Actividad económica

    7,2% de crecimiento en 2008

    El motor: 2007 fue el año del consumo público y privado

    La actividad económica local se mostró muy dinámica en
    2007, fruto de un consumo público y privado creciendo a niveles récord.
    La dinámica del año pasado estuvo fuertemente marcada por las
    elecciones presidenciales y precios internacionales altos.
    En el primer caso, la aceleración del gasto público y el consumo
    privado impulsaron la actividad comercial, sectores industriales relacionados
    con el consumo privado y los servicios de transporte y comunicación,
    aunque la incertidumbre hizo mella en la evolución de la construcción.
    El contexto internacional y un buen clima hicieron del sector agrícola
    el gran protagonista de 2007, que pasó de explicar 1% del crecimiento
    en 2006 a 6% en 2007. Si bien las perspectivas para el sector son favorables,
    subyacen algunas preocupaciones que ponen dudas en su evolución de mediano
    plazo aun en un contexto internacional cada vez más favorable.
    El arrastre estadístico para 2008 es alto (+3,6%) y esperamos que las
    variables que impulsaron el crecimiento en 2007 se mantengan dinámicas
    aunque en desaceleración. Estimamos para 2008 un crecimiento en torno
    a 7,2%.

    Cuentas nacionales

    Crecimiento quinquenal que seguirá en 2008

    La actividad económica se mostró muy dinámica el año
    pasado, fruto de un consumo público y privado creciendo a niveles récord.
    El arrastre para este año es alto. Por su parte, la inversión
    continuó en alza aunque con un menor ímpetu al mostrado en años
    anteriores, dejando abiertos algunos interrogantes de cara a 2008/09.

    La actividad económica siguió mostrando gran dinamismo durante
    2007. La misma registró una expansión de 8,7% en el tercer trimestre
    y se espera crezca 8,6% en todo el año, superando nuevamente las expectativas
    previas. De este modo se alcanzaría el quinto año de crecimiento
    consecutivo, lo que constituye toda una novedad en la historia económica
    argentina de los últimos 30 años.

    La demanda con claros ganadores y perdedores
    Como era de esperarse en un año electoral, se profundizó el sesgo
    hacia el consumo. El consumo público y privado en conjunto mostraron
    un incremento de 8,9% en 2007, aproximadamente 0,3 puntos porcentuales por encima
    del incremento del PIB. Esto explica en parte el deterioro de los saldos comerciales
    reales (en cantidades) y la aceleración de la inflación. De este
    modo, ambos consumos mostraron un aumento en el aporte al crecimiento, explicando
    6,8 % de los 8,6 % del crecimiento económico, mientras que en 2006 este
    guarismo era de 5,6 % sobre 8,5 %.
    La campaña electoral aceleró de manera notable el gasto público,
    erosionando inevitablemente el superávit primario. Éste se ubicó
    en 2,4% del PIB, cuando el año anterior fue de 1,2 puntos porcentuales
    menos ($11.600 millones), recursos que se volcaron directamente al mercado local.
    Así, el consumo público registró una predecible aceleración
    durante todo el año, y alcanzó 8,4% interanual en el tercer trimestre.
    El aumento del gasto estuvo explicado por las subas en las remuneraciones, jubilaciones,
    subsidios e inversiones.
    Por el lado del consumo privado, éste creció a un ritmo en torno
    a 9% durante todo el año. Si bien muestra cierta estacionalidad política,
    ya que parte del incremento del gasto se traslada al consumo privado, la mayor
    parte del aumento está explicada en una masa salarial creciente vía
    mejores sueldos y mayor empleo y un crédito al consumo creciendo a un
    ritmo de 50% anual.
    La inversión continuó su sendero expansivo, registrando un aumento
    de 13,3% anual. De esta forma, la Inversión Bruta Interna Fija (IBIF)
    consiguió una participación en el PIB de 22,5%, superando en 1,4
    puntos porcentuales el máximo registrado en 1998.
    Por su parte y continuando con la dinámica decreciente, las exportaciones
    netas reales se redujeron 55% en 2007. Dicha reducción en el saldo comercial
    real se debió a una demanda que crece muy por encima de la oferta y cuyo
    mecanismo de ajuste es la caída en los saldos comerciales y una mayor
    inflación.
    Los últimos dos bloques, la inversión y la demanda externa, fueron
    los grandes perdedores de un 2007 electoral. El aporte conjunto de estos dos
    rubros al crecimiento pasó de 33,6% en 2006 a 20,8% en 2007.

    La oferta y los acontecimientos relevantes
    La evolución de la oferta no hizo más que reflejar los dos elementos
    sobresalientes de 2007. Por un lado, el comportamiento de la demanda que, fruto
    del año electoral, mostró un notable sesgo hacia el consumo local
    y principalmente de bienes no comerciables. El segundo elemento fueron las abultadas
    cosechas de 2007, sumadas a precios de commodities agrícolas
    en niveles muy elevados. De este modo, la producción de bienes primarios
    y el bloque de comercio y turismo explicaron 26,4% del crecimiento del producto
    bruto (8,5 pp más que en 2006).
    En la vereda de enfrente se ubicaron la construcción y la industria,
    las cuales explicaron 24,9% del crecimiento de la producción (7,3 pp
    menos que en 2006), aunque en realidad sus performances no han sido
    malas. Ambos bloques están alcanzando una etapa de “maduración”
    luego de cinco años de fuerte crecimiento. Para que vuelvan a tener la
    relevancia de años anteriores deben darse ciertas condiciones macro que
    garanticen un flujo de inversión mayor y de mejor calidad.

