EDS: una apuesta que salió por la culata

Entre los factores que aportaba, esta semana, al mal clima en Wall Street figuró Electronic Data Systems. Tercerizadora de servicios informáticos vinculada a IBM,la firma pagó caro la compra de sus propias acciones.

27 septiembre, 2002

A criterio de analistas y competidores, la empresa hizo una apuesta errónea
y perdió. Ya afectada por contracción de utilidades, ahora EDS genera
dudas sobre su liquidez, su aptitud para hacer negocios y la calidad de su management.
¿Por qué? Porque gestionó un crédito de US$ 225 millones
y de inmediato lo usó –hace apenas días- para comprar por adelantado
3.700.000 acciones propias, antes de que venciera la obligación de rescatarlas
a más de US$ 60 cada una.

Con ese gambito, la compañía trató de reducir cotos involucrados
en el programa de opciones destinado a ejecutivos. O sea, la forma de remuneración
o bonificación más cuestionadas en el momento. Pero eligió
una coyuntura desfavorable.

Lo anterior se relaciona con su modus operandi. EDS suele tomar grandes contratos
que le exigen gastar mucho al principio y, luego, esperar años para recobrar
los fondos. A mediados de este mes, entonces, la empresa admitió, este
año, el flujo neto de caja será de US$ 200 a 400 millones, contra
los 700/900 millones estimado en agosto. Pero no dijo nada de la compra accionaria
y, ahora, Scott Krenz –el tesorero- puede ir a la calle. Entre lunes y
martes, por cierto, EDC se desplomó más de 30% en la bolsa.

A criterio de analistas y competidores, la empresa hizo una apuesta errónea
y perdió. Ya afectada por contracción de utilidades, ahora EDS genera
dudas sobre su liquidez, su aptitud para hacer negocios y la calidad de su management.
¿Por qué? Porque gestionó un crédito de US$ 225 millones
y de inmediato lo usó –hace apenas días- para comprar por adelantado
3.700.000 acciones propias, antes de que venciera la obligación de rescatarlas
a más de US$ 60 cada una.

Con ese gambito, la compañía trató de reducir cotos involucrados
en el programa de opciones destinado a ejecutivos. O sea, la forma de remuneración
o bonificación más cuestionadas en el momento. Pero eligió
una coyuntura desfavorable.

Lo anterior se relaciona con su modus operandi. EDS suele tomar grandes contratos
que le exigen gastar mucho al principio y, luego, esperar años para recobrar
los fondos. A mediados de este mes, entonces, la empresa admitió, este
año, el flujo neto de caja será de US$ 200 a 400 millones, contra
los 700/900 millones estimado en agosto. Pero no dijo nada de la compra accionaria
y, ahora, Scott Krenz –el tesorero- puede ir a la calle. Entre lunes y
martes, por cierto, EDC se desplomó más de 30% en la bolsa.

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