DOSSIER |
Por Marcelo Carbone (*)
Los datos con los cuales se ha desarrollado el análisis en el plano normativo provienen del informe anual de certificaciones que prepara el Organismo ISO (International Organization for Standarization), entidad regente y generadora de las normas más importantes que se aplican y se certifican, aquí y en todo el mundo.
Para muchos profesionales los datos globales de ISO son tan válidos como los totalizadores de certificaciones locales emitidos por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), o sea, de certidumbre muy relativa o, al menos, cuestionable.
Se han tomado como válidos de todas formas, ya que no existen otras fuentes más creíbles a escala global.
Es por ello que puede encontrarse una variación significativa entre los datos utilizados para desarrollar ambas partes de este informe, ya que a diferencia del análisis global, para la revisión local se trabajó con los datos provistos por el INTI. Nótese también que los períodos analizados son dispares para cada normativa, y esto es debido a que cada una de ellas ha sido aprobada en distintos años: mientras que se analizan las certificaciones ISO 9001 desde la revisión del año 2000, solo se puede considerar datos de ISO 22001 y 27001 desde 2005, año de su puesta en vigencia.
Otro punto discutible puede ser la elección de los países, y consecuentemente de las regiones, sobre los que se recolectaron datos y se formularon comparaciones. En primera instancia, la decisión fue revisar la situación del Mercosur y las economías vinculadas de Sudamérica. La representación de América del Norte viene de la mano de Estados Unidos y México. Por el lado de Europa se eligieron las economías más representativas y con más afinidad hacia los sistemas de calidad ISO: Alemania, Francia, España, Italia y Suiza.
En el caso de Asia, está representada por Rusia (por simple conveniencia del análisis se prefirió colocarla en Asia y no en Europa), India, China y Japón.
Esta elección permite una visión de regiones y alianzas comerciales y políticas, como Mercosur, el Mercosur ampliado o el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), las cuatro grandes economías emergentes que pueden convertirse en “dominantes” hacia el año 2050.
Marcelo Carbone
Vínculos con la economía
Para realizar el estudio de vinculación entre variables económicas y los niveles de certificación se contó con el aporte de los economistas Osvaldo Cado y Nicolás Bridger (consultores de Prefinex), quienes aportaron su criterio: “La Argentina mostró entre 2003 y 2008 un crecimiento de 9% anual, con crecimiento de exportaciones fuerte y una importante generación de empleo. Por su parte, Brasil creció a 5% en el mismo período, con un crecimiento menor de todas esas variables. Al momento de enfrentar la más reciente crisis económica la Argentina cayó tan rápido como subió; Brasil prácticamente ni la sintió. En otro orden y analizando otra variable, la Argentina tiene una pobreza de 33%, contra 20% de Brasil, cuando en 2005 en ambos países fluctuaba en torno a 30%, a pesar de haber crecido menos”.
“¿Qué significa esto? Que los países que, aparte de crecer, se desarrollan económicamente son aquellos que tienen estabilidad. Eso quiere decir que para crecer no solo hay que tratar de alcanzar un crecimiento de 5% anual, sino también poder sostenerlo en esa cuantía en forma sostenida. Para ello es necesario, entre otras cosas, que los niveles de inflación “real” se mantengan bajos, incentivar el ahorro en moneda local lo que implicaría un mercado de crédito en pesos a tasas competitivas, incentivar la inversión (local y externa) a partir de reglas claras y estables, etc. En definitiva, generar las condiciones para que las pequeñas empresas se vuelvan medianas y las medianas grandes, para que aquel que apueste en el país pueda desarrollarse”.
Dado que la investigación en esta primera parte arrojó datos dispares que obligan a un análisis muy pormenorizado para cada caso, pareció razonable compartir las inquietudes que fueron presentándose en el camino, y de esa manera estructurar mejor la presentación de los resultados.
China a la cabeza
¿Cuál es el mapa de las certificaciones ISO 9001 en el mundo (tomando como referencia solo los países analizados)?
El gráfico que se presenta arriba muestra los resultados de la suma de todas las certificaciones ISO referidas en los países bajo análisis.