    Perspectivas para 2008
    La dinámica explicitada del PIB estaría dejando un arrastre estadístico
    de 3,5 puntos porcentuales. Éste es el crecimiento que registraría
    la economía de no desarrollarse ningún aumento en la serie desestacionalizada
    durante 2008. De este modo, la actividad crecerá en 2008 7,2%, sustentada
    en la continuidad de los altos precios de los commodities, la inversión
    y el incremento del consumo que generará la reducción de la tasa
    de desempleo a niveles cercanos a 7%.
    Más allá de estos favorables guarismos, la dinámica de
    2007 mostró algunos elementos preocupantes. Como hemos expuesto, el consumo
    público y privado le quitó espacio a la demanda externa y a las
    inversiones, justamente todo lo contrario de lo que han hecho países
    que encararon proyectos de desarrollo exitosos. No quedan dudas de que mucho
    tuvo que ver el año electoral, por lo que es esperable que se revierta
    levemente este comportamiento en 2008, aunque no de manera significativa.
    Mirando el largo plazo, si se desea continuar con tasas de crecimiento elevadas,
    es importante generar un sesgo explícito hacia las exportaciones y las
    inversiones.







    ¿Hay inversión productiva
    en la Argentina?

    Si bien el actual proceso inversor es perfectible y tiene mucho para
    mejorar en términos cualitativos, la evolución que mostró
    esta variable en los últimos cinco años es la mejor de
    las últimas cuatro décadas y sostiene gran parte del actual
    crecimiento económico.
    Completando su quinto año de aumento consecutivo, la inversión
    bruta interna fija (IBIF) alcanzó a US$ 62.300 millones en 2007,
    25% por encima del total registrado el año anterior. Impulsada
    por la continuidad del ciclo expansivo y una rentabilidad sectorial
    elevada, creció 435% desde 2002, cuando se redujo al mínimo
    (US$ 11.650 millones) como resultado de la profunda crisis que afectó
    al país. En términos reales (cantidades) creció
    13,5% respecto a 2006, alcanzando una participación récord
    respecto al Producto Interno Bruto (PIB) de 22,6%. El anterior pico
    histórico había sido 1998, cuyo guarismo era de 21,1%.
    Más allá de estos números, a primera vista optimistas,
    algunos analistas han sugerido que la inversión realizada en
    los últimos años no ha sido buena y que no se produjo
    un incremento de la productividad. Es por ello que nos proponemos a
    continuación hacer un análisis un poco más detallado
    de los rubros que la componen, teniendo en cuenta los cuestionamientos
    comúnmente escuchados.
    Cuestionamiento 1: En la actualidad pesa mucho la construcción,
    principalmente la vinculada a las viviendas, la cual es inversión
    no reproductiva.

    Como se observa en el cuadro adjunto, la construcción en el período
    2003/ 06 representó en promedio 62,6% de la IBIF; 2,7 puntos
    porcentuales (pp) más que en el promedio de los años 90
    (paradigma de la inversión en capital reproductivo). Si bien
    en primera instancia esto parecería dar razón al primer
    cuestionamiento, falta agregar algunos elementos al análisis.
    2003 y 2004 fueron años de un claro rebote de la actividad, por
    esta razón la inversión en maquinaria y equipos fue casi
    nula, ya que se hizo uso de la capacidad ociosa disponible. Paralelamente,
    es cierto que hubo un fuerte incremento en la construcción de
    viviendas, fruto de un ratio Q (1) elevadísimo, lo que impulsó
    con mayor fuerza a la construcción.
    Lo contrario ocurre a partir de 2006/ 07, cuando frente al uso de capacidad
    instalada por encima de 80% y un ratio Q menor, se comienza a observar
    un crecimiento más vigoroso del rubro maquinaria y equipos dentro
    de la IBIF. Vemos entonces cómo ya en 2007 la construcción
    representa 59% de la IBIF y maquinaria y equipos 28,8%. Desde el año
    2002 (mínimo de la serie poscrisis) el rubro maquinaria y equipos
    creció 273% superando en 38% el máximo anterior de la
    serie observado en 1998. Para la construcción dichos guarismos
    son 162% y 36% respectivamente.
    Paralelamente, en el gráfico adjunto podemos apreciar que, si
    bien en 2004 la construcción de viviendas fue el rubro más
    dinámico de la construcción, en el período 2003/2007
    la tendencia se revierte quedando este rubro en cuarto lugar, muy atrás
    de la construcción de edificios para actividades productivas
    y de las obras de infraestructura y viales.

    Cuestionamiento 2: La inversión en maquinaria y equipos
    incluye teléfonos celulares lo que distorsiona los verdaderos
    guarismos.

