La telefonía celular

    Uno de los campos fecundos en 1993 es el de la telefonía celular. Si bien las empresas son recelosas con los datos, se puede estimar que el número de usuarios se incrementa este año en aproximadamente 40%. En seis meses, Miniphone asegura haber conquistado 30.000 abonados. En septiembre, Movicom -que comenzó a operar en 1989- contaba con 80.000, y desde esta empresa aseguran que la facturación aumenta mes a mes, no obstante la aparición de la competencia.

    Se estima que cerca de 3% de la población porteña y del Gran Buenos Aires es el mercado potencial que tienen para repartirse ambas empresas en el corto plazo. En la actualidad sólo 1% tiene celular.

    Sin embargo, se concursó en estos días la telefonía celular para el interior, y se estima que, cuanto más difundida esté en todo el país, más amplia será la demanda.

    “En la Argentina se produjo una combinación explosiva -dice Alberto Hojman, gerente general de BGH-. Las empresas buscan eficiencia y la solución de las telecomunicaciones es cada vez más accesible. A esto se le suma el valor relativo de la moneda nacional. El mercado no da abasto”, opina.

    Alfredo Bellotti, gerente de la división sistemas de comunicaciones privadas e informativas de Siemens, coincide en las afirmaciones: “El desarrollo es fenomenal. En un año y medio se duplicó el mercado; creo que por dos factores principales: los planes de Telecom y Telefónica y el Plan de Convertibilidad. A fines del ´91 y principios del ´92 no podíamos satisfacer la demanda. Nos

    quedamos sin nada en la estantería”.

    Además de las inversiones de las dos operadoras, hay que sumar entre US$ 200 y 300 millones de facturación generada por las adquisiciones de las grandes, medianas y pequeñas empresas que optimizan sus comunicaciones sabiendo que además de eficiencia operativa obtienen reducción en los costos.

    Si además se suma la cifra que facturan las operadoras, se comprueba que en torno a las telecomunicaciones se mueven más de US$ 3.000 millones. Sin embargo, lo que sorprende a nivel nacional, y también tras las fronteras, es el volumen y la velocidad de las inversiones que se hacen en la Argentina.

    En la mayoría de los casos el valor agregado nacional en los equipos está en una media de 20 a 25% según los cálculos más optimistas, y provienen básicamente de mano de obra de instalación de equipos o sistemas, o de desarrollo de software. No obstante, existen casos donde la integración

    llega a 50%, como el de los celulares de BGH.

    Se estima que en lo que va de la década los precios de los equipos se redujeron entre 5 y 10%. Sin embargo, no es recomendable dejar pasar los años para que la inversión en la modernización de los conmutadores de las empresas resulte un poco más económica. La economía se puede obtener en un

    solo año, con el nuevo equipamiento, por la optimización del uso de las líneas telefónicas.

    El mercado nacional está inundado de posibilidades y marcas. Sin embargo, lo conveniente es buscar asesoramiento completo a varios proveedores y luego tomar la decisión. No se trata de comprar lo más barato, ni la marca más famosa, sino el mejor sistema de comunicaciones para cada empresa.

    Un sistema apropiado contribuirá al desarrollo de la compañía. Y se debe tener en cuenta que los teléfonos o las centrales telefónicas no sólo sirven para hablar sino que transmiten datos y documentos. Por supuesto que los servicios de postventa son fundamentales, tanto por las reparaciones como por la necesidad de complementar o desarrollar el sistema ya instalado.

    ¿Cuál es el futuro de las telecomunicaciones en la Argentina? En principio los planes de las empresas del sector son de crecimiento hasta fines de 1994. El nivel de desarrollo debería mantenerse hasta 1997, cuando puede abrirse un paréntesis de tres años.

    Las licenciatarias Telecom y Telefónica tienen exclusividad para operar monopólicamente en sus respectivas zonas hasta 1997. Luego, si cumplieron con las condiciones del pliego de licitación, pueden solicitar la extensión del plazo hasta el 2000. Allí se abrirían las zonas norte y sur del país al ingreso de nuevos prestadores de servicio telefónico. El escenario imaginado es que dentro de cuatro años las dos operadoras completen sus planes. A partir de allí se podría hacer uso de los tres años de gracia, mientras se produce el retorno de las inversiones. En todo caso, las proyecciones y perspectivas dependerán del comportamiento de las principales variables de la economía nacional.

    Historia Reciente.

    A TRES AÑOS DE LA PRIVATIZACION.

    ¿Todo va mejor con los nuevos operadores telefónicos? Más allá de la polémica, los datos y cifras apuntan hacia una respuesta positiva.

    Cuatro datos centrales son los que exponen los empresarios del sector para exhibir lo que ocurrió tras 33 meses de operación privada de la telefonía básica argentina: el número de líneas aumentó 32% ; la digitalización del sistema se incrementó en 275%; existe 75,5% más de teléfonos públicos y la calidad del servicio mejoró en 80%, si se tiene en cuenta que en noviembre de 1990 había 4,4% de líneas fuera de servicio y la media actual es de 0,65%.