Es notable la diferencia entre China y el resto de los países, siendo que duplica a Italia, segundo en cantidad de certificaciones. Se destaca también la escasa cantidad que muestran los países de Sudamérica, no solo contra el “gigante asiático”, sino también en relación con el resto de los bloques, como el europeo o incluso América del Norte (que, en este caso, incluye EE.UU. y México, pero no Canadá).
El destino de la ISO 9001
¿La cantidad de certificaciones ISO 9001 en el mundo continúa en crecimiento?
No se puede afirmar, en función de los datos expuestos y de su progresión, que las certificaciones ISO 9001 continúen en crecimiento. De hecho en países como Japón, India y Estados Unidos la cantidad ya está en descenso. En lo que sigue se tratará de descubrir si este descenso se aplica solamente a ISO 9001, o si se extiende hacia otras normativas.
En caso de que las empresas alrededor del globo estuvieran optando por estándares más evolucionados, sería comprensible el abandono de sus certificaciones ISO 9001 por una simple y sencilla razón: dado que dicha norma es la madre de todo el grupo de nuevos estándares complejos que la contienen, es comprensible que las organizaciones opten por certificar las más abarcativas, en lugar de tener más de una certificación. De esta forma, se estarían certificando estándares sustitutivos, no complementarios.
¿Más o menos calidad?
Si se toman en cuenta los datos utilizados en la pregunta anterior, ¿puede decirse que la calidad normativa está mermando en los países que redujeron los certificados ISO 9001, o es un simple efecto de la renovación de estándares?
En tres de los casos analizados en las líneas anteriores (EE.UU., Japón e India), los países sufrieron una merma considerable de certificaciones ISO 9001 desde 2006 y 2007, así como en el acumulado general, pero los gráficos muestran la diversificación que se produjo en sus porcentajes por norma.
La Argentina incrementó gradualmente la participación de Medioambiente y Seguridad Alimentaria (ISO 14001 e ISO 22001) en el total, mientras que disminuyó la incidencia de certificaciones ISO 9001. Por otra parte, la distribución de la Argentina se asemeja más a la de Brasil que a la de India, con menos participación de TS 16949 (automotriz).
Brasil muestra un descenso en la incidencia de las certificaciones de Medioambiente ISO 14001 sobre el total, mientras que las de TS 16949 se mantienen constantes. El resto de las normas tienen escasa incidencia porcentual.
Estados Unidos muestra un incremento notable de TS 16949 e ISO 14001 en detrimento de ISO 9001, aunque todavía no se nota el impacto de ISO 22001, norma que muestra un promedio de crecimiento interanual de 40%.
El caso de Japón es muy distinto y llamativo: su industria automotriz es una de las más grandes del mundo, pero su porcentaje de certificaciones TS 16949 es muy bajo. Por otra parte la incidencia de ISO 14001 y 27001, ambas en franco crecimiento, le quitan espacio a la 9001.
En los valores para India sorprende la incidencia de ISO 9001 sobre el resto de los estándares, y se puede apreciar como van aumentando las porciones pertenecientes a ISO 14001, 22001 y 27001.
Conexión con las exportaciones
¿Podemos vincular la progresión de las certificaciones ISO 9001 con los niveles de exportación de bienes en los distintos países o regiones?
Aunque en algunos casos aislados las curvas de certificación ISO 9001 parezcan acompañar a las de evolución del volumen de exportaciones, tal como sucede con países como Uruguay y España, no puede inferirse una relación directa entre las dos variables. Quizá, si estudiáramos las curvas de crecimiento sectorial, tanto de exportaciones como de certificaciones (podría ser en alimentos con ISO 22001 o automotriz con TS 16949), ese análisis particular nos podría arrojar otro resultado, pero no bastaría para explicar la existencia de un vínculo directo certificación/exportación.
Nivel de actividad industrial
¿Se puede vincular la progresión de las certificaciones en general con los niveles de crecimiento de la actividad industrial en los distintos países o regiones?
Por lo visto tampoco se puede vincular el nivel de actividad industrial con la cantidad total de certificaciones por país o región, en forma directa, tal como lo evidencian los gráficos. Lo que puede indicar que la cantidad de certificaciones tiene un impacto “estructural” no inmediato, sino de mediano o largo plazo.
