Para tomar decisiones acertadas

    El rumbo que toma la vida de cada individuo depende de las decisiones que tome. Todas sus esperanzas, sueños y objetivos dependen de su capacidad para tomar las decisiones acertadas.

    Resulta extraño, por lo tanto, que la gente no se ocupe de estudiar con mayor atención en qué consiste el proceso de toma de decisiones.

    El habitual procedimiento de ensayo y error puede resultar muy costoso. Sin embargo, una encuesta realizada por la American Management Association reveló que los ejecutivos toman decisiones adecuadas sólo la mitad de las veces.

    Esta realidad llevó a Roger Dawson a publicar un libro titulado The Confident Decision Maker (William Morrow and Company, US$ 20), con la idea de sistematizar el proceso de tomar una decisión.

    Algunas decisiones son tan importantes y complicadas que exigen un profundo análisis de la situación. Otras no necesitan más que algunos minutos.

    Antes de comenzar a trabajar en el problema o en la oportunidad misma, dice Dawson, trate de identificar el tipo de decisión que necesita tomar. Probablemente podrá ubicarla en una de las siguientes categorías: parámetros, políticas, análisis, juicio, síntesis.

    Bajo la categoría de parámetros Dawson ubica a aquellas decisiones que no suponen mayores consecuencias. Cuando hay poco en juego uno reserva su concentración para temas más importantes. La elección de un postre es un ejemplo de decisiones de este tipo.

    Políticas son las decisiones más significativas, que normalmente están basadas en los valores que rigen la vida de cada persona. Una decisión de política es utilizada para planificar las actividades filantrópicas de la compañía, por ejemplo.

    Las de análisis se producen allí donde hay una respuesta correcta y una equivocada. Se usa una decisión de análisis para determinar, por ejemplo, si es conveniente desarrollar un teléfono alimentado con energía solar.

    Decisiones de juicio son las que se necesitan para optar por la mejor de las alternativas. El mejor candidato para ocupar un puesto, por ejemplo.

    Y, finalmente, se requiere una decisión de síntesis cuando ninguna de las opciones a la vista parece apropiada. Allí es donde hay que aplicar creatividad y desarrollar una solución totalmente nueva. Se puede utilizar la síntesis para encontrar la forma de relanzar un viejo producto.

    Ladrillo a Ladrillo.

    Las decisiones son como un edificio. Cuando el plano está mal diseñado, nada sale bien. Es preciso hacer un planteo completo del problema, con claridad y corrección.

    Hay personas que tienen dificultad para definir un problema. Sabemos que algo anda mal cuando nos lleva más tiempo entender el problema que encontrarle soluciones.

    Deberíamos dedicar 20% de nuestro tiempo a plantear el problema y categorizarlo, y 80% a buscar una solución. Los resultados serían mucho mejores.

    El autor cita al pintor Pablo Picasso cuando dijo: “Las computadoras no sirven. Sólo nos dan respuestas”. Porque las respuestas sólo sirven cuando uno hace las preguntas adecuadas.

    Antes de intentar resolver un problema, reúna toda la información relevante que pueda. Luego pregúntese si tiene en su poder la cantidad suficiente de información como para tomar una decisión y cuál es la mejor manera de conseguir los datos necesarios.

    Además, piense hacia adelante. Establezca un sistema que le permita encontrar y guardar material que podría ser útil algún día. No espere hasta necesitarlo para comenzar la búsqueda.

    Si no se maneja con suficiente precisión en la forma en que recolecta y analiza sus datos, caerá en la trampa de desviarse con la información. Eso lo sacará del tema y aumentará las posibilidades de que tome una decisión equivocada.

    Eso se evita acostumbrándose a reconocer lo relevante. Una vez que ha definido el problema y reunido la información, ha llegado el momento de poner sobre la mesa la decisión que tiene que tomar. Para eso, siga estos pasos:

    1. Mire el problema de cerca. Eso le facilitará la percepción de lo que ocurre. No se confunda con las primeras impresiones. Observado de cerca, un problema puede mostrar aspectos diferentes.

    2. Contemple el problema desde diferentes ángulos. A fuerza de resultarle tan familiar, quizá ya no lo vea tal cual es realmente.