    ENTel operaba como monopolio la telefonía urbana, interurbana e internacional; y además la transmisión de datos (por línea directa y conmutación de paquetes-Red Arpac), télex, radiocomunicaciones marítimas y otros sistemas de comunicación por radio.

    La privatización concretada en noviembre de 1990 dividió la empresa original en cuatro compañías.

    Dos empresas para la prestación de los servicios de comunicaciones de voz. Una en el área Norte, Telecom, operada por France Telecom y Stet, que en el momento de la transferencia contaba con 1.560.000 líneas. Otra en el Sur, Telefónica, operada por Telefónica de España, que tenía 1.950.000 líneas.

    Telecom y Telefónica se asociaron para dar origen a terceras empresas cuya función sería prestar servicios que eran indivisibles. Una, Telintar, dedicada a las comunicaciones internacionales de voz y datos. La restante, Startel, para brindar los servicios definidos como en competencia -datos, télex, radiomóvil marítimo, videoconferencias-.

    Telecom, Telefónica y Telintar deben cumplir obligadamente una serie de planes de desarrollo e inversiones fijados en el pliego de la licitación. Entre las ventajas con que cuentan estas empresas está la exclusividad para explotar los servicios hasta 1997, que puede extenderse hasta el año 2000.

    A partir de allí el servicio telefónico nacional e internacional podrá tener otras empresas prestadoras.

    ¿Cuáles son las condiciones a cumplir? Rápidamente se pueden enumerar: metas sobre instalación de líneas determinadas por provincia y año; índices de calidad de servicio, tarifas ajustadas por la inflación de Estados Unidos, determinación de price-cap que señala una reducción de tarifas de 2% durante los primeros siete años y 4% los tres siguientes; reducción del cargo de conexión de US$ 1.250 a 750 en 1992, 500 en 1993 y 250 en 1995.

    Las dos operadoras de la telefonía básica se asociaron también para explotar la atención de la segunda banda de telefonía celular de Capital Federal y Gran Buenos Aires, beneficio previsto en el pliego de privatizaciones. En realidad, en un primer momento iba a ser la misma Startel quien prestara este servicio, pero luego el Estado no autorizó a que esa compañía diversificara sus servicios,

    y así nació Movistar, que vende telefonía celular con la marca de Miniphone.

    El pliego también les da a las dos operadoras la oportunidad de operar la segunda banda de telefonía celular en el interior del país, pero recién dos años después de adjudicada la primera.

    Por otra parte, Telecom es dueña de Publicom, guías. Y Telefónica ganó la licitación de Páginas Amarillas, un negocio muy apetecido.

    MAS Y MEJOR.

    ¿Están cumpliendo Telecom y Telefónica? La respuesta es positiva y se puede apreciar en los siguientes datos. La instalación de líneas telefónicas pasó de 150.000, por tomar alguno de los picos de la década del ´80, a unas 400.000 actuales.

    Las operadoras planificaron inversiones por US$ 6.000 millones para sus primeros cinco años. En julio de 1993 se calculaba que la cifra estaba en US$ 2.800 millones con un ritmo fuerte a partir de la segunda parte de 1991.

    Se estima que disponen de telefonía unas 10.000 localidades que no poseían servicio. Ya están en marcha una serie de nuevos servicios para clientes: despertador, transferencia de llamadas, facturación nacional itemizada, conferencias, llamada en espera, cobro revertido, nuevos servicios de

    venta y comercialización, discado directo especial.

    Entre otros indicadores sobre inversiones está el tendido de redes de soporte digital apoyado en fibra óptica; interconexión de centrales con este material; redes de transmisión que combinan tramos de fibra óptica con redes electrónicas digitales, aseguradas por anillos. Las principales ciudades del país

    poseen ahora anillos digitales que les garantizan un servicio más eficiente y versátil para poder acceder a los nuevos servicios.

    LOS PRIMEROS SERVICIOS DESREGULADOS.

    En 1987 se adoptaron una serie de medidas que apuntaban a iniciar la privatización de ENTel.

    Rodolfo Terragno ocupaba en esos días el Ministerio de Obras y Servicios Públicos y desde allí impulsó una serie de intentos para privatizar servicios públicos. Uno de ellos era ENTel, pero su proyecto resultó trabado por la oposición justicialista en el Parlamento.

    Sin embargo, Terragno puso en marcha una serie de medidas desregulatorias para los servicios de telecomunicaciones de valor agregado, mediante un decreto (1842/87) por el cual cinco servicios de importancia consiguieron su licencia e iniciaron la prestación después de un lapso que fue de entre dos y cinco años; uno de ellos aún no ha hecho su debut.

    Las licencias fueron para Impsat; Satelnet, cuyas acciones fueron adquiridas por la Banca Nazionale del Lavoro, que tiene un telepuerto en la Costanera Norte y brinda servicios satelitales de datos en distintas especialidades, además de audio AM-FM y video.