Ambiente: nada definitivo
¿Continúan vigentes y en crecimiento las certificaciones de calidad medioambiental ISO 14001?
De todos los países bajo análisis los únicos que experimentaron un salto cualitativo importante respecto de los niveles de certificación ISO 14001 fueron China y Japón, dato llamativo en el caso del primero, ya que posee uno de los niveles de contaminación más altos del planeta. Para el resto de los casos, los niveles crecieron o decrecieron en porciones no significativas.
¿La Argentina lidera el desarrollo e implementación normativa tal como sucedió en décadas anteriores?
Si se analiza el valor total de las certificaciones ISO se comprueba que la Argentina ostenta aún el segundo lugar, con una diferencia sustancial con Brasil, que puede ser fácilmente explicada teniendo en cuenta los niveles de industria y de servicios entre ambos países.
El tercer lugar lo ocupa Colombia y el cuarto Chile.
Ahora bien, cuando se desagregan los valores y se realiza el análisis por norma, la realidad es otra:
En lo referente a Sistemas de Gestión de la Seguridad de la Información, la Argentina aparece cuarta, luego de Brasil, quien muestra una amplia diferencia de cuatro a uno sobre Colombia, en segundo lugar y de cinco a uno con Chile, en tercer lugar.
También es llamativo el lugar ocupado por nuestro país en certificaciones ISO 22001 (tercero, luego de Chile y Brasil), siendo que la producción de alimentos fue siempre nuestra “actividad principal”, al menos en el inconsciente colectivo de los argentinos.
Puesto que ambas normas fueron emitidas en el año 2005, estas diferencias pueden hablar de un retraso en la incorporación a la actividad económica, o bien de un cierto desinterés en innovar en nuevos estándares, ya que es posible que las empresas que vayan hacia la certificación de cualquiera de las dos normas implementen antes ISO 9001.
Desarrollo sectorial
¿Los niveles de certificación pueden reflejar tendencias de desarrollo sectorial entre países?
En algunos casos más y en otros menos, las certificaciones de cada norma en particular pueden hablar de desarrollo sectorial, tal es el caso del gráfico donde se compara la cantidad de certificaciones entre los socios del Mercosur:
Se observa claramente que Brasil y la Argentina cuentan con una mayor cantidad de certificaciones que Uruguay y Paraguay.
Asimismo, si se mantiene el criterio y se analizan los gráficos del tema anterior, estaríamos ante la posibilidad de estar perdiendo terreno en los sectores alimenticio y de servicios informáticos, bancarios y financieros, ante el resto de los países de Sudamérica.
Si se analiza la penetración de la normativa ISO 27001 en los países del BRIC veremos que la delantera la ostenta India, lo que corroboraría la realidad, ya que es el país con mayor desarrollo de servicios corporativos, tales como call centers, procesamiento de datos y servicios informáticos.
Algunas conclusiones
La gran respuesta a la una de las dudas o interrogantes planteados es que, al parecer, no existiría relación directa entre las variables económicas analizadas y los niveles de certificación normativa, por lo menos cuando se toman períodos cortos para realizar el análisis.
Igualmente se percibe que las cantidades de certificaciones aumentan de acuerdo con el desarrollo alcanzado por las empresas y ello insta a afirmar que las certificaciones cumplen una función de fortalecimiento estructural más que de estímulo inmediato de ventas o producción. Asimismo, como tampoco se evidenció una relación entre las certificaciones y los niveles de exportación es de suponer que ello se debe a que para proyectar volúmenes exportables primero debe tenerse una fuerte base en el mercado interno. Y es en ese primer escalón donde la implementación de sistemas de calidad normativos demuestra su gran utilidad.
Con referencia al rumbo que exhibe la calidad normativa, ahora existe certeza de la sobrevida de ISO 9001 como estándar principal, más allá de su declive, temporal (o incluso permanente). Está claro que esta norma seguirá siendo la puerta de entrada a la calidad para las Pyme de todo el mundo, aunque después se pueda optar por otro estándar más complejo, específico o integrado.
