El catálogo de las exportaciones de productos industriales de la Argentina es amplio e incluye bienes que se fabrican en grandes series para aprovechar las economías de escala, así como también series cortas para conquistar “nichos” de mercado e incluso trabajos especiales de ingeniería. Hasta no hace mucho, los únicos destinos de exportación eran los países limítrofes o, en el mejor de los casos, otros de América latina. Ahora, los productos argentinos desembarcan en países industrializados como Estados Unidos, Alemania o Japón, o en puertos remotos de Malasia, la Unión Soviética o Corea del Sur.
La gran novedad que se proyecta con bastante dinamismo para los próximos años consiste en que, para muchas empresas, el Mercosur ya es una realidad que permite aumentar considerablemente las ventas.
Doce por ciento del comercio internacional de tubos de acero sin costura para pozos petroleros fue conquistado por la empresa argentina Siderca, que este año exportará 550.000 toneladas, lo que equivale a 82% de su producción. Swift, por su parte, es líder mundial de exportación de carne cocida congelada. Equipos de IBM Argentina se colocan en Japón. Cajas de cambios de Saab Scania se venden en Holanda, mientras que Renault exporta blocks de motores y matricería a Francia. IMPSA (Pescarmona) ha desembarcado con turbinas hidráulicas y generadores de electricidad en Estados Unidos y grúas de gran estructura en los puertos de Malasia.
Hay otros ejemplos. Bagó exporta productos medicinales de alta complejidad y plantas llave en mano. La oferta argentina se multiplica con automóviles de Sevel y de Autolatina vendidos en Brasil. Los neumáticos de Good Year están presentes en una media docena de mercados. La petroquímica aporta una amplia gama de productos.
En el enorme abanico que abren las manufacturas de origen agropecuario se encuentran los productos cárnicos de Quickfood o del Frigorífico Rioplatense, las golosinas de Arcor, los chicles de Stani, el Mantecol de Georgalos y el jugo concentrado de tomate de CICA.
NO TRADICIONALES.
Aunque ignorado por las estadísticas oficiales, otro rubro aporta divisas año tras año. Se trata de las obras de ingeniería, como gasoductos, líneas eléctricas de alta tensión, acueductos, refinerías de petróleo y aeropuertos construidos por Techint en países latinoamericanos, árabes o europeos. Otro caso interesante es el de Ormas-Roggio, que comenzó a trabajar en Montevideo y Punta del Este en saneamiento ambiental de ciudades o, dicho más llanamente, recolección de desechos domiciliarios.
La corriente se robustecerá este año con la decisión de Aurora de exportar heladeras con una marca recordada en el país y en el extranjero: Siam. El destino principal será Brasil.
Habrá otras importantes novedades el año próximo. Entre fines de 1991 y comienzos de 1992 concluirán las construcciones de tres nuevas plantas concebidas fundamentalmente para exportar. Se trata de Petroken (con una inversión de US$ 185 millones) que producirá polipropileno; la ampliación de Transax, del grupo Autolatina (US$ 200 millones de inversión), que fabricará cajas de cinco velocidades para automóviles, y Mercedes Benz, que está construyendo una planta (US$ 70 millones), también de cajas de cambio, pero para camiones. En estos casos, el volumen a exportar no será inferior a 50% de la producción y llegará hasta 85% en el caso de las cajas de velocidad de
Autolatina. La globalización de la economía está empujando a los empresarios a la especialización para captar segmentos de mercados.
Este año las exportaciones totales argentinas llegarán a US$ 11.500 millones, lo que representa un descenso de 8% con respecto a las cifras de 1990 (US$ 12.250 millones). Dos tercios de este volumen corresponderán a manufacturas, elaboradas con materia prima de origen agropecuario o industrial. Los tres principales mercados son Estados Unidos (l3,5%), Brasil (11,5%) y Holanda (11,1%). Desde el punto de vista de las importaciones, los socios más importantes son Estados Unidos (21%), Brasil (17,6%) y Alemania (8,6%).
