Para los creadores de temas musicales, películas cinematográficas o software informático, los programas como Gnutella son un cáncer sin control en la Red, saltándose muchas veces los derechos de propiedad intelectual, amparados en legislaciones inexistentes o poco claras.
Esta opinión choca frontalmente con los seguidores de este pequeño programa, que se retiró de la Web de sus creadores en solo 24 horas. Dichos seguidores afirman que este y otros programas responden al espíritu original de la Red, de ser un lugar donde compartir información; una afirmación cuanto menos aventurada.
El hecho de que la mayor parte de la información que circula por la Red tenga derechos de copia no parece haber detenido a los usuarios del Gnutella para descargar cualquier cosa que encuentran en los discos duros de otros usuarios.
Por lo que parece el Gnutella es bastante más peligroso que un programa más popular llamado Napster, que está dando muchos dolores de cabeza a más de un administrador de red de todo el mundo.
Para tener una idea aproximada de hasta donde llega el problema, solo hay que ver las medidas judiciales que está tomando la Asociación de Grabaciones de América para intentar detener la expansión del Napster, que ya ha sido prohibido de incontables Universidades de Estados Unidos.
Tal como sucede con el Napster, los usuarios del Gnutella pueden transferir los contenidos de un CD de audio a su disco duro y compartirlo con el resto de usuarios del programa en todo el mundo, infringiendo los derechos de copia del autor legítimo de la obra.
La principal diferencia entre los dos programas es la forma en que se realizan las búsquedas. Mientras que las hechas con el Napster pasan por un servidor central, las que hace el Gnutella se enlazan directamente con los ordenadores de los usuarios, con lo que es mucho más difícil conseguir una IP a la que bloquear el acceso.
Noticias Intercom
Para los creadores de temas musicales, películas cinematográficas o software informático, los programas como Gnutella son un cáncer sin control en la Red, saltándose muchas veces los derechos de propiedad intelectual, amparados en legislaciones inexistentes o poco claras.
Esta opinión choca frontalmente con los seguidores de este pequeño programa, que se retiró de la Web de sus creadores en solo 24 horas. Dichos seguidores afirman que este y otros programas responden al espíritu original de la Red, de ser un lugar donde compartir información; una afirmación cuanto menos aventurada.
El hecho de que la mayor parte de la información que circula por la Red tenga derechos de copia no parece haber detenido a los usuarios del Gnutella para descargar cualquier cosa que encuentran en los discos duros de otros usuarios.
Por lo que parece el Gnutella es bastante más peligroso que un programa más popular llamado Napster, que está dando muchos dolores de cabeza a más de un administrador de red de todo el mundo.
Para tener una idea aproximada de hasta donde llega el problema, solo hay que ver las medidas judiciales que está tomando la Asociación de Grabaciones de América para intentar detener la expansión del Napster, que ya ha sido prohibido de incontables Universidades de Estados Unidos.
Tal como sucede con el Napster, los usuarios del Gnutella pueden transferir los contenidos de un CD de audio a su disco duro y compartirlo con el resto de usuarios del programa en todo el mundo, infringiendo los derechos de copia del autor legítimo de la obra.
La principal diferencia entre los dos programas es la forma en que se realizan las búsquedas. Mientras que las hechas con el Napster pasan por un servidor central, las que hace el Gnutella se enlazan directamente con los ordenadores de los usuarios, con lo que es mucho más difícil conseguir una IP a la que bloquear el acceso.
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