    En principio hay que aclarar que los números de la IBIF no incluyen
    la compra de teléfonos celulares. Sí lo hacen los datos
    de importación de bienes de capital. Esta última creció
    desde 2002 en 718% ubicándose en un nivel de US$ 10.600 millones
    (récord histórico), mientras que la importación
    de celulares creció desde dicho año 5.300% y alcanzó
    a US$ 1.700 millones.
    Si bien el uso de telefonía móvil podría considerarse
    una inversión, se decidió de todos modos analizar la importación
    de bienes de capital neto de celulares con el objeto de ver más
    claramente si el efecto distorsivo es relevante. Se observa que la importación
    de bienes de capital, excluyendo el controvertido rubro, creció
    desde 2002 en 600% ubicándose en US$ 8.800 millones (récord
    histórico), guarismo 44% superior al anterior máximo (1999).

    Cuestionamiento 3: El componente público de la inversión
    creció por encima del privado lo que reduce la productividad
    y eficiencia de la economía.

    Es razonable que luego de la crisis sufrida en la Argentina y con un
    Estado que ahora ostenta un abultado superávit fiscal, el Gobierno
    haya tomado un rol inversor más relevante que en años
    anteriores. Lo importante es ver dónde invierte el sector público
    y si realmente ello está desplazando a la inversión privada.
    En el cuadro adjunto se observa un incremento del rol del Estado, el
    cual se centró exclusivamente en la construcción (obras
    viales y de infraestructura). En lo que a maquinaria y equipos respecta,
    el sector privado ocupa el rol protagónico llevando a cabo 97%
    de las inversiones.

    Conclusiones
    Todos los cuestionamientos, si bien en parte veraces, a la luz de los
    datos expuestos, por momentos parecen exagerados. Algunos de ellos desconocen
    la dinámica natural de un país en desarrollo que, además,
    mostró un rebote técnico luego de una fuerte crisis.
    Si bien las inversiones en maquinaria y equipos son imprescindibles
    con el objeto de ampliar la capacidad y mejorar la productividad, no
    hay que restarle importancia a la construcción teniendo en cuenta
    que cualquier tipo de ampliación requiere necesariamente un incremento
    en el espacio físico. Este rubro, clasificado como “edificios
    para actividades productivas”, registró una suba de 160%
    desde 2003 siendo además el más dinámico de toda
    la actividad de la construcción.
    Además, el actual proceso inversor es distinto al observado hace
    una década y eso tiende a confundir a más de un analista.
    Esta diferencia es consecuencia en primera instancia de características
    propias del proceso, aunque también hay factores asociados al
    contexto macroeconómico actual y a la escasa previsibilidad en
    materia de política económica.
    En cuanto a lo primero, el actual proceso inversor es de carácter
    integrado y las inversiones presentan una amplia difusión sectorial
    y regional. Es ésta una de las razones por la cual no se observan
    mega-anuncios de inversión.
    En cuanto a la escasa previsibilidad, la política económica
    actual peca de cierta improvisación y es por momentos demasiado
    heterodoxa. En algunos casos esto es determinante a la hora de emprender
    proyectos de inversión, más si son de magnitud y de cierto
    riesgo. Ello explica la escasa inversión extranjera directa,
    la cual es 40% menor que en Chile y 75% menor que en Brasil. También
    es una de las explicaciones del actual déficit de infraestructura
    que presenta la Argentina, cuya inversión privada en millones
    de US$ todavía no supera el máximo observado en 1998.

    1- El ratio Q es el cociente entre el valor de mercado de
    un bien y su costo de reposición. En el caso de la construcción,
    valores elevados del ratio Q implican altos beneficios de construir
    y vender.

    Sector fabril

    La industria creció 7,3% y promete repetir

    La actividad manufacturera consolidó su crecimiento, si bien en un escalón
    menor respecto a 2006 (8,3%); lo que se explica tanto por las restricciones
    energéticas como por el agotamiento de la capacidad ociosa y, por ende,
    la necesidad de nuevas inversiones para seguir creciendo.

