Starkey, una compañía con sede en las afueras de Minneapolis que fabrica audífonos de última generación, ha lanzado al mercado el modelo Livio AI. El oído, se sabe ahora, es el lugar ideal para colocar un asistente personal con inteligencia artificial. Con los nuevos Livio, Starkey ofrece filtro de ruidos externos, control de salud y traducción de idiomas entre muchas otras cosas.
Starkey Hearing Technologies , creada por Brandon Swalich en 1994, es hoy una de las Cinco Grandes Fabricantes que sobreviven en Estados Unidos. Según su fundador, lo que redujo notablemente el número de competidores fue la tecnología. Los audífonos eran, hasta ahora, unos dispositivos relativamente simples, relativamente baratos para fabricar y sin gran diferenciación entre marca y marca. Hoy se han convertido en un dispositivo digital cada vez más complejo que exige grandes equipos de ingenieros y mucha inversión para investigación y desarrollo.
A Swalich le gusta decir que fabrica un producto que nadie quiere tener. Casi dos tercios de los norteamericanos que necesitan un audífono no lo tienen y aquellos que se resignan a aceptar su destino esperan por lo menos siete años desde el primer síntoma para buscar ayuda. “Con éstos, los audífonos van a evolucionar y ya no habrá que perder audición para querer tener uno”.
El Livio AI usa sensores diminutos e inteligencia artificial para filtrar el ruido y concentrarse en fuentes específicas de sonido, como por ejemplo la persona sentada al otro lado de la mesa en un restaurante lleno de gente. También controla ciertas variables de salud, mide los pasos, los escalones subidos o bajados y actividad cognitiva.
Prácticamente invisible
