Biotecnología: las innovaciones elevan ganancias y caja

Genentech, líder biotecnológica, superó todos los pronósticos de ganancias en el primer trimestre y elevó proyecciones para el resto del año. La clave: Avastin, una nueva especialidad para tratar tumores de colon. Pero no es todo.

13 abril, 2004

El impacto de la novedad es doble. En materia de terapias, Avastin es un notable avance en el tratamiento del cáncer más letal entre varones. En lo bursátil, la acción de Genentech pegó un salto de casi 10% entre el miércoles 7 y este lunes en Wall Street. Esto equivale a ocho años de rendimiento en plazo fijo (Estados Unidos).

Por supuesto, ese alza responde esencialmente a las utilidades netas de enero-marzo, que sumaron US$ 176.600.000, 16,6% sobre los 151.500.000 de un año antes. Ocurre que, por acción, ese margen ha pasado de 24 a 33 centavos. Vale decir, 37,5%.

“Este desempeño refleja el fulminante éxito de Avastin, tras adelantarse a dos rivales. A partir del trimestral, podemos esperar para todo el año un alza de hasta 25% en las ganancias netas por papel”. Así sostiene Louis Lavigne, director financiero de la empresa.

Pero hay otro detalle: las ventas de Avastin llegaron tarde en el trimestre, pues la Food & Drug Administration recién lo autorizó a fines de febrero. Bastaron cinco semanas para obtener ingresos por US$ 38 millones. Varios analistas estiman que esta droga puede llegar a significar facturación cercana a los 2.000 millones.

Obviamente, Genentech es fuerte en especialidades oncológicas. Junto con la “recienvenida”, Herceptin y Rituxan fueron verdaderos motores de ventas en el I trimestre. El total del lapso aumentó 28% y marcó US$ 763.700.000, de lo cual se deduce 23,1% como margen de utilidad netas. Por otra parte, la compañía tiene US$ 3.000 millones en caja, lo cual le permitiría crecer también vía fusiones y adquisiciones.

Las cosas no paran ahí. Genentech está desarrollando otros dos compuestos, con vistas a ponerlos en plaza en los próximos doce meses. Se trata de Lucentis (para tratar la ceguera por degeneración macular senil) y Tarceva, orientado al cáncer de pulmón. La primera droga tiene un potencial de ventas estimado en US$ 500 a 1.000 millones. En cuanto a Rituxan, originalmente destinado a artritis reumática, las posibilidades de ampliar el espectro a ciertos tumores derivan de observaciones clínicas.

El impacto de la novedad es doble. En materia de terapias, Avastin es un notable avance en el tratamiento del cáncer más letal entre varones. En lo bursátil, la acción de Genentech pegó un salto de casi 10% entre el miércoles 7 y este lunes en Wall Street. Esto equivale a ocho años de rendimiento en plazo fijo (Estados Unidos).

Por supuesto, ese alza responde esencialmente a las utilidades netas de enero-marzo, que sumaron US$ 176.600.000, 16,6% sobre los 151.500.000 de un año antes. Ocurre que, por acción, ese margen ha pasado de 24 a 33 centavos. Vale decir, 37,5%.

“Este desempeño refleja el fulminante éxito de Avastin, tras adelantarse a dos rivales. A partir del trimestral, podemos esperar para todo el año un alza de hasta 25% en las ganancias netas por papel”. Así sostiene Louis Lavigne, director financiero de la empresa.

Pero hay otro detalle: las ventas de Avastin llegaron tarde en el trimestre, pues la Food & Drug Administration recién lo autorizó a fines de febrero. Bastaron cinco semanas para obtener ingresos por US$ 38 millones. Varios analistas estiman que esta droga puede llegar a significar facturación cercana a los 2.000 millones.

Obviamente, Genentech es fuerte en especialidades oncológicas. Junto con la “recienvenida”, Herceptin y Rituxan fueron verdaderos motores de ventas en el I trimestre. El total del lapso aumentó 28% y marcó US$ 763.700.000, de lo cual se deduce 23,1% como margen de utilidad netas. Por otra parte, la compañía tiene US$ 3.000 millones en caja, lo cual le permitiría crecer también vía fusiones y adquisiciones.

Las cosas no paran ahí. Genentech está desarrollando otros dos compuestos, con vistas a ponerlos en plaza en los próximos doce meses. Se trata de Lucentis (para tratar la ceguera por degeneración macular senil) y Tarceva, orientado al cáncer de pulmón. La primera droga tiene un potencial de ventas estimado en US$ 500 a 1.000 millones. En cuanto a Rituxan, originalmente destinado a artritis reumática, las posibilidades de ampliar el espectro a ciertos tumores derivan de observaciones clínicas.

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