Celulares: ¿qué hay detrás de su espectacular auge?

En apariencia, la venta de celulares crece a ritmo récord –agrandado por la exigüidad inicial del mercado-, pero quizá medien también equívocos estadísticos. En efecto, muchas líneas nuevas son de usuarios móviles existentes.

28 junio, 2004

Como advierte Carrier & Asociados, esas personas “compraron otra línea, generalmente no al mismo proveedor, sólo por cambiar de plan o teléfono”. La cosa es simple: la sobreabundancia y el atractivo de equipos a precios y financiamiento convenientes, sumados a la tendencia por abonos con tope en detrimento de los prepagados, tientan a muchos usuarios actuales a cambiar de servicio y terminal.

Entonces, acuden a un agente de la empresa prestadora, no ésta directamente. Entonces, el vendedor “les dice que pueden hacer el cambio, pero resignándose a perder el número. Algunos aceptan y otros, enojados, van en busca de algún competidor”.

¿Los operadores se volvieron locos? No, pues “todos mantienen el número por cambio de plan y/o terminal (salvo alguna situación muy especial). Pero el negocio más atractivo –para el agente- reside en vender líneas nuevas. Por eso, algunos apelan al cuento de la pérdida del número. Para el cliente, claro, quien le dijo que perdería su número no es el agente, sino su operador”.

Lógicamente, el usuario se enoja con el operador. “Acepta perder el número si cambia de operador, pero considera ridículo (y lo es) perderlo por cambiar de plan”. Esto se agrava a raíz del precio subsidiado que tienen los equipos nuevos vendidos con línea incluida, en relación con el equipo sin línea. Obviamente, quien desee cambiar de terminal tratará de hacerlo al precio promocional ofrecido por nuevas líneas.

“Las consecuencias, en cuanto hace al crecimiento total del mercado –prevén los consultores-, se verán en los próximos meses. Si los que cambiaron teléfono, número y operador por una nueva oferta dejan el viejo equipo en un cajón, bajará (estadísticamente) el total de líneas en servicio”. A ese grupo se agregan usuarios a quienes no les importan número ni operador y sólo van detrás del equipo más bonito o de onda (al alcance de su bolsillo)”.

Ahí pesa la farragosa ofensiva publicitaria de conglomerados mediáticos –Sony es un caso líder- en toda Latinoamérica, con el objeto de seducir al mercado adolescente. Ahora bien, si aquel mismo usuario le regala el viejo equipo a quien no tenía celular, efectivamente se habrá agregado una nueva línea, aunque quizás con menor consumo mensual promedio.

Como advierte Carrier & Asociados, esas personas “compraron otra línea, generalmente no al mismo proveedor, sólo por cambiar de plan o teléfono”. La cosa es simple: la sobreabundancia y el atractivo de equipos a precios y financiamiento convenientes, sumados a la tendencia por abonos con tope en detrimento de los prepagados, tientan a muchos usuarios actuales a cambiar de servicio y terminal.

Entonces, acuden a un agente de la empresa prestadora, no ésta directamente. Entonces, el vendedor “les dice que pueden hacer el cambio, pero resignándose a perder el número. Algunos aceptan y otros, enojados, van en busca de algún competidor”.

¿Los operadores se volvieron locos? No, pues “todos mantienen el número por cambio de plan y/o terminal (salvo alguna situación muy especial). Pero el negocio más atractivo –para el agente- reside en vender líneas nuevas. Por eso, algunos apelan al cuento de la pérdida del número. Para el cliente, claro, quien le dijo que perdería su número no es el agente, sino su operador”.

Lógicamente, el usuario se enoja con el operador. “Acepta perder el número si cambia de operador, pero considera ridículo (y lo es) perderlo por cambiar de plan”. Esto se agrava a raíz del precio subsidiado que tienen los equipos nuevos vendidos con línea incluida, en relación con el equipo sin línea. Obviamente, quien desee cambiar de terminal tratará de hacerlo al precio promocional ofrecido por nuevas líneas.

“Las consecuencias, en cuanto hace al crecimiento total del mercado –prevén los consultores-, se verán en los próximos meses. Si los que cambiaron teléfono, número y operador por una nueva oferta dejan el viejo equipo en un cajón, bajará (estadísticamente) el total de líneas en servicio”. A ese grupo se agregan usuarios a quienes no les importan número ni operador y sólo van detrás del equipo más bonito o de onda (al alcance de su bolsillo)”.

Ahí pesa la farragosa ofensiva publicitaria de conglomerados mediáticos –Sony es un caso líder- en toda Latinoamérica, con el objeto de seducir al mercado adolescente. Ahora bien, si aquel mismo usuario le regala el viejo equipo a quien no tenía celular, efectivamente se habrá agregado una nueva línea, aunque quizás con menor consumo mensual promedio.

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