    La tercera de las licencias otorgadas en esa época fue a Comsat -la empresa se llamó antes Iata-Alcatel, luego Satelital-, que recién inició su actividad el año pasado. La cuarta es Keytech, que desde hace algo más de dos años ofrece servicios de videoconferencias internacionales. La quinta empresa del paquete fue Tecsel, que aún no apareció en el mercado.

    En cuanto a la primera banda de telefonía móvil celular para Capital y Gran Buenos Aires, el 1º de noviembre de 1989 empezó a operar Radiocomunicaciones Móviles S.A., integrada con capitales de Citibank, Bell South, Motorola, Socma y BGH.

    EL SATELITE DE LA ARGENTINA.

    Los servicios por satélite se han desarrollado espectacularmente en los últimos tres años. En ese lapso surgieron más de 20 empresas. En 1992 la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CNT) licitó la puesta en funcionamiento de satélites domésticos argentinos.

    La Unión Transitoria de Empresas (UTE) ganó la licitación a mediados de diciembre de 1992; integraban el consorcio original Deutsche Aerospace, del grupo Mercedes Benz; Aerospatiale; Alcatel (ambas de Francia); Alenia Spacio, de Italia, y Embratel, brasileña, que parece haber desistido del proyecto, por lo que quedarían sólo las empresas de origen europeo. La oferta para alquilar

    anualmente el servicio fue de US$ 1.214.000, contra US$ 1.750.000 que propuso Sistemas Satelitales S.A., formada por las nacionales Socma, Agea (Clarín) y General Electric.

    La licencia le permite a Nahuelsat S.A. operar durante 24 años un sistema privado y comercial para la Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. El satélite Nahuel I recién estará en órbita en 1997.

    Hasta entonces las transmisiones se harán provisoriamente con Anik C1 y C2, satélites canadienses de la firma Telesat.

    Finalmente fue Paracomsat S.A., que integran Loma Negra, La Nación, Ormas S.A.I.C.I.C, Banco UNB, Tevycom Fapeco S.A., Darcemar S.A. y Extrader Capital Market S.A, la que rubricó el acuerdo para la operación de los Anik C1 y C2, hasta tanto se instalen los Nahuel.

    Las inversiones que demandará el Nahuel 1 se aproximan a US$ 230.000.000. Y no sería extraño que se incorporen a Nahuelsat empresas nacionales, entre ellas Telecom y Telefónica.

    Una carrera contra el tiempo.

    VARIEDAD DE SERVICIOS, POR IMPERIO TECNOLOGICO.

    Las operadoras telefónicas ofrecen nuevos productos a 10 centavos los 2 minutos, para cambiar hábitos de uso y mejorar cuentas propias y ajenas.

    Lo que en otros países demandó 15 años, en la Argentina se concretará en cuatro o cinco, afirma el gerente de Marketing de Telecom, Edmundo Poggio. Los “nuevos productos” no vienen a satisfacer demandas o necesidades del mercado, sino que “llegan impuestos por la tecnología”. En los próximos dos años aparecerán, “inexorablemente, todos los servicios” que tienen los países más desarrollados.

    El objetivo de Telecom y Telefónica, que tienen acuerdos de complementación para canalizar estos servicios, apunta a un objetivo claro: aumentar la facturación. En la actualidad, se estima que entre 2 y 3% de las ventas provienen del producido de algunos nuevos servicios puestos en marcha. Pero

    aumentará la cantidad de estos “servicios de valor agregado” y se utilizarán más. Siguiendo la tendencia de otros países, dentro de cinco años, entre 15 y 25% de la facturación provendrá de estos otros usos del teléfono.

    Las dos operadoras invertirán entre US$ 30 y 40 millones hasta el próximo año, a fin de transformar las actuales centrales en “redes inteligentes”. Se trata de dotar de un plano superior a la conmutación, para procesar servicios que van más allá del tráfico de voz.

    La tarea de las operadoras está enfocada últimamente hacia la difusión de los usos diversos del teléfono, orientando el mensaje hacia empresarios y público. “Es una rueda que tiene que empezar a andar”, pronostica Poggio.

    El servicio telefónico más conocido y utilizado por los argentinos es el que se obtiene marcando 113, la hora oficial. Sin embargo, en otros países desde hace años existen servicios tan variados y frívolos como el chiste del día, y otros tan útiles como recetas de comidas, farmacias de turno, indicaciones para hacer un trámite.

    Está todo listo para que en 1994 estén disponibles los servicios conocidos como audiotex y videotex.

    El primero permite acceder a un banco de datos para recibir información oral; en el otro caso a través del terminal de la computadora la información llega en imágenes.

    La guía telefónica se consulta mediante estos métodos, y no sólo es posible buscar el número de una persona, sino que se puede averiguar a qué persona corresponde determinado número. También se podrá acceder a las páginas doradas para ver el nombre destacado de una empresa, y además, discando un código especial, el último anuncio publicitario con la oferta del día, que sin duda

    generará nuevas técnicas publicitarias.

    Cualquier empresa de la Argentina está en condiciones de brindar estos servicios. Las operadoras aportan la línea, su negocio consiste en vender más pulsos, y le ofrece al propietario del servicio informativo la posibilidad de facturarlo junto con el abono telefónico.