    3. Mírelo desde lejos. Puede usted estar tan cerca que no lo percibe en su totalidad.

    4. Mantenga la vista en su objetivo, sin desviarse en los obstáculos.

    5. Finalmente, asegúrese de haber planteado bien el problema.

    El Papel de la Intuición.

    ¿Cómo se puede usar la intuición? Vale la pena recordar la experiencia de Isaac Newton, un científico cuya intuición lo llevó a descubrir las leyes de la gravedad, el movimiento, las mareas, inventar cálculos y desarrollar un nuevo tipo de telescopio. Newton atribuyó su intuición al poder de su pensamiento continuo y concentrado. Cuando le preguntaron, por ejemplo, cómo descubrió la ley de gravedad, contestó: “Pensando en eso todo el tiempo. Lo hice poniendo el tema constantemente delante de mi mente hasta que aparecieron las primeras luces”.

    Esa concentración del pensamiento le puede permitir a usted poner en funcionamiento sus poderes intuitivos y concentrarlos en un problema, así como una lupa capta los rayos del sol.

    Los pensadores intuitivos juntan hechos no relacionados de diferentes fuentes de conocimiento y los aplican a la decisión que tienen entre manos. Logran esto agrupando la información en bloques.

    El agrupamiento se da cuando la mente almacena información en paquetes en lugar de piezas separadas. Los buenos diagnosticadores, de cualquier tipo, por lo general almacenan la información en bloques. Eso les permite clasificar enormes cantidades de datos y llegar a un diagnóstico en segundos.

    Pero cualquiera puede adquirir la capacidad para agrupar información. Todo lo que hace falta es, primero, acumular todos los datos relevantes que sea posible. Luego estudiarlos cuidadosamente. En poco tiempo, la información se irá agrupando sola hasta ponerlo en condiciones de inventar soluciones creativas o aprovechar oportunidades.

    La Alternativa Ideal.

    ¿No se ha preguntado nunca si no existe una alternativa ideal que no se le haya ocurrido?

    Es posible juntar muchas soluciones parciales y convertirlas en la solución perfecta. Sólo hace falta seguir estos pasos:

    * Imagine el opuesto de la situación. A veces esto produce una solución verdaderamente sólida.

    * Estudie los elementos que rodean el problema.

    * Use imágenes positivas. Visualícese a usted mismo encontrando la solución perfecta.

    * Exponga su decisión al criterio de otros colegas. Imagine qué dirían, cómo reaccionarían o qué sugerirían.

    * Una vez encontrada la solución, mire hacia atrás. Imagine la respuesta que usted desea, luego comience a trabajar hacia atrás. Esta es una forma muy efectiva de identificar los eslabones faltantes en un proceso.

    * Cambie su perspectiva. A veces usted está demasiado cerca de un problema como para enfocarlo correctamente. Aléjese y póngalo en perspectiva.

    La decisión intuitiva parece una técnica maravillosa, pero no funciona en todas las circunstancias.

    Algunas situaciones exigen un pensamiento lógico. Y en ese caso, en lugar de arrojar al aire una moneda para decidir si contratar a alguien o no, usted podrá optar por hacer una lista de control.

    Puede hacer una lista, por ejemplo, de los requisitos mínimos para obtener el puesto. Y luego ver cuántos están cubiertos por el candidato.

    Otra forma de actuar lógicamente es hacer dos listas separadas: una con los factores a favor de la decisión, la otra con los factores en contra. Luego, calcular la importancia de cada factor en una escala de uno a diez. Haga la suma, luego divida el total de la lista por el número de sus factores.

    Gana la lista que tenga el promedio más alto. Esa es su respuesta.

    Evitar Errores.

    Pero es posible tomar una decisión en forma lógica y aun así equivocarse. Estos son algunos consejos para evitarlo:

    * Tómese el tiempo que haga falta. Cuanto mayor es la presión, peor puede llegar a ser la decisión.

    Asegúrese de contar con la suficiente información. Luego analícela, hable con otros y explore todas las opciones.

    * Mantenga la calma. Si está enojado, lo más probable es que decida mal.

    * Actúe en el momento oportuno. Si usted posterga una decisión más allá del punto crítico, puede perder efectividad.

    * Considere la urgencia de la decisión y el riesgo que implica equivocarse.

    * Admita sus errores. Si usted se enamora de un plan, le costará mucho abandonarlo.