    La actividad industrial tuvo un incremento en torno a 7,3% en 2007, mostrando
    un menor dinamismo que en 2006, en gran parte debido a la desaceleración
    exhibida entre junio y julio. Esta disminución en junio y julio estaría
    configurando una “nueva” estacionalidad por las restricciones energéticas.
    En octubre y noviembre se observó un adelantamiento de la producción
    con el fin de generar stock para los meses más calurosos.
    Por otro lado, se destacan fuertes disparidades dentro del Estimador Mensual
    Industrial (EMI), sobresaliendo la industria automotriz. Si al EMI se le sacan
    los aportes de la industria automotriz, se observa que el crecimiento promedio
    se ubica en torno a 5%. Es decir, el crecimiento del “resto” de
    la industria es 2 puntos porcentuales inferior al promedio total incluyendo
    el sector automotor.
    En términos sectoriales, la industria automotriz siguió liderando
    el crecimiento y tuvo una expansión de 25%. Este sector se vio favorecido
    por la devaluación del dólar en el mundo frente al resto de las
    divisas y por el aumento sostenido de la demanda interna. Para el próximo
    año se espera que esta dinámica continúe apoyada en mayores
    exportaciones y en una mayor penetración en el mercado interno.
    En el “resto” se destacó el crecimiento de las metalmecánicas
    (9,2%) y la producción de caucho y plástico (8,3%). Por otro lado,
    los sectores con peor performance fueron metálicas básicas
    (–3,8%), papel y cartón (1,4%) mientras alimentos y bebidas se
    ubicó algo por debajo del promedio del “resto”, con 4% de
    variación. En la misma situación se encuentra el sector tabacalero,
    que tuvo una variación de 4,9%. Sin embargo, este sector es muy volátil
    por los cambios continuos en los impuestos que generan perturbaciones en la
    demanda y la producción. En el caso de las metálicas básicas,
    se registraron paradas para la ampliación de la capacidad instalada y
    fue el sector que más se vio perjudicado por la falta de energía.
    A pesar de que alimentos y bebidas tuvo un crecimiento inferior al promedio
    y que productos químicos lo hizo en torno a la media, estos sectores
    se destacan por la gran participación que tienen en el índice.
    En efecto, representan 36,7% del EMI y aportaron, en conjunto, 2 puntos porcentuales.
    Del crecimiento de los sectores durante 2007, podemos extraer que las principales
    desaceleraciones se observaron en los sectores productores de minerales no metálicos,
    tabaco y vehículos automotores, que registraron una disminución
    en su ritmo de crecimiento de 7,7; 7,6 y 7,2 puntos porcentuales respectivamente.
    Por otro lado, los sectores que mejoraron su dinámica en relación
    a 2006 fueron el resto de las metalmecánicas al crecer a un ritmo de
    9,2% desde un guarismo de 5,4% el año precedente; caucho y plástico
    aumentó su ritmo en 2,3 puntos porcentuales y se ubicó en un andarivel
    de 8,3% y; edición e impresión creció 7,2% en 2007 incrementando
    su dinamismo en 1,7 puntos porcentuales respecto al año anterior.
    La utilización de la capacidad instalada se ubicó en un promedio
    de 73,9% durante 2007, aumentando 0,1 punto porcentual respecto de 2006. De
    esta forma, el incremento en la actividad industrial se explicó por nuevas
    inversiones. Como se puede apreciar en el gráfico inferior, la capacidad
    instalada implícita creció 7,2% en el promedio de 2007.
    Desde el punto de vista sectorial, se destaca el alto nivel de utilización
    de la capacidad instalada en la industria de refinación de petróleo,
    que se ubicó en 95,8% al aumentar 3,4 puntos porcentuales respecto de
    2006. La otra industria que supera la barrera de 80% de utilización de
    la capacidad instalada es la metálica básica. Sin embargo en este
    sector se redujo la utilización desde un guarismo de 93,5% en 2006 hasta
    uno de 88,5% en 2007, debido a las paradas para ampliación de las plantas.
    También cabe destacar que, por las características de este sector,
    la utilización de la capacidad instalada siempre se situará por
    encima de 80%.
    Por otro lado, el sector productor de caucho y plástico aumentó
    3,6 puntos porcentuales la utilización de la capacidad instalada y se
    ubicó en 2007 en 67,4%. Por su parte, la industria automotriz y el resto
    de las metalmecánicas registran bajos porcentajes de utilización
    de sus plantas, ubicándose en 53,1% y 62,2% respectivamente.
    De cara a 2008, el crecimiento de la industria se ubicará en torno a
    6,7%, motorizado por la dinámica del sector alimentos y bebidas y la
    producción de sustancias químicas. Además, la industria
    automotriz seguirá con su excelente performance, pudiendo aportar 2 puntos
    porcentuales al incremento del EMI y el resto de las metalmecánicas continuará
    con su dinamismo, principalmente por el mayor consumo interno.

    Servicios públicos

    El sector creció por la telefonía

    El mayor crecimiento en el área se debe, en parte, al cambio de metodología
    que remplazó la generación de gas y electricidad por el concepto
    de demanda. A esto se agregó el fuerte aumento de la demanda de transporte
    de pasajeros y de carga.

    Apoyada en la demanda de servicios de comunicación y transporte, los
    servicios públicos continuaron creciendo a buen ritmo. En 2007 el Indicador
    Sintético de Servicios Públicos (ISSP) acumuló un incremento
    en torno a 13,5% respecto a igual período del año anterior, mostrando
    un comportamiento más dinámico que en 2006. Así, el ISSP
    exhibió durante 2007 una aceleración de 3,9 puntos porcentuales
    respecto al crecimiento registrado en 2006 (9,6%).
    Al igual que en años anteriores, la telefonía fue el principal
    motor del crecimiento y registró en 2007 un incremento de 23,1% interanual,
    apoyado en la fuerte expansión de la telefonía celular que en
    el período aumentó 30%. El sector de telefonía explica
    7,2 puntos porcentuales (más de 50% del crecimiento del total de los
    servicios) mientras que el resto de los servicios públicos explicaron
    6,3 puntos. Así, la telefonía aportó 0,8 puntos más
    que en 2006 y el resto aumentó su contribución en 3 puntos porcentuales.
    Las mayores aceleraciones se registraron en los rubros relacionados al transporte.
    Por un lado, el transporte de carga aumentó su crecimiento desde un guarismo
    de 3,7% en 2006 a 12,2% en 2007. Así, su contribución al crecimiento
    del ISSP pasó de 0,1 punto porcentual en 2006 a un andarivel de 0,4 puntos.

