El pleito se presentó el lunes ante un tribunal federal de circuito (Delaware) y apunta a “la implacable campaña internacional de Intel para lograr un monopolio sobre el tipo de microprocesador más usual en computadoras”. AMD denuncia “subsidios impropios o disimulados para ganar ventas y amenazas de represalias sobre firmas que empleen o vendan productos AMD”.
El caso enfrenta un desafiante en crecimiento con el mayor fabricante global de chips. La batalla promete ser tan luenga como desagradable. Aunque iniciada por una empresa, no por el Gobierno, la cuestión podría tener amplias repercusiones sectoriales y geográficas. Hasta ahora, Intel ha afrontado menos acusaciones por prácticas restrictivas de mercado que su socia en software, Microsoft, objeto de grandes acciones por parte de Washington y de Bruselas. Pero Intel pesa casi tanto en cuanto hace a pautas tecnológicas y utilidades en la misma industria.
La acción de AMD sigue a un reciente fallo contra Intel en Japón. Eso pondrá en discusión los subsidios de marketing, clave de los fabricantes de PC, cuyos márgenes suelen ser estrechos. Si la Justicia falla contra las prácticas que objeta el litigante, las compañías dominantes perderán un instrumento básico para atraer o retener clientes (ahora se le dice “fidelidad”, pero sólo son trucos de marketing).
El pleito también podría sacar a luz tratos confidenciales entre Intel y otros actores del juego. Al respecto, AMD ha confeccionado una lista de sobornos ofrecidos y amenazas, donde figuran 12 fabricantes de PC, nueve distribuidores y 17 minoristas. Entre clientes citados en la demanda están International Business Machines, Hewlett-Packard, Dell Computer, Sony y Toshiba. Casi nada.
“Tendrán que dar sustento a las demandas vía el testimonio directo de clientes”, señala Eleanor Fox (Facultad de Derecho, Universidad de Nueva York), profesional no involucrada en el caso. “Muchos de ellos tal vez no estén dispuestos a correr riesgos”. Por el contrario, Héctor Ruiz –director ejecutivo de AMD- afirma haber consultado a muchos socios y clientes de Intel. “Los encontré dispuestos a ayudarnos en el litigio”, agrega.
Al presente, Intel tiene 80% del mercado de procesadores x86 (así llamados por las instrucciones necesarias) en unidades vendidas y 90% en ingresos. AMD estima que su porción llegó al pico en 2001 (20,8%) y cedió a 15,8% en 2004. Inicialmente, producía semiconductores usando diseños Intel. El convenio pertinente colapsó a medidos de los ´80, iniciando una serie de conflictos legales, arreglados recién en 1995. Ese acuerdo le daba derecho a AMD para fabricar x86 empleando las configuraciones originales. Pero, sostiene la demandante, al avanzar en nuevos productos (desde 1999), Intel comenzó a emplear tácticas deshonestas para bloquear a AMD.
El pleito se presentó el lunes ante un tribunal federal de circuito (Delaware) y apunta a “la implacable campaña internacional de Intel para lograr un monopolio sobre el tipo de microprocesador más usual en computadoras”. AMD denuncia “subsidios impropios o disimulados para ganar ventas y amenazas de represalias sobre firmas que empleen o vendan productos AMD”.
El caso enfrenta un desafiante en crecimiento con el mayor fabricante global de chips. La batalla promete ser tan luenga como desagradable. Aunque iniciada por una empresa, no por el Gobierno, la cuestión podría tener amplias repercusiones sectoriales y geográficas. Hasta ahora, Intel ha afrontado menos acusaciones por prácticas restrictivas de mercado que su socia en software, Microsoft, objeto de grandes acciones por parte de Washington y de Bruselas. Pero Intel pesa casi tanto en cuanto hace a pautas tecnológicas y utilidades en la misma industria.
La acción de AMD sigue a un reciente fallo contra Intel en Japón. Eso pondrá en discusión los subsidios de marketing, clave de los fabricantes de PC, cuyos márgenes suelen ser estrechos. Si la Justicia falla contra las prácticas que objeta el litigante, las compañías dominantes perderán un instrumento básico para atraer o retener clientes (ahora se le dice “fidelidad”, pero sólo son trucos de marketing).
El pleito también podría sacar a luz tratos confidenciales entre Intel y otros actores del juego. Al respecto, AMD ha confeccionado una lista de sobornos ofrecidos y amenazas, donde figuran 12 fabricantes de PC, nueve distribuidores y 17 minoristas. Entre clientes citados en la demanda están International Business Machines, Hewlett-Packard, Dell Computer, Sony y Toshiba. Casi nada.
“Tendrán que dar sustento a las demandas vía el testimonio directo de clientes”, señala Eleanor Fox (Facultad de Derecho, Universidad de Nueva York), profesional no involucrada en el caso. “Muchos de ellos tal vez no estén dispuestos a correr riesgos”. Por el contrario, Héctor Ruiz –director ejecutivo de AMD- afirma haber consultado a muchos socios y clientes de Intel. “Los encontré dispuestos a ayudarnos en el litigio”, agrega.
Al presente, Intel tiene 80% del mercado de procesadores x86 (así llamados por las instrucciones necesarias) en unidades vendidas y 90% en ingresos. AMD estima que su porción llegó al pico en 2001 (20,8%) y cedió a 15,8% en 2004. Inicialmente, producía semiconductores usando diseños Intel. El convenio pertinente colapsó a medidos de los ´80, iniciando una serie de conflictos legales, arreglados recién en 1995. Ese acuerdo le daba derecho a AMD para fabricar x86 empleando las configuraciones originales. Pero, sostiene la demandante, al avanzar en nuevos productos (desde 1999), Intel comenzó a emplear tácticas deshonestas para bloquear a AMD.