Ahora, hay virus que atacan celulares y otros dispositivos

El último proviene de Singapur y se disemina acompañando a viajeos que usan inalámbricos. Otros se detectaron en Hongkong, Seúl, etc. Parecen inofensivos, pero dan miedo. Especialmente porque los inventan fabricantes de antivirus.

18 noviembre, 2004

El gusano disparado en Asia sudoriental (no “Asia” a secas, como ponen los dos o tres informes al respecto) se llama Cabir y afecta teléfonos móviles. Se difunde por Bluetooth, una de las tecnologías inalámbricas más versátiles y empleadas en las economías centrales. Por lo mismo, el campo de ataque puede abarcar también agendas electrónicas y asistentes personales inteligentes (API).

Cada celular infectado “busca” similares para contagiarlos. Lo hace en forma de un archivito de software que se remite como mensaje y pide el OK para instalarse. Si el usuario acepta –algo fácil, dada la popularidad de esos juguetes entre adolescentes poco sagaces-, salta en pantalla el texto “Caribe-V2/29ª!”. El aparatito ya está infectado.

En su versión conocida, Cabir sólo acelera el desgaste de la batería, pues el celular funciona continuamente contagiando a otros. O sea, no se apaga aunque lo haya hecho el usuario. “Es como la gripe asiática”, explica un analista de F-Secure, fabricante de parches. “No sabemos todavía qué alcances tiene, si habrá versiones más peligrosas o si Cabir podrá eventualmente filtrarse en computadoras. Eso de seguir operativo aunque uno apague el aparato causa miedo”.

Sin duda, en tanto los dispositivos inalámbricos se tornen cada vez más complejos y versátiles –aun dejando de lado aplicaciones frívolas o lúdicas-, serán más vulnerables a virus y gusanos. Con el tiempo, “podrían incursionar en correo chatarra, espionaje y hasta fraude financiero. Para no hablar de terrorismo”.

Hasta ahora, los productores de celulares y afines no le dan importancia al asunto y, como los usuarios no saben casi nada al respecto, los fabricantes de “software maligno” tienen clara ventaja. Por otra parte, muchos expertos en seguridad afirman que la próxima generación de gusanos –quizá Cabir sea una avanzadilla- será más potente. Justamente, debido a tecnologías tan sutiles como Bluetooth.

Pero existe un aspecto aún más alarmante. En junio y sin mucha trascendencia en los medios, un grupo español fabricante de antivirus (29A se llama) se atribuyó la creación de Cabir. Después lanzó Duts, que ataca API con software Microsoft. Ambos bichos se limitan a demostrar el potencial de los virus móviles… atacando todo cuanto huela a William Gates.

Otro grupo parece ser origen de Brador, un gusano que infecta computadoras de bolsillo, también dependientes de Windows. Este virus abre una “puerta trasera” en los dispositivos, si el usuario envía su dirección de Internet al intruso. Eso le permite al atacante subir o bajar archivos y ejecutar otros comandos en forma remota, con lo cual pasa a controlar el dispositivo o la “pocket”.

El gusano disparado en Asia sudoriental (no “Asia” a secas, como ponen los dos o tres informes al respecto) se llama Cabir y afecta teléfonos móviles. Se difunde por Bluetooth, una de las tecnologías inalámbricas más versátiles y empleadas en las economías centrales. Por lo mismo, el campo de ataque puede abarcar también agendas electrónicas y asistentes personales inteligentes (API).

Cada celular infectado “busca” similares para contagiarlos. Lo hace en forma de un archivito de software que se remite como mensaje y pide el OK para instalarse. Si el usuario acepta –algo fácil, dada la popularidad de esos juguetes entre adolescentes poco sagaces-, salta en pantalla el texto “Caribe-V2/29ª!”. El aparatito ya está infectado.

En su versión conocida, Cabir sólo acelera el desgaste de la batería, pues el celular funciona continuamente contagiando a otros. O sea, no se apaga aunque lo haya hecho el usuario. “Es como la gripe asiática”, explica un analista de F-Secure, fabricante de parches. “No sabemos todavía qué alcances tiene, si habrá versiones más peligrosas o si Cabir podrá eventualmente filtrarse en computadoras. Eso de seguir operativo aunque uno apague el aparato causa miedo”.

Sin duda, en tanto los dispositivos inalámbricos se tornen cada vez más complejos y versátiles –aun dejando de lado aplicaciones frívolas o lúdicas-, serán más vulnerables a virus y gusanos. Con el tiempo, “podrían incursionar en correo chatarra, espionaje y hasta fraude financiero. Para no hablar de terrorismo”.

Hasta ahora, los productores de celulares y afines no le dan importancia al asunto y, como los usuarios no saben casi nada al respecto, los fabricantes de “software maligno” tienen clara ventaja. Por otra parte, muchos expertos en seguridad afirman que la próxima generación de gusanos –quizá Cabir sea una avanzadilla- será más potente. Justamente, debido a tecnologías tan sutiles como Bluetooth.

Pero existe un aspecto aún más alarmante. En junio y sin mucha trascendencia en los medios, un grupo español fabricante de antivirus (29A se llama) se atribuyó la creación de Cabir. Después lanzó Duts, que ataca API con software Microsoft. Ambos bichos se limitan a demostrar el potencial de los virus móviles… atacando todo cuanto huela a William Gates.

Otro grupo parece ser origen de Brador, un gusano que infecta computadoras de bolsillo, también dependientes de Windows. Este virus abre una “puerta trasera” en los dispositivos, si el usuario envía su dirección de Internet al intruso. Eso le permite al atacante subir o bajar archivos y ejecutar otros comandos en forma remota, con lo cual pasa a controlar el dispositivo o la “pocket”.

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