A lo largo de décadas, los empresarios argentinos han sabido aprovechar las ventajas comparativas derivadas de una gran riqueza de materias primas, mano de obra barata, combustibles y energía eléctrica subsidiados. Ahora enfrentan un desafío mayor: el de explorar las ventajas competitivas. Según el concepto del profesor Michael Porter (“Las ventajas competitivas de las
naciones”), lo más importante en el mundo moderno pasa por la capacidad de innovación de los productos, “packaging”, puntualidad en la entrega, estricto control de calidad o la filosofía de cero defecto.
Mientras que las ventajas comparativas están vinculadas a la riqueza natural de los países, las ventajas competitivas reflejan el talento empresario capaz de diseñar un “management” que impone el producto por su competitividad. Suiza, Japón y las ciudades-estado como Hong Kong y
Singapur son ejemplos de países que prácticamente no poseen materias primas, pero que han llegado a ser grandes exportadores. Cualquiera de ellos exhibe una exportación varias veces superior a la de la Argentina. Sin embargo, las ventajas comparativas y competitivas no son excluyentes, y por lo tanto pueden potenciarse mutuamente.
GLOBALIZACION.
El concepto de “globalización de la economía” se ha incorporado al lenguaje cotidiano de presidentes de empresas, gerentes, consultores y economistas. Y no es para menos. Cada vez con mayor intensidad, más sectores de la industria compiten entre sí, en todos los países. Los “santuarios” empresariales y reservas de mercado tienden a desaparecer.
La competencia está a la vuelta de la esquina. Sólo hay que preguntarles a los suizos qué pasó con sus relojes, a los suecos con sus herramientas o a los alemanes con sus máquinas fotográficas. La industria aeronáutica y espacial de Estados Unidos comenzó a temer a los aviones y satélites de comunicaciones de los europeos. La antaño poderosa industria naval de Gran Bretaña es casi un recuerdo del pasado. Desde hace años Australia exporta más carne vacuna y a precios más altos que los que obtiene la Argentina, que aún hoy no ha logrado una adecuada capacidad de respuesta para mejorar la calidad de sus ganados infectados de aftosa, brucelosis y tuberculosis.
El fabuloso crecimiento del comercio internacional y del turismo ha impuesto una nueva dinámica a la oferta y la demanda. Ya en la década de 1970 un especialista de Harvard, Theodore Levit, lanzó esta tesis: la demanda se ha uniformado en todo el mundo; por lo tanto, las empresas que sólo venden en sus mercados internos pertenecen al pasado.
Desde comienzos de la década de 1980, otro hombre de Harvard, Michael E. Porter, lanzó una nueva tesis, más compleja, sobre el fenómeno de globalización. La idea central ubica a la empresa como una cadena de creación de valor agregado, con estructuras muy particulares. En el proceso hay actividades que son las formadoras del valor agregado, y otras que sirven de apoyo a aquellas. Las primeras comprenden la producción, “marketing”, ventas y servicios a los clientes. Entre las actividades de apoyo figuran el “management”, el manejo de los recursos humanos, la gestión financiera, el desarrollo tecnológico y las compras.
Todo lo que Porter escribió lo sabían en forma intuitiva y práctica los pioneros del desarrollo industrial, como el “viejo” Di Tella; Gagliardi, de Celulosa Argentina; Arturo Acevedo, de Acindar; Agostino Rocca, de Siderca; Oberdán Sallustro, de Fiat; Juan Zanella; Alfredo Fortabat, de Loma Negra; Quinto Pulenta, de Peñaflor; Jorge Pérez Companc; Manuel Madanes, de Aluar, y Fulvio Pagani, de Arcor, entre otros.
Todavía queda un largo camino por recorrer para la Argentina. Sus exportaciones representan 0,4% del total mundial. Esta posición puede ser remontada, como lo demostraron, en los últimos 25 años, Japón, China, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Indonesia, Tailandia y Malasia, que adoptaron el modelo exportador, triplicaron su participación en el comercio internacional y de
esa forma lograron duplicar su Producto Bruto Interno.