La Argentina ya no está en el momento de prepararse: llegó la hora de actuar con intensidad, tanto desde el sector privado como desde el público. Sea para fortalecer y dar forma a un crecimiento y profesionalización de las empresas de producción o servicios, sea para apuntalar el mercado interno o para proyectarse al exterior. Profesionalizar es ganar, y en los mercados actuales quien no entrena para ganar termina perdiendo: ya no es posible recurrir a la vieja fórmula que reza: “si siempre lo hice igual y me fue bien, ¿para que cambiar?”. El cambio es evolución, y la evolución, subsistencia y crecimiento.
(*) Marcelo Carbone es director de Crescent.
Avances y retrocesos
Mejores augurios en el año del Bicentenario
Fue premonitorio. Nuestro aporte para esta investigación anual publicada en 2009 se titulaba: “El año difícil”. Los coletazos de la crisis externa y nuestros propios desaguisados internos, enrarecieron el clima y perjudicaron el clima de los negocios y los resultados de muchas empresas.
Por Maximiliano Giménez (*)
Maximiliano Giménez
En este contexto no es extraño registrar que algún retraso se haya producido en la evolución del proceso de certificaciones del sistema de calidad.
La primera parte del año se fue intentando tapar agujeros, y pensando en que de alguna forma había que seguir apostando por la planificación.
En el segundo semestre empezó a mejorar la actividad, lo que permitió una vez más cerrar un año calendario con interesantes sorpresas en el campo de la calidad.
Para ese entonces, habían quedado atrás las mejores estimaciones acerca del desarrollo de los temas de calidad en el sector turístico, por ejemplo, aunque por otra parte el mercado argentino fue despertando hacia las certificaciones de sistemas de gestión de la seguridad de la información, ISO 27001.
Organizaciones nuevas, o aquellas más reticentes a “entrar en temas de calidad”, decidieron implementar ISO 9001 y sumarse a las tantas empresas que eligieron el sistema mundial con mayor cantidad de certificaciones.
Como ya se había adelantado, se confirmó la tendencia: las empresas de software siguen demandando certificaciones. Lo que antes era la norma de Responsabilidad Social SA 8000 está dejando paso a un nuevo estándar internacional: la inminente ISO 26000. Por último, hubo oportunidad de presenciar lo que para los expertos es el gran acontecimiento normativo del año 2009: la explosión de las certificaciones FSC / cadena de custodia forestal para el rubro gráfico, los distribuidores de papel y productos derivados.
Es cierto que, en comparación con otros países, la Argentina sigue atrasada en muchos ítems normativos, de esos que permiten ganar y conservar mercados externos o simplemente ofrecer calidad al mercado interno sin variaciones sustanciales. Es incomprensible ver que un país como el nuestro, productor histórico de alimentos, esté tan atrás en las certificaciones ISO 22001, por ejemplo. Cuesta entender cómo el Estado aún no da cuenta de la importancia que revisten las certificaciones de calidad para determinados rubros, después de la evidente mejora e incremento de los negocios informáticos y su proyección internacional, debida en gran medida al empuje brindado por la ley de software.
¿Cuánto falta para que haya una norma específica sobre las empresas alimenticias o una sobre servicios turísticos que propicie la certificación mediante desgravación impositiva? De hecho, no se sabe si algún día sucederá.
En 2009, dijimos que la tendencia era la inexistencia de tendencia. En 2010, creemos ver más claramente que estamos yendo hacia la diversificación normativa en el mercado de las certificaciones de calidad.
Actualmente, está en crecimiento la cantidad de oferentes del servicio de certificaciones, lo que representa una competencia de precios importante al tiempo que se llega a más clientes potenciales, mientras que el servicio de consultoría en implementación está concentrándose cada vez más, haciendo que en este caso expertise y respaldo de una sólida estructura sean variables más ponderables que el precio.
En lo que se refiere a las certificaciones de calidad, 2010 será un muy buen año, dado que la economía local se muestra activa y con ganas de crecer. Es probable que así capitalicemos las ganas de mejorar que se esfumaron el año pasado.
(*) Maximiliano Giménez es director de Crescent.