    Dentro de este tipo de transporte, se destaca la suba que tuvo la carga transportada
    en el servicio de aeronavegación comercial, que registró un aumento
    de 65,2% mientras la carga transportada por ferrocarril subió sólo
    4,4%. Por otro lado, el transporte de pasajeros exhibió una aceleración
    de 7,3 puntos porcentuales, acumulando un incremento de 10,1%, y aportó
    al aumento del ISSP 2,7 puntos porcentuales (en 2006 la contribución
    había sido de 0,8 puntos porcentuales). También se destaca el
    gran dinamismo en el servicio de aeronavegación comercial que registró
    un aumento de 16,5%.
    A su vez, la demanda de electricidad, gas y agua tuvo un aumento de 7,2%, apoyado
    en las aceleraciones de las demandas de electricidad y gas natural, que registraron
    aumentos de 7,7% y 8,3%, respectivamente (en 2006 los aumentos promedio habían
    sido de 4,8% y 5,8% respectivamente). A este respecto cabe destacar que un mayor
    aumento en la demanda no es necesariamente positivo, ya que se carece de la
    infraestructura para poder satisfacerla.
    Finalmente, el rubro peajes mostró un crecimiento de 6,8% en 2007, levemente
    inferior al registrado en 2006. Sin embargo, por la baja participación
    de este sector en el índice, su aporte fue igual al guarismo del año
    anterior, 0,3 puntos porcentuales.
    Para el presente año, el crecimiento continuaría sólido
    (+10%) aunque en desaceleración. Los rubros que impulsaron los servicios
    en 2007, transporte de carga y telefonía, continuarán dinámicos
    de la mano de una producción industrial creciente y de la profundización
    de todos los servicios derivados de la telefonía celular.

    Construcción

    Siguió la expansión, pero a menor ritmo

    El sector creció en 2007 5,4% interanual, desacelerándose 10,3
    puntos porcentuales respecto del crecimiento de 2006 consecuencia de problemas
    puntuales en la Ciudad de Buenos Aires y cierta incertidumbre político-económica.

    La construcción continuó con su expansión durante 2007,
    pero a un ritmo inferior. En agosto de 2006 la actividad de la construcción
    empezó su proceso de desaceleración, y en 2007 se ubicó
    en un nuevo andarivel en torno a 6%. Esta baja en el ritmo de crecimiento fue
    generalizada, ya que todos los rubros que componen al Indicador Sintético
    de la Actividad de la Construcción (ISAC) registraron una merma en su
    ritmo de crecimiento.
    Las construcciones de viviendas y de otras edificaciones tuvieron un crecimiento
    de 5% y 7% respectivamente, mientras que para 2006 dichos guarismos fueron de
    15,7% y 19,4% respectivamente. La fuerte desaceleración en estos rubros
    tuvo gran repercusión en el ISAC ya que estos dos tipos de construcciones
    representan 77,4% del índice. Así, “viviendas” explica
    6,5 puntos porcentuales de la disminución de 10,4 puntos en el ritmo
    del ISAC y “otras edificaciones”, 2,4 puntos.
    En el caso de las viviendas, las causas para la pobre expansión estuvieron
    relacionadas con un factor estructural y otro coyuntural. La construcción
    de viviendas se concentró en los últimos años en el segmento
    premium, el cual en la actualidad se encuentra prácticamente
    cubierto. Paralelamente, la rentabilidad que surge de construir y vender disminuyó
    en los últimos años. Desde el punto de vista coyuntural, los inconvenientes
    surgidos en varios barrios de la Ciudad de Buenos Aires en relación a
    los permisos de edificación frenaron obras y detuvieron proyectos que
    todavía no estaban en marcha, principalmente en los barrios de Caballito
    y Palermo.
    El rubro “otras edificaciones”, vinculado principalmente con actividades
    productivas, detuvo su marcha fruto del año electoral y por las escasas
    señales dadas por el ejecutivo en relación a la economía
    post-electoral.
    Las obras viales y las otras obras de infraestructura crecieron por encima del
    promedio. El primer tipo de construcción, principalmente ligado a la
    obra pública, se incrementó 7,5%, mostrando una desaceleración
    de 4,6 puntos. Las obras de infraestructura tuvieron una merma en su crecimiento
    de 11,4 puntos porcentuales y en 2007 mostraron una expansión de 7,4%.
    Las construcciones petroleras continuaron con su magra performance,
    mostrando una variación acumulada de 11 meses de 2,4% que compara con
    3% en el promedio de 2006. La disminución en el ritmo de crecimiento
    de este sector probablemente no haya alcanzado su piso, ya que por los cambios
    en las retenciones esta situación se podría agravar.
    Por el lado de los aportes al crecimiento, se destacan las construcciones para
    viviendas y para otros edificios que, por su alta ponderación en el índice,
    explicaron 3,9 puntos porcentuales del crecimiento de 5,3% que registró
    el ISAC. Así, a pesar de que las obras viales y otras infraestructuras
    mostraron un incremento superior a 7%, sus aportes fueron de 0,5 y 0,8 puntos
    porcentuales respectivamente, contribuyendo conjuntamente en 1,3 puntos porcentuales.
    Finalmente, las construcciones petroleras, que representan 5,1% del índice,
    aportaron 0,1 puntos al crecimiento del ISAC.
    Las proyecciones para 2008 son positivas con un crecimiento que rondará
    7%. Los rubros significativos del ISAC mostrarían una leve aceleración
    en función de la resolución de los problemas en la Ciudad de Buenos
    Aires y un horizonte político económico un poco más despejado.







