundial de 6.000 millones, lo que representa menos de 5%, y 90% de los que tienen acceso a Internet viven en el mundo industrializado.

Las inversiones en infraestructura informática en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde) representan US$ 130 por habitante, mientras en Africa son de US$ 9, señaló Wolfenson, para añadir que no pretendía abrumar con estadísticas, sino demostrar que existe un abismo y que “es muy grande”.

Summers, cuya visita es la primera de un secretario del Tesoro de Estados Unidos a la ONU, propuso un “nuevo consenso global” para acelerar el crecimiento económico en los países en desarrollo.

Según dijo, los avances de la tecnología de la información ofrecen “grandes oportunidades” para el desarrollo económico internacional, que es el mayor desafío de la Humanidad.

El funcionario estadounidense recomendó buscar el equilibro entre un apoyo financiero internacional adecuado al mundo en desarrollo y políticas económicas nacionales firmes para tener éxito en los esfuerzos.

Ese equilibrio debe centrarse en diez elementos clave, entre los que mencionó políticas orientadas al libre mercado, instituciones efectivas y la integración con el resto del mundo.

Además, citó una mayor inversión en educación y en salud básicas como elementos cruciales de esa estrategia porque, en su opinión, sin “mejoras sustanciales” en esos aspectos, los intentos de poner a los ciudadanos más pobres del mundo en la vía rápida de la tecnología y el crecimiento seguirán siendo un sueño.

Summers sugirió, además, un “tratamiento más realista de la deuda” de los países pobres y asumir que “no todos los préstamos serán reembolsados”.

“Debemos comprometernos para asegurar que el peso insostenible de la deuda no impida a los países pobres realizar su potencial económico”, según el secretario del Tesoro, quien defendió la necesidad de un sistema financiero global fuerte y estable y advirtió que la asistencia para el desarrollo es insuficiente, si no está acompañada de políticas adecuadas.

En su opinión, la historia ofrece numerosos ejemplos de países con abundantes recursos naturales que han invertido la ayuda exterior en “palacios, corrupción y cuentas bancarias en Suiza” y producido “poco o ningún beneficio tangible” para el pueblo.

El potencial de la tecnología de la información en general, y de Internet en particular, fue también destacado por la vicesecretaria general de la ONU, Louise Frechette, aunque puntualizó que no es la “fórmula mágica que resolverá todos nuestros problemas”.

“No puede sustituir a las escuelas, los hospitales, las políticas económicas sólidas, las instituciones democráticas ni al imperio de la ley”, dijo.

Frechette señaló que se desaprovechará el potencial de la tecnología de la información si no se actúa con rapidez para superar la “división digital”, lo que requiere un compromiso de los países industrializados, sobre todo, pero también del sector privado, la sociedad civil y los gobiernos.

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