Sin embargo, exportar no es fácil para la Argentina. El ingeniero Carlos Leone, de Acindar, considera que la carga impositiva sobre los envíos de productos siderúrgicos representa 30% del valor FOB de cada operación. Algo similar opinan otros líderes empresarios como Rubén Puentedura, de PASA; Javier Tizado, de Siderca; Armando Bertucci, de Aluar; Jesús Peón, de Renault; o Héctor Massuh.
Todos señalaron que los impuestos implican una carga no inferior a 20% del valor de la mercadería.
Si hubiera que resumir en una sola queja los problemas de los exportadores, no habría duda de que se trata de falta de continuidad de las medidas o, dicho de otra forma, de las cambiantes reglas de juego sobre los aranceles de importación y las políticas de promoción.
BUSCAR LA COMPETITIVIDAD.
Una encuesta realizada en forma conjunta por el Instituto para la Integración de la América Latina (INTAL-BID) y el Banco de Boston entre 300 empresas exportadoras de la Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay, sobre los factores que inciden en las exportaciones, incluyó preguntas como éstas: ¿Se están haciendo inversiones para adaptar la estructura productiva a las necesidades de la exportación? ¿La apertura y la recesión impiden las inversiones?
La mayoría de las empresas respondió que había invertido recientemente o estaba invirtiendo con el objeto de iniciar o ampliar sus exportaciones. Este resultado fue muy claro para Chile, Uruguay y Brasil, pero menos categórico para la Argentina y Paraguay. “Lo que sí quedó perfectamente delineado -explicó Guillermo Ondarts, jefe del área de proyectos empresariales del INTAL- es que la búsqueda de mercados externos ya no consiste sólo en un problema de ocupación de la capacidad productiva ociosa o de colocación de saldos periódicos, sino que muchas empresas crecen o se están reestructurando con el objetivo expreso de exportar.”
La medición de una muestra más reducida, de 55 empresas, reveló que, entre los factores que influyeron positivamente en la decisión de invertir, los dos más mencionados fueron la apertura de la economía y las dificultades del mercado interno. Es decir que la posibilidad de pérdida o fuerte disminución del mercado cautivo parece haber sido el más fuerte estímulo a las inversiones para exportar.
La mayor parte de las firmas consultadas opinó que su éxito en los mercados externos es consecuencia derivada de los siguientes factores:
1) las características especiales de sus productos (31%)
2) la eficiencia de la producción (28%)
3) la red de comercialización (18%)
4) los costos de los insumos (11%)
5) la mano de obra (9%).
“El factor más mencionado -opinó Ondarts- es el de las características del producto, lo que significa que existen nichos de mercado construidos alrededor de secretos de fabricación, habilidades artesanales, materias primas no comunes. Para este grupo de empresas, los factores tradicionales de ventajas comparativas, como el costo de la materia prima o de la mano de obra pesan, pero no son generalmente los determinantes del éxito.”
Las empresas señalaron que el mayor obstáculo para exportar proviene de los costos de los servicios, en especial la energía eléctrica. Ondarts destacó que del estudio realizado surgió un mensaje claro: la exportación está haciendo crecer a las empresas, y el proceso de ganar competitividad se enriquece con la apertura de la economía y una mayor competencia interna.
Edgardo Alberto Silveti.
MENDOZA FOR EXPORT.
Los mendocinos parecen decididos a ubicarse en el pelotón de vanguardia de la Argentina exportadora. El año pasado, la provincia colocó en el exterior productos agropecuarios e industriales por un valor de US$ 264.318.377, que significa un incremento de 170,9% con respecto a 1989.
Además de la importancia de estas cifras globales, el detalle indica un avance notable del sector vitivinícola y las conservas de frutas y hortalizas, que se ubicaron inmediatamente detrás de la actividad agrícola (el ajo en particular), que registró US$ 40.492.773.
