<p>Si hay un lugar en el mundo que puede considerarse el hogar de la tecnología, ése es Silicon Valley. Allí, en pocos kilómetros cuadrados, se concentran los cerebros más valiosos en IT del mundo. Pero justamente en ese lugar los ejecutivos de grandes empresas y pequeños emprendimientos están comenzando a soltarle la mano a sus dispositivos. Coinciden en que para el bienestar del ser humano es necesario tener una vida plena fuera de la red.</p>
<p>El problema es la estimulación constante que crea compulsiones profundas; una adicción a la tecnología que puede herir la productividad y las interacciones personales. Por primera vez son los ejecutivos de Silicon Valley, no investigadores sociales, los que reconocen el efecto perjudicial de la tecnología en la vida de las personas. Es raro, como si un fabricante de autos de alta velocidad que se beneficia con la compulsión de las personas por los autos de carreras quisiese echar luz sobre los riesgos de conducir irresponsablemente.</p>
<p>Soren Gordhamer organiza Wisdom 2.0, una conferencia anual en la que se busca encontrar un equilibrio entre la vida real y la digital. Allí se intenta reconocer la responsabilidad de las compañías en la promoción de estas adicciones y ver qué se puede hacer para darles marcha atrás. Allí ejecutivos y fundadores de compañías como Facebook, Twitter, eBay, Zynga, PayPal, Google, Microsoft y Cisco participan y escuchan a expertos en yoga y en serenidad. También se debaten cuestiones filosóficas como si las empresas de IT que desarrollan juegos online tienen responsabilidad sobre el tiempo que las personas invierten allí todos los días. Sobre este tema el manual de enfermedades mentales, diagnósticos y estadísticas incluirá, en su próxima edición, una nueva enfermedad, “<em>Internet use disorder</em>”, que se traduce del inglés como Desorden por el uso de Internet.</p>
<p>No todos, sin embargo, coinciden en que el uso excesivo de Internet pueda ser un problema. Eric Shiermeyer, uno de los fundadores de Zynga que distribuye el juego FarmVille, dijo que los centros de dopamina en el cerebro, los que producen placer, se estimulan cuando se juegan videojuegos y que, por lo tanto, los videojuegos ayudan a las personas dependientes a las drogas a reorientar sus adicciones.</p>
<p>Desde otros sectores de Silicon Valley se defienden diciendo que no son más responsables de crear adicciones que los restaurantes de comida rápida. Buscar dopamina es un instinto natural, por lo tanto quienes proveen esa estimulación no son culpables. Es una necesidad humana interactuar y conectarse con las personas y, con la ayuda de dispositivos y programas, hoy esto se vuelve más posible que nunca. La clave está en manejar estos impulsos para que no dominen la vida de los usuarios.</p>
<p>En definitiva, la preocupación de usuarios y ejecutivos por igual, es unir las dos vidas: la online y la offline. Hacerlo de manera equilibrada es un desafío importante de cara a los próximos años que verán un aumento en las innovaciones tecnológicas y también en la relación de las personas con sus dispositivos. Se trata de encontrar espacios para la vida offline y así no quedar atrapados por la tecnología.</p>
En Silicon Valley advierten sobre el poder adictivo de la tecnología
Las personas dependen cada vez más de sus dispositivos para mantenerse en contacto con sus trabajos, relaciones y el mundo. Son portátiles, económicos, prácticos… y también adictivos. Los ejecutivos de Silicon Valley advierten que no hay que descuidar la vida offline.