Las empresas atraviesan desafíos que superan la eficiencia operativa y la adopción tecnológica, situando a la gestión de personas en el centro de la estrategia organizacional. De acuerdo con el relevamiento de Cecilia Russo Equipo+Humano, la consolidación del área de Capital Humano como actor clave responde a la necesidad de profesionalizar prácticas y fortalecer culturas organizacionales conscientes y adaptativas.
El liderazgo humano y con propósito se posiciona como el primer eje. En startups y pymes, los fundadores enfrentan el reto de liderarse a sí mismos y a sus equipos, con foco en el autoconocimiento y la toma de decisiones en contextos inciertos. “Para liderarse a sí mismo se requiere una alta dosis de valentía porque implica autoconocerme para luego actuar. Y con esa base trabajar en el desarrollo de otros. Si no empiezo por mí mismo, es difícil lograr resultados con el equipo”, afirma Cecilia Russo. El propósito orienta el accionar y motiva el desarrollo de programas que trascienden habilidades técnicas.
En organizaciones en expansión, el equipo constituye tanto el activo principal como el mayor desafío. El crecimiento desorganizado suele generar fricciones internas y desgaste humano. La profesionalización de sistemas de trabajo busca escalar sin perder creatividad ni la esencia ágil de cada compañía.
La diversidad emerge como estrategia de innovación y resiliencia. “Cuando se habla de apertura a la diversidad de género, en realidad se está haciendo referencia a la apertura a la diversidad en sentido amplio”, sostiene Russo. Variables generacionales, culturales, cognitivas y funcionales se integran para potenciar resultados y reputación. Datos de McKinsey indican que las empresas con mayor diversidad en equipos de liderazgo tienen hasta un 39% más de probabilidades de superar financieramente a sus pares.
La gestión de datos en recursos humanos adquiere relevancia en la toma de decisiones y validación de iniciativas. La transformación cultural es indispensable para aprovechar plataformas colaborativas y metodologías de análisis, superando esquemas jerárquicos tradicionales.
La innovación implica repensar procesos, roles y experiencias laborales, con foco en el desarrollo de personas, incluso ante permanencias breves. “El gran desafío actual es desarrollar a las personas, incluso sabiendo que su permanencia en la organización puede ser breve”, plantea Russo.
Por último, medir el retorno de inversión (ROI) en programas de liderazgo, bienestar y diversidad se vuelve fundamental para alinear acciones con los objetivos del negocio. “La gestión humana no representa un gasto, sino un habilitador estratégico”, afirma Russo. La medición de impacto contempla indicadores financieros y culturales.
“No hay estrategia sin personas que puedan sostenerla”, sostiene Cecilia Russo, subrayando el carácter central del área de Capital Humano en la sostenibilidad organizacional.