Por conservas, se colocaron en el exterior US$ 34.989.616, que representan 1.743% más que en el año anterior. Otro de los índices llamativos del cuadro mendocino estuvo a cargo de las pieles, cueros y sus manufacturas, cuyas exportaciones se incrementaron en 21.508%.
Más modesto, pero significativo por su naturaleza, es el crecimiento, superior a 80%, en las exportaciones de las industria electrointensiva y metalmecánica, que en conjunto recaudaron US$ 42.082.540.
PRINCIPALES PRODUCTOS ARGENTINOS DE EXPORTACION.
Manufacturas de origen agropecuario.
en US$ millones.
Ranking Producto
1 Pellets de soja 918,30
2 Cueros vacunos curtidos 582,11
3 Aceite de girasol 542,82
4 Aceite de soja 413,70
5 Carne bovina deshuesada, refrig. 294,10
6 Pellets de girasol 141,03
7 Azúcar en bruto, ref. y semirref. 133,77
8 Corned Beef 129,10
9 Carne bovina cocida congelada 103,53
10 Aceite de linaza 93,74
11 Lomos bovinos envasados 63,13
12 Expellers de lino 57,67
13 Jugo de manzana concentrado 52,88
14 Leches y natas 38,22
15 Extracto de quebracho 33,70
16 Alcohol etílico 33,00
17 Harina de trigo 31,73
18 Aceitunas 31,58
19 Suelas curtidas 29,83
20 Aceite de maní 29,03
21 Té negro 27,40
22 Mosto de uva concentrado 26,39
23 Malta entera 24,45
24 Harinas de carne 23,39
25 Leche en polvo 22,60
Manufacturas de origen industrial.
en US$ millones.
Ranking Producto
1 Naftas 318,13
2 Gas-oil 247,76
3 Tubos de acero sin costura 223,44
4 Aluminio sin alear,lingotes y tochos 203,70
5 Fuel-oil 141,20
6 Chapa de acero laminada en caliente 137,28
7 Chapa de acero laminada en frío 106,60
8 Equipos periféricos de computación 94,68
9 Alambrón de acero 67,26
10 Pasta química de madera,fibra larga 64,48
11 Polietileno 58,79
12 Aceites ligeros y medios 56,86
13 Palanquilla de hierro 52,91
14 Hilados y tejidos de algodón 45,20
15 Papel de imprenta 39,18
16 Cloruro de polivinilo 32,72
17 Cajas de velocidad para camión 31,70
18 Herbicidas a base de ácidos 30,02
19 TDI 26,46
20 Prendas de vestir de cuero 23,58
21 Baldosas y losas 23,37
22 Neumáticos para automóviles 23,27
23 Látex de caucho sintético 22,06
24 Papel prensa 21,94
25 Carbono 21,22
Fuente: Area Estadística de la Subsecretaría de Industria y Comercio. Boletín de Comercio Exterior, número 37. noviembre 1991 – pág. 34 a 37
PARA MUESTRA, 30 CASOS.
Las empresas incluidas en el siguiente listado, en el que se indican sus principales rubros de exportación, constituyen un muestrario de experiencias exitosas. La nómina -por cierto no excluyente- abarca a grandes y pequeñas firmas que están presentes con sus bienes y servicios (desde caramelos hasta plantas industriales, desde la recolección de residuos hasta la ingeniería de obras públicas) en un mundo que ha dejado de ser ancho y ajeno.
ACINDAR.
Aceros al carbono y aceros finos, alambrón, varillas.
Históricamente exportó 30% del volumen físico de la producción, pero la recesión del mercado interno hizo que ese coeficiente se elevara el año pasado a 50%, con un monto récord de US$ 200 millones. La empresa realizó fuertes inversiones en el último quinquenio para lograr una mayor competitividad en el mercado internacional, en el que está presente desde hace veinte años. Dirige
sus exportaciones fundamentalmente al Lejano y Medio Oriente, Europa y Australia, con envíos de productos específicos a Estados Unidos y América latina.