    A la búsqueda de nuevos negocios

    El modelo de crecimiento de los últimos cinco años está
    mostrando signos de agotamiento. Para continuar con el dinamismo observado
    deben buscarse nuevos segmentos y la clase media está en la mira
    de las empresas.
    Entre 2003 y 2007 la construcción mostró un gran dinamismo,
    protagonizado en un principio por la construcción de viviendas.
    A posteriori, tomaron mayor relevancia la construcción de edificios
    para la producción y las obras de infraestructura y viales, en
    consonancia con el crecimiento económico y un Estado con una
    caja abultada.
    El contexto cambió drásticamente en 2007, año en
    que la construcción crecerá 6%, 9,8 puntos menos que en
    2006. Si bien el número no es despreciable, el freno sorprendió
    a más de un analista. El menor crecimiento respondió principalmente
    a la clara desaceleración en dos de los rubros relevantes:
    • Construcción para actividades productivas.
    Pasó de 19,4% en 2006 a 7,7% en 2007, fruto de la indefinición
    de la actual administración en materia de política económica.
    • Construcción de viviendas. Pasó
    de 15,7% en 2006 a 5,3% en 2007. Entre las causas encontramos la erosión
    del ratio Q (medida de rentabilidad de la construcción),
    la pérdida de atractivo de la actividad como reserva de valor
    y los inconvenientes relacionados con los permisos de edificación
    observados en la Ciudad de Buenos Aires (CBA).

    Proyección 2008
    Esperamos para 2008 un crecimiento de 7%, levemente superior al de 2007,
    sustentado en un repunte en la construcción de viviendas y de
    edificios para actividades productivas. Está en marcha la segunda
    etapa del plan nacional de viviendas que, junto con la terminación
    del primero, aseguran inversiones por US$ 800 millones en dos años.

    Oportunidades de mediano plazo
    En lo que respecta a las viviendas, en los últimos cinco años
    se atendieron las necesidades de los estratos sociales bajos y altos,
    quedando relegada de los planes la clase media. Esto la convierte en
    el principal objetivo económico para las constructoras y en meta
    política para el Gobierno.
    Empresas locales y extranjeras (España y Brasil principalmente)
    están estudiando la manera de volver viable económicamente
    esta demanda insatisfecha. Para el corto plazo hay que tener en cuenta
    los siguientes elementos:
    • El impulso que le dé el nuevo Gobierno de la Ciudad a
    nuevas zonas geográficas de la Capital Federal vía inversión
    pública en transporte y espacios públicos, y ventajas
    impositivas.
    • En el corto plazo, las empresas constructoras deberán
    buscar la manera de facilitar a los compradores el acceso a financiamiento,
    principal escollo para este tipo de proyectos. La Argentina posee un
    stock de estos créditos equivalente a 1% del PIB, mientras que
    en Chile es 30%.
    En el largo plazo la evolución dependerá exclusivamente
    del rol del Estado en materia de créditos hipotecarios, aunque
    no esperamos que haya una solución efectiva por parte del Gobierno
    en los próximos dos años teniendo en cuenta que:
    • El crédito es útil, si y solo si, se reducen tasas
    y alargan plazos. Esto es impensando con una inflación de dos
    dígitos y sin mejorar la previsibilidad económica.
    • Según estadísticas públicas, 40% del empleo
    actual es informal, lo que dificulta el acceso al crédito.
    De todos modos, es relevante que el tema esté posicionado en
    las agendas tanto del Gobierno como de las empresas, con lo cual hay
    que estar atento a la aparición de novedades.

    Sector agropecuario

    Fuerte crecimiento por todos los cultivos

    Si bien el sector creció a una tasa promedio de 10,6% interanual impulsada
    por la excelente campaña agrícola, los sectores pecuario y lechero
    muestran tendencias preocupantes de mediano plazo. Más allá de
    los crecientes precios internacionales, las perspectivas para 2008 son conservadoras.

    La actividad del sector agropecuario tomó impulso en 2007, creciendo
    a tasas mayores que las del año anterior. La expansión de 6,4%
    del tercer trimestre muestra una aceleración de 2,3 puntos porcentuales
    respecto del tercer trimestre de 2006 (4,1%). Cabe señalar que el pico
    de crecimiento del sector se da generalmente en el segundo trimestre, impulsado
    por la liquidación de la cosecha gruesa (soja, maíz, girasol).
    Por ello, si se consideran los primeros tres trimestres del año, el incremento
    interanual asciende a 10,6%, 9,7 pp más que en el mismo período
    de 2006 (0,9%).

