No toda novedad tecnológica de la larga lista de las que se acaban de producir y de la más extensa aún que se espera para los próximos años, tiene el poder de modificar el escenario social y económico de forma súbita, pero muchas de ellas encierran el potencial de hacerlo y de alterar la forma en que la gente trabaja y vive.
Por esa misma razón, los dirigentes políticos, sociales o del campo de los negocios tienen la obligación de entender -o de intentar entender- cuáles son las tecnologías a tener más en cuenta y a prepararse para enfrentar sus efectos. Para lograrlo, hay una ayuda inmejorable: el reciente informe del McKinsey Global Institute (Disruptive technologies: Advances that will transform life, business, and the global economy), que identifica 12 tecnologías que pueden producir transformaciones económicas masivas e importantes disrupciones en el futuro cercano.
Para tener una idea de su importancia, hay que tener en cuenta que la aplicación de estas 12 tecnologías podrían tener un impacto económico, de aquí a 2025, del orden de US$ 14.000 a 33.000 millones. ¿Cuáles son esas tecnologías que tendrán efectos tan relevantes? Veamos algunas de ellas.
Robótica avanzada.
El avance será de tal magnitud que estas herramientas adquirirán cierto nivel de destreza e inteligencia que estarán en condiciones de realizar tareas que parecían muy delicadas, o no económicas para automatizarlas. Puede haber aplicaciones de singular importancia en el campo de la medicina, para facilitar operaciones complejas o restaurar funciones vitales.
Genómica de nueva generación.
Del mismo modo que aumenta velozmente el conocimiento del genoma humano, también lo hace la capacidad de manipular genes y mejorar la calidad de los diagnósticos y los tratamientos médicos. No solo en el campo humano; también en el de los animales y las plantas (mejorando el rendimiento agrícola).
Almacenaniento de energía.
El litio ha permitido el desarrollo de poderosas baterías con carga suficiente para proveer energía elécrica y para que los automóviles eléctricos puedan recorrer distancias más largas (además de los millones de dispositivos móviles que tendrán mayor independencia). En pocos años más podrá llevar electricidad a remotas áreas del territorio mejorando la red de provision eléctrica.
Si los gobiernos y las empresas esperan a que todos estos desarrollos estén en pleno funcionamiento, puede resultar tarde para usufructuar los beneficios o hacer frente a las consecuencias de la nueva situación. En consecuencia, ¿qué tipos de cosas habría que hacer para estar preparados adecuadamente?
Para los empresarios, este futuro tan desconocido y sin embargo tan cercano, debe ser parte de la estrategia en constante evolución. Las tecnologías disruptivas puede dejar obsoletos algunos modelos de negocio, crear nuevos productos y servicios y transferir poder desde la empresa al consumidor. Habrá que innovar de modo continuo para captar algunos de los beneficios que prometen estos cambios. En cuanto a los dirigentes políticos, tendrán que repensar todo el proceso de educación y entrenamiento que permitan atender los servicios públicos con mayor eficiencia e incorporando todos los avances que se registren.