Cae el dólar, suben el gasto y las deudas del público

El gasto y el endeudamiento personales volvieron a subir en agosto. Según el departamento de Comercio, ambos factores podrían acelerar la parcial reactivación económica. Salvo que el desempleo y la debilidad del dólar compliquen el panorama.

29 septiembre, 2003

De acuerdo con estadísticas oficiales, el gasto de las personas se elevó 0,8% en agosto, luego de registrar +0,9% en julio. A su vez, el ingreso de las personas recobró 0,2%. Washington lo atribuye al segundo paquete de rebajas tributarias, lanzado en abril.

Wall Street apostaba a 0,3% en el segundo rubro, pero acertó con el primero. Esto explica la reacción algo pálida notada en la plaza bursátil.

Algunas desgravaciones y el bajo costo del crédito favorecieron a familias con chicos en edad escolar. Por ende, sus ingresos netos disponibles (los totales descontando impuestos y servicios) avanzaron 1,5% en julio –el mayor margen desde enero de 2002, cuando el impulso provenía del primer paquete ofertista- y 0,9% en agosto.

A diferencia de entonces, ahora los consumidores no canalizan todo a compras. Ello se refleja en una tasa de ahorro interno que alcanza 3,8%, el mayor nivel desde febrero. “La gente vuelve a ahorrar porque calcula que el desempleo seguirá bastante tiempo por encima de 6%”, subrayaba Bradford Long (universidad de California, Berkeley). De hecho, en septiembre, la economía parece haber eliminado más puestos laborales.

“La contracción de salarios nominales pone en tela de juicio la futura capacidad de los consumidores para seguir impulsando la economía como hasta ahora”. Así teme un informe de FleetBoston Financial –séptimo banco del país- para sus clientes.

La ola compradora de agosto tiene una explicación coyuntural: entre mediados de julio y fines del mes siguiente, el gobierno federal restituyó a los contribuyentes US$ 13.700 millones en impuestos abonados y luego rebajados. Naturalmente, esto eleva el déficit fiscal del ejercicio que ya cierra.

Mientras los mercados absorbían esas cifras, el dólar sufrió una inesperada caída ante el euro y la mayoría de las divisas principales. Ahora, por una insistente versión: Washington presionaría contra su propia moneda para mejorar la rentabilidad empresaria y forzar un ritmo más firme de reactivación (obviamente, por razones electorales).

El euro saltó a US$ 1,16, máximo desde principios de julio y 7,1% de aumento en el mes. A apenas ¥ 111, el dólar toca el mínimo desde diciembre de 2000 y cede 5,1% en el mes.

De acuerdo con estadísticas oficiales, el gasto de las personas se elevó 0,8% en agosto, luego de registrar +0,9% en julio. A su vez, el ingreso de las personas recobró 0,2%. Washington lo atribuye al segundo paquete de rebajas tributarias, lanzado en abril.

Wall Street apostaba a 0,3% en el segundo rubro, pero acertó con el primero. Esto explica la reacción algo pálida notada en la plaza bursátil.

Algunas desgravaciones y el bajo costo del crédito favorecieron a familias con chicos en edad escolar. Por ende, sus ingresos netos disponibles (los totales descontando impuestos y servicios) avanzaron 1,5% en julio –el mayor margen desde enero de 2002, cuando el impulso provenía del primer paquete ofertista- y 0,9% en agosto.

A diferencia de entonces, ahora los consumidores no canalizan todo a compras. Ello se refleja en una tasa de ahorro interno que alcanza 3,8%, el mayor nivel desde febrero. “La gente vuelve a ahorrar porque calcula que el desempleo seguirá bastante tiempo por encima de 6%”, subrayaba Bradford Long (universidad de California, Berkeley). De hecho, en septiembre, la economía parece haber eliminado más puestos laborales.

“La contracción de salarios nominales pone en tela de juicio la futura capacidad de los consumidores para seguir impulsando la economía como hasta ahora”. Así teme un informe de FleetBoston Financial –séptimo banco del país- para sus clientes.

La ola compradora de agosto tiene una explicación coyuntural: entre mediados de julio y fines del mes siguiente, el gobierno federal restituyó a los contribuyentes US$ 13.700 millones en impuestos abonados y luego rebajados. Naturalmente, esto eleva el déficit fiscal del ejercicio que ya cierra.

Mientras los mercados absorbían esas cifras, el dólar sufrió una inesperada caída ante el euro y la mayoría de las divisas principales. Ahora, por una insistente versión: Washington presionaría contra su propia moneda para mejorar la rentabilidad empresaria y forzar un ritmo más firme de reactivación (obviamente, por razones electorales).

El euro saltó a US$ 1,16, máximo desde principios de julio y 7,1% de aumento en el mes. A apenas ¥ 111, el dólar toca el mínimo desde diciembre de 2000 y cede 5,1% en el mes.

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