La presentación que acaba de hacer en San Francisco este gran emprendedor podría significar un paso gigantesco hacia la creación de androides que combinen lo humano con la inteligencia artificial.
Musk mostró los primeros detalles de un implante cerebral desarrollado por Neuralink, la compañía que fundó en 2016 para facilitar la comunicación directa entre la gente y las máquinas. Sus primeras aplicaciones serán en medicina para ayudar a las personas con daño cerebral o de sistema nervioso. Pero Musk tiene planes más futuristas. Mencionó la posibilidad de incorporar inteligencia artificial para poder intercambiar pensamientos con una computadora. Eso significaría aumentar la capacidad mental de personas sanas.
Musk invirtió más de US$ 100 millones en Neuralink, se suma al campo de las neurotecnología, donde cientos de compañías y laboratorios académicos están desarrollando distintos tipos de interfaces entre cerebro y computadora con propósitos médicos y recreativos. En este sentido, el laboratorio de Musk se distingue por ser el único que tiene como objetivo de negocios buscar la simbiosis con AI.
El implante que propone pertenece a la categoría de invasivos o sea insertado en el cerebro quirúrgicamente. El otro tipo de método no invasivo es el que detecta y modula la actividad neural desde afuera.