    Los precios internacionales en valores récord
    En el año que pasó, los factores climáticos resultaron
    muy favorables para la campaña 2006/2007 la cual concluyó con
    un incremento de la producción de sus principales cultivos de 22,4% y
    7,3% para el área sembrada, lo que implica una mejora en la productividad
    por hectárea.
    Dentro de los principales cultivos, la soja sigue liderando la producción
    con un total de 47,5 millones de toneladas, seguida por el maíz, que
    en esta campaña, presentó una mejora de 50,3% (21,8 millones de
    toneladas). Por su parte, el trigo registró una producción de
    14,6 millones de toneladas, la que lo ubica 15,9% por encima de la registrada
    en la campaña anterior. En sentido contrario, el girasol mostró
    una caída de 7,0% en su producción (3,5 millones de toneladas).
    En los últimos años, se ha observado un importante crecimiento
    del área sembrada total que pasó de 27,4 millones de hectáreas
    en la campaña 2002/2003 a 30,7 millones de hectáreas en la actualidad.
    No obstante, en el período se acentuó la tendencia al monocultivo,
    pasando la soja de ocupar 46,1% del área sembrada a 52,6% en la campaña
    2006/2007. Por otro lado, esta expansión de la frontera agraria implicó
    un desplazamiento de la producción ganadera a tierras marginales.

    Tensión en el mercado de la leche
    En los primeros diez meses de 2007, la faena (sector vacuno) creció a
    10,3% interanual, impulsando la producción hasta 2,6 millones de toneladas
    res de carne (+4,7% anual). Estos resultados implican una aceleración
    en el ritmo de crecimiento del sector, aunque cabe destacar que se incrementó
    la participación de hembras en la producción, la cual promedió
    47,1% en 2007; 5,4 puntos más que el año anterior. De mantenerse
    esta tendencia en el tiempo se terminaría por comprometer la productividad
    del sector como consecuencia de una reducción en los vientres.
    En cuanto a la producción de leche, durante el segundo trimestre las
    abundantes precipitaciones provocaron inundaciones en la zona productora por
    lo que se contrajo fuertemente su oferta, lo que impactó en los precios
    finales. Dado que se trata de un bien sensible en todas las canastas de precios,
    en febrero de 2007 se creó el “Programa de estabilización
    de precios de productos del sector lácteo destinados al mercado interno”.
    Con el mismo se buscó evitar una suba del precio y una mayor contracción
    de la oferta en el mercado interno a través de nuevos subsidios e imposiciones
    a la exportación.
    Paralelamente, se produjo una importante suba en el precio internacional de
    la leche en polvo, producto de una caída en los subsidios que reciben
    los productores de algunos países europeos, alcanzando a US$ 5.500 por
    tonelada. Rápidamente, las autoridades fijaron un precio de corte de
    US$ 2.100 por tonelada. Los productores que exportaron percibieron ese monto,
    mientras que el excedente pasó a formar parte del fondo de compensaciones.
    Así, la cantidad de leche en polvo vendida al exterior cayó 55%
    en el año. El precio de corte acaba de elevarse a US$ 2.770 por tonelada.

    Controles de precios
    Los controles de precios en el sector vacuno y lácteo se están
    traduciendo en datos que ponen en duda el abastecimiento normal de estos bienes
    en el mediano plazo. El avance de la agricultura sobre la ganadería y
    la liquidación de vientres ponen de manifiesto el desinterés de
    los productores en ofrecer la “carne argentina”, producto que ganó
    cierto espacio en los últimos años. En el caso lechero, el cierre
    de 2.000 tambos en los últimos tres años (–15%) es una señal
    de que la rentabilidad está menguando y está empezando a impactar
    en la producción primaria que en 2007 caería 9%. De modo que,
    medidas que buscan congelar precios, podrían tener un efecto estructural
    contrario en 1 ó 2 años.
    El único bloque primario que no muestra consecuencias graves relacionadas
    con las políticas intervencionistas de la actual administración
    es el productor de granos y sus derivados, consecuencias de los elevados precios
    internacionales. Recordemos que en vistas a los elevados precios internacionales,
    a mediados de noviembre de 2007 el Gobierno nacional autorizó un aumento
    de los derechos a la exportación para los principales productos primarios
    y las manufacturas de origen agropecuario (MOA). De todos modos, no habría
    que perder de vista la profundización de la tendencia al monocultivo
    sojero, que erosiona la tierra y reduce su productividad.

