Si los acuerdos se concretan estarán haciendo realidad la tan ansiada meta de la biblioteca virtual. Sin embargo, todavía Google no ha conseguido la colaboración de instituciones de investigación que incluyan Harvard, la Universidad de Michigan, Stanford y la biblioteca pública de Nueva York. El objetivo -ambicioso, por cierto- es ampliar el actual cuerpo de materiales y crear un catálogo de fichas digitales de los libros del mundo, trabajos académicos y colecciones especiales.
Como los acuerdos firmados por Google no son exclusivos, seguramente marcarán el inicio de una carrera con los otros grandes proveedores de búsquedas en Internet: Amazon, Microsoft y Yahoo. Todos buscarían el derecho de ofrecer acceso electrónico a material de bibliotecas a cambio de la venta de publicidad. Las bibliotecas, por su parte, recibirían ayuda para digitalizar sus colecciones para sus propios usos institucionales.
El esfuerzo de Google marca el intento por democratizar el acceso a la información que, durante tanto tiempo, sólo estuvo disponible para pequeños grupos selectos de alumnos y académicos.
Según los anuncios suscriptos, Google podrá publicar el texto completo de aquellos libros cuyo copyright ha vencido. Para los que todavía están vigentes, Google podría escanear el texto completo pero poner a disposición sólo algunos trozos.
El plan implica que los materiales de biblioteca se incluirán como parte del servicio regular de Google que, actualmente, tiene unos 8.000 millones de páginas Web en su base de datos. También venderá publicidad para generar ingresos con el material de biblioteca. O sea, que la compañía compartirá el ingreso publicitario con los editores de los libros en cuestión.
Cada biblioteca, a su vez, recibirá su propio ejemplar de la base de datos digital creada con sus libros, que la institución podrá poner a disposición en su propio sitio si así lo deseara.
Si los acuerdos se concretan estarán haciendo realidad la tan ansiada meta de la biblioteca virtual. Sin embargo, todavía Google no ha conseguido la colaboración de instituciones de investigación que incluyan Harvard, la Universidad de Michigan, Stanford y la biblioteca pública de Nueva York. El objetivo -ambicioso, por cierto- es ampliar el actual cuerpo de materiales y crear un catálogo de fichas digitales de los libros del mundo, trabajos académicos y colecciones especiales.
Como los acuerdos firmados por Google no son exclusivos, seguramente marcarán el inicio de una carrera con los otros grandes proveedores de búsquedas en Internet: Amazon, Microsoft y Yahoo. Todos buscarían el derecho de ofrecer acceso electrónico a material de bibliotecas a cambio de la venta de publicidad. Las bibliotecas, por su parte, recibirían ayuda para digitalizar sus colecciones para sus propios usos institucionales.
El esfuerzo de Google marca el intento por democratizar el acceso a la información que, durante tanto tiempo, sólo estuvo disponible para pequeños grupos selectos de alumnos y académicos.
Según los anuncios suscriptos, Google podrá publicar el texto completo de aquellos libros cuyo copyright ha vencido. Para los que todavía están vigentes, Google podría escanear el texto completo pero poner a disposición sólo algunos trozos.
El plan implica que los materiales de biblioteca se incluirán como parte del servicio regular de Google que, actualmente, tiene unos 8.000 millones de páginas Web en su base de datos. También venderá publicidad para generar ingresos con el material de biblioteca. O sea, que la compañía compartirá el ingreso publicitario con los editores de los libros en cuestión.
Cada biblioteca, a su vez, recibirá su propio ejemplar de la base de datos digital creada con sus libros, que la institución podrá poner a disposición en su propio sitio si así lo deseara.