Windows 10 es la nueva plataforma que integrará en computadoras, teléfonos inteligentes y tabletas. Una sola plataforma para todos. De esa forma, las aplicaciones podrán funcionar indistintamente en la PC, en la tableta, en el teléfono y en cualquier otro dispositivo que corra ese sistema operativo.
Microsoft se ha sumado a la carrera digital para incorporar inteligencia artificial a los dispositivos de uso cotidiano. ¿Qué puede hacer Cortana, el holograma de una mujer que lleva ese nombre? Ella es una asistente personal virtual que puede averiguar cómo va a ser el clima de hoy para luego aconsejarnos qué ruta tomar hoy rumbo al trabajo. O también aconsejarnos si es mejor llevar el auto o la bicicleta. Eso, claro, es una milésima parte de todas las cosas que podrá hacer para nosotros.
El problema, como plantea en un artículo el Financial Times, es hasta dónde estamos dispuestos – al menos por el momento—a dejar que un cerebro electrónico almacene información sobre nuestra vida personal. No olvidar que los dispositivos siguen siendo pasibles de ataques cibernéticos.
Los técnicos de Microsoft, evidentemente, están conscientes de estos resquemores y, por ahora, no permite que la señorita que en un holograma personifica a Cortana tome iniciativas para las que el usuario todavía no le ha dado permiso.
Forbes, por su parte, lanza la pregunta si tal vez Cortana no es una solución a un problema inexistente. Es posible, dice, que los usuarios no deseen que “alguien” los asesore y les dé consejos sobre asuntos que están acostumbrados a resolver por sí solos.
Los asistentes virtuales – Cortana es uno de ellos – tendrán un enorme poder para romper negocios viejos y crear negocios nuevos. Se está desatando una carrera similar a la de los navegadores en los 90. El resultado de esa carrera definirá el equilibrio de poder en la próxima fase de la internet.