    Perspectivas conservadoras para 2008
    Por el lado de la campaña agrícola 2007/ 2008, las estimaciones
    de producción hablan de un posible crecimiento de 5% para este año,
    que volvería a alcanzar un valor récord en toneladas. Sin embargo,
    la falta de agua en las principales zonas productoras estaría poniendo
    en peligro las cosechas de trigo, maíz y soja, que podrían resultar
    en pérdidas de entre 20% y 40% de no llover en los primeros días
    de 2008.
    El fenómeno de la Niña (la corriente marítima) no sólo
    reduciría la producción sojera argentina sino que también
    tendría efectos en Brasil, especialmente en el estado de Rio Grande do
    Sul. De no mejorar el régimen hídrico en la región, se
    resentirá la productividad. Esta incertidumbre sobre la evolución
    climática empujó al alza a los precios internacionales.
    Otro acontecimiento climático de importancia fueron las heladas que afectaron
    la cosecha de trigo, generando una dispar reducción de los rindes –aun
    dentro de una misma zona– según la etapa evolutiva del cereal en
    el momento en que transcurrieron.
    Por su parte, el mercado de las carnes también se enfrentará a
    estímulos cruzados. Desde fines de noviembre, China reconoce a la Argentina
    como libre de fiebre aftosa autorizando la importación de bovinos, porcinos,
    ovinos y sus subproductos. Esta medida podría repercutir de forma positiva
    en el país aunque no mejoraría significativamente los rendimientos
    de los productores, los cuales continúan enfrentando restricciones para
    exportar.
    Para el caso del complejo lechero, no se esperan cambios significativos. El
    levantamiento de los productores, buscando un precio que les garantice una rentabilidad
    razonable, no despeja un horizonte lleno de dudas. De este modo, no debería
    sorprender que la producción de leche primaria siga cayendo en 2008.







    El precio de los commodities
    agrícolas

    Factores de corto y largo plazo confirman que la escalada de los precios
    de los productos básicos del agro no sería pasajera. Las
    perspectivas son favorables y darían impulso a la región
    en los próximos años.
    Los precios de los principales productos agrícolas de exportación
    de la Argentina experimentaron en 2007 fuertes subas: soja (+74%), trigo
    (+87%), maíz (+15%). La evolución de esta variable resulta
    clave teniendo en cuenta la vulnerabilidad de las finanzas públicas
    argentina a movimientos bruscos en los precios agrícolas, sumado
    a la relevancia en las economías regionales.
    Una mirada del precio relativo de estos bienes en los últimos
    25 años manifiesta una gran volatilidad y una tendencia descendente
    (ver gráfico adjunto), que se explica por las mejoras tecnológicas
    y de productividad del sector. Sin embargo, si nos detenemos en el comportamiento
    de los precios de la última década se observa una tendencia
    alcista, fundamentalmente a partir de 2006. Si bien en términos
    nominales los actuales precios son récord, si deflacionamos
    estos valores por la variación de los precios minoristas de EE.UU.
    aún estamos lejos de los máximos históricos.

    ¿Qué factores incidieron en la suba de los commodities?
    Factores de corto plazo:
    Caídas de los stocks. El stock
    global de trigo se encuentra en los niveles mínimos de los últimos
    30 años, luego de seis problemáticas cosechas. La situación
    en el mercado del maíz es similar, con una producción
    que fue menor al consumo en seis de los últimos siete años.
    Por su parte, el stock final estimado post-campaña 2007/
    2008 es el menor de los últimos cuatro años para el caso
    de la soja.
    Problemas climáticos. Se han observado rendimientos
    agrícolas menores a los esperados por condiciones climáticas
    adversas. En el caso de los cereales, fue notable la reducción
    en la producción de Australia, con mermas que alcanzaron más
    de 50%,

    Factores estructurales:
    Mayor demanda por biocombustibles. Hasta ahora, el
    impacto en volúmenes ha sido importante en los mercados de canola
    en Europa (60% de la producción convertida en combustible) y
    caña de azúcar en Brasil (60% de la producción
    convertida en etanol). En el mercado de granos, la demanda por biocombustibles
    está empezando a ser significativa en el caso del maíz,
    siendo utilizado 8% de la producción con esta finalidad en 2006
    y una estimación de 12% para la campaña 2007/08. Se espera
    que Estados Unidos duplique su producción de etanol entre 2006-2016,
    lo cual implicaría una demanda adicional de maíz de 35%
    en este período. Hasta ahora la incidencia sobre el trigo es
    despreciable.
    Demanda creciente de los países emergentes.
    El crecimiento sostenido tanto en Asia como en América latina
    se refleja en una demanda sólida de productos agrícolas.
    En este sentido, vale remarcar que en los países en desarrollo
    52,4% de la dieta se basa en el consumo de cereales (en los países
    desarrollados este guarismo alcanza 30,7%).
    Reformas de las políticas agrícolas en los países
    desarrollados.
    La política agraria en Europa ha presentado
    un quiebre desde 2000, buscando que la actividad de los agricultores
    se guíe cada vez más por criterios de mercado. En este
    sentido el Common Agricultural Policy Reform de 2003 limita
    los subsidios que recibirán los agricultores en el futuro. Los
    problemas de sustentabilidad fiscal de muchos países por el financiamiento
    de la seguridad social ponen un techo a las subas en los subsidios agrícolas,
    mientras que los reclamos por mayor asistencia gubernamental se aplacan
    en la medida en que continúen estos precios elevados.
    La fortaleza y continuidad de los factores estructurales permiten pensar
    en precios de commodities por sobre el promedio histórico.
    En este sentido la OECD estima precios estables en niveles cercanos
    a los actuales para los próximos 10 años (ver grafico
    adjunto). Sin embargo, un repaso de la fuerte volatilidad de los precios
    en los últimos 25 y la diversidad de factores que inciden (política
    de subsidios, medidas proteccionistas, factores climáticos) hacen
    difícil proyectar una estabilidad tan persistente, pero pueden
    descartarse caídas bruscas en el corto plazo.