Insisten sobre ética en biotecnología

Para los expertos, los avances en genética pueden servir para equilibrar la brecha entre países pobres y desarrollados o para aumentarla, según el uso que de ella se haga.

28 septiembre, 2000

(EFE).- La producción de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y el uso de las biotecnologías requieren mayor control por parte de los organismos internacionales y una finalidad ética en sus aplicaciones, según los expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“La biotecnología es un instrumento eficaz que puede servir para alimentar a la creciente población mundial, señaló en la sede de este organismo en la capital italiana José Esquinas, responsable de la Comisión de Recursos Genéticos de la FAO.

El científico español subrayó que “se trata de una herramienta en nuestras manos, como un cuchillo, que puede servir para partir el pan y distribuirlo, o para matar”, al presentar las conclusiones de un grupo de expertos que ha debatido esta semana sobre Etica en la Alimentación y en la Agricultura.

Esquinas recordó que los alimentos transgénicos “no tienen pasaporte y circulan ya por un mundo en el que la globalización es imparable”, por lo que insistió en la necesidad de instituir un código de conducta para su utilización, en el cual “el papel de la ONU es fundamental”.

La FAO señaló que con el uso de la biotecnología, la alimentación y la agricultura en el mundo están al borde de “un cambio profundo e irreversible”.

Este organismo insistió en su compromiso ético de liberar del hambre a la humanidad, recogido en su carta fundacional de 1945.

Los expertos de Naciones Unidas lamentaron que los programas de investigación se encuentren en su mayor parte en manos del sector privado, “que solamente trabaja si existen expectativas provechosas de obtener beneficios económicos”.

También admitieron la “preocupación” de los consumidores en todo el mundo sobre la inocuidad de los alimentos transgénicos.

El científico Peter Kenmore insistió en que los ciudadanos tienen derecho a estar bien informados mediante un correcto etiquetado de los transgénicos y a que exista una completa “transparencia” en su uso.

Sobre el reciente caso en Estados Unidos de la aparición de un maíz transgénico no apto para el consumo humano en los productos de la firma Taco Bell, Kenmore aseguró que “los controles de la sociedad civil han funcionado” y “el producto fue retirado del mercado en menos de una semana”.

La investigadora brasileña María Zimmerman señaló que los campesinos son los primeros interesados en cultivar variedades transgénicas, ya que obtienen mejores cosechas.

En este sentido refirió el ejemplo de los agricultores de Brasil, donde los jueces han bloqueado la venta de semillas transgénicas, que compran semillas de maíz y soja tratadas en la Argentina, donde se permite su comercio.

Los expertos reunidos en Roma, entre los que figuraron el biólogo estadounidense de origen español Francisco Ayala, asesor científico de la Presidencia de Estados Unidos, y la cubana Lydia Tablada Romero, profesora de Microbiología en la Universidad de La Habana, acordaron que los objetivos principales deben ser la lucha contra la pobreza y la malnutrición y la protección del medio ambiente.

Los participantes en este foro anunciaron la presentación de un extenso documento de la FAO sobre los OGM a principios del próximo año.

(EFE).- La producción de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y el uso de las biotecnologías requieren mayor control por parte de los organismos internacionales y una finalidad ética en sus aplicaciones, según los expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“La biotecnología es un instrumento eficaz que puede servir para alimentar a la creciente población mundial, señaló en la sede de este organismo en la capital italiana José Esquinas, responsable de la Comisión de Recursos Genéticos de la FAO.

El científico español subrayó que “se trata de una herramienta en nuestras manos, como un cuchillo, que puede servir para partir el pan y distribuirlo, o para matar”, al presentar las conclusiones de un grupo de expertos que ha debatido esta semana sobre Etica en la Alimentación y en la Agricultura.

Esquinas recordó que los alimentos transgénicos “no tienen pasaporte y circulan ya por un mundo en el que la globalización es imparable”, por lo que insistió en la necesidad de instituir un código de conducta para su utilización, en el cual “el papel de la ONU es fundamental”.

La FAO señaló que con el uso de la biotecnología, la alimentación y la agricultura en el mundo están al borde de “un cambio profundo e irreversible”.

Este organismo insistió en su compromiso ético de liberar del hambre a la humanidad, recogido en su carta fundacional de 1945.

Los expertos de Naciones Unidas lamentaron que los programas de investigación se encuentren en su mayor parte en manos del sector privado, “que solamente trabaja si existen expectativas provechosas de obtener beneficios económicos”.

También admitieron la “preocupación” de los consumidores en todo el mundo sobre la inocuidad de los alimentos transgénicos.

El científico Peter Kenmore insistió en que los ciudadanos tienen derecho a estar bien informados mediante un correcto etiquetado de los transgénicos y a que exista una completa “transparencia” en su uso.

Sobre el reciente caso en Estados Unidos de la aparición de un maíz transgénico no apto para el consumo humano en los productos de la firma Taco Bell, Kenmore aseguró que “los controles de la sociedad civil han funcionado” y “el producto fue retirado del mercado en menos de una semana”.

La investigadora brasileña María Zimmerman señaló que los campesinos son los primeros interesados en cultivar variedades transgénicas, ya que obtienen mejores cosechas.

En este sentido refirió el ejemplo de los agricultores de Brasil, donde los jueces han bloqueado la venta de semillas transgénicas, que compran semillas de maíz y soja tratadas en la Argentina, donde se permite su comercio.

Los expertos reunidos en Roma, entre los que figuraron el biólogo estadounidense de origen español Francisco Ayala, asesor científico de la Presidencia de Estados Unidos, y la cubana Lydia Tablada Romero, profesora de Microbiología en la Universidad de La Habana, acordaron que los objetivos principales deben ser la lucha contra la pobreza y la malnutrición y la protección del medio ambiente.

Los participantes en este foro anunciaron la presentación de un extenso documento de la FAO sobre los OGM a principios del próximo año.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades