Según informa CNET Networks’News.com, va a transformar sus computadoras baratas, como la mac Mini, el año próximo y los modelos más caros, como la Power Mac, en 2006. la decisión de cambiar de chips va a significar que los programadores deberán reescribir el software para poder aprovechar todas las ventajas del nuevo procesador. Semejante cambio no va a ser fácil. Los actuales usuarios de Macintosh inevitablemente van a tener problemas provocados por la necesidad de adaptar programas para que puedan correr en los chips de Intel x86, según anunciara el mes pasado The Wall Street Journal. Desde que apareció ese informe, los usuarios de Macintosh manifestaron su oposición al cambio y acusaron a Apple de pasarse al “lado oscuro” del eje Microsoft-Intel.
El cambio fue instigado en parte por una tensión entre el deseo de Apple de tener una amplia variedad de procesadores hechos por IBM y la preocupación de esta última sobre la rentabilidad de un negocio de bajo volumen. La decisión de Apple pone de manifiesto que las alianzas a largo plazo están cambiando a causa de presiones competitivas y cambios en las preferencias de los usuarios. Cambiar por chips de Intel podría ayudar a Apple a reducir sus precios y a competir con, por ejemplo, Dell.
Según informa CNET Networks’News.com, va a transformar sus computadoras baratas, como la mac Mini, el año próximo y los modelos más caros, como la Power Mac, en 2006. la decisión de cambiar de chips va a significar que los programadores deberán reescribir el software para poder aprovechar todas las ventajas del nuevo procesador. Semejante cambio no va a ser fácil. Los actuales usuarios de Macintosh inevitablemente van a tener problemas provocados por la necesidad de adaptar programas para que puedan correr en los chips de Intel x86, según anunciara el mes pasado The Wall Street Journal. Desde que apareció ese informe, los usuarios de Macintosh manifestaron su oposición al cambio y acusaron a Apple de pasarse al “lado oscuro” del eje Microsoft-Intel.
El cambio fue instigado en parte por una tensión entre el deseo de Apple de tener una amplia variedad de procesadores hechos por IBM y la preocupación de esta última sobre la rentabilidad de un negocio de bajo volumen. La decisión de Apple pone de manifiesto que las alianzas a largo plazo están cambiando a causa de presiones competitivas y cambios en las preferencias de los usuarios. Cambiar por chips de Intel podría ayudar a Apple a reducir sus precios y a competir con, por ejemplo, Dell.