El gran negocio de la diabetes


    Hay una realidad médica que deriva de la renuencia o incapacidad de la gente para cambiar los cómodos hábitos de la vida occidental moderna: crece la incidencia de la diabetes a niveles alarmantes, no sólo en los países centrales sino en muchas partes del mundo en desarrollo. Eso genera, en el ámbito de los negocios, una doble oportunidad para los laboratorios farmacéuticos: la venta cada vez más masificada de productos que ya circulan en el mercado y, más prometedor, el descubrimiento de nuevos y más eficaces tratamientos para todos los tipos de la enfermedad.


    A medida que la población de Estados Unidos envejece y engorda, la diabetes amenaza con provocar un desastre médico y económico a escala nacional. Por lo menos 17 millones de estadounidenses sufren anomalías en los niveles de glucosa en sangre, algo que eleva el riesgo de sufrir enfermedades coronarias, fallas renales y ceguera. Los diabéticos, que pueden llegar a convertirse en personas muy enfermas, según algunas estimaciones representan 20% de los costos médicos del país. Con un pronóstico de más de 30 millones de afectados en los próximos veinte años, el costo anual para la sociedad podría acercarse a los US$ 200 mil millones.


    Actualmente los médicos reconocen dos grandes tipos de diabetes; cada una tipificada por una incapacidad de las células beta del páncreas para fabricar suficiente insulina, la hormona que permite al cuerpo metabolizar su combustible azucarado, o sea la glucosa. La diabetes de tipo 1 representa de 5% a 10% de los casos. Como por lo general aparece en la niñez, se la suele llamar diabetes juvenil y se produce cuando el sistema inmunológico mata las propias células beta de la persona.


    La diabetes tipo 2 se produce cuando el tejido muscular y del hígado va perdiendo gradualmente la capacidad de usar adecuadamente la insulina. Al aumentar esta resistencia a la insulina, las células beta tratan de compensarla liberando mayores niveles de la hormona …. hasta morir exhaustas. Históricamente, la diabetes del tipo 2 ha representado entre 90% y 95% de los casos conocidos.



    Peligroso aumento



    Un aumento mundial en los casos de este último tipo de diabetes es lo que hoy plantea el peligro de salud pública. Antes la enfermedad comenzaba a manifestarse entre los 35 y 40 años, pero ahora aparece a edades mucho más tempranas. Entre 1990 y 2001, las encuestas encargadas por el gobierno estadounidense mostraron que los casos de diabetes casi se habían duplicado entre personas de 30 a 50 años, y también había aumentado la incidencia en jóvenes de 18 a 29. Si se mantiene la tendencia actual, el porcentaje de estadounidenses con diabetes podría saltar del actual 6% a más de 10% en 2050.
    Eso sería una pesadilla médica, porque la diabetes puede generar complicaciones graves. Es la principal causa de ceguera adulta, de problemas renales y amputación de piernas. Los diabéticos sufren de problemas del corazón el doble de lo normal, y dos tercios de ellos mueren a raíz de problemas cardiovasculares.


    La principal causa del aumento de incidencia del tipo 2 parece ser la gordura. Los obesos son 40 veces más propensos a contraer la enfermedad que los demás. Por eso, el mejor predictor para la resistencia a la insulina que lleva a diabetes tipo 2, dicen los médicos, son los centímetros que mide el contorno de cintura de una persona. Algunos investigadores sospechan que los gordos desarrollan resistencia a la insulina como resultado de las sustancias bioquímicas producidas por grandes depósitos de grasa en hígado y abdomen.


    Como la enfermedad aumentó en el mundo en el mismo período en que aumentó la tasa de obesidad, los médicos llaman a la diabetes tipo 2 una enfermedad derivada de los hábitos de vida. El estilo de vida en cuestión es el de las economías occidentales, donde la gente vive rodeada de alimentos calóricos muy tentadores y no tiene necesidad de hacer mucho esfuerzo físico. En los países en desarrollo mucha gente imita ese cómodo estilo de vida porque no hace falta mucho dinero para aumentar de peso. En realidad, la obesidad se relaciona inversamente con el ingreso, porque las comidas envasadas de alto poder calórico son baratas y llenadoras.


    Dieta y ejercicio es lo que primero que se recomienda a una persona en zona de riesgo. Los estudios han demostrado que los pacientes que bajan 5% de su peso corporal y hacen ejercicio cinco días a la semana pueden reducir a la mitad sus posibilidades de contraer la enfermedad. Una perspectiva mucho mejor que la ingestión de cualquier droga.



    Una oportunidad de negocios



    El mundo debería tratar de reformar el estilo de vida que conduce inexorablemente a la diabetes y que, según los pronósticos, puede llegar a 360 millones de casos para el año 2030. Debería poner en eso tanto empeño como el que pone para hacer campaña contra el tabaquismo. Pero como a la mayoría de la gente le cuesta mantener regímenes de dieta y ejercicios durante largo tiempo, la industria farmacéutica ve en le epidemia de diabetes una oportunidad comercial de proporciones.


    En un momento en que caen las ventas de los grandes laboratorios en muchas categorías de enfermedades, los ingresos mundiales generados por el tratamiento y prevención de la diabetes podrían aumentar de US$ 6.000 actualmente a US$ 11.000 millones para 2011, vaticina el analista Gbola Amusa de Sanford C. Bernstein. Eso beneficiaría especialmente a las grandes compañías farmacéuticas, especialmente Merck, Eli Lilly, GlaxoSmithKline, Novartis y Sanofi-Aventis. Entre las más pequeñas con gran actividad en esta batalla figuran la danesa Novo Norkisk y diminutos especialistas como Amylin Pharmaceuticals, Alkermes, Nektar Therapeutics y MannKind.


    Los productos para combatir la enfermedad que ya circulan en el mercado tendrán más salida por dos motivos: porque aumentará el número de personas con descontrol de glucosa y porque los médicos comienzan a pensar que conviene comenzar el tratamiento mucho antes de que la glucosa alcance niveles considerados diabéticos. Las principales marcas de insulina las venden Lilly, Sanofi y Novo Nordisk. Las drogas orales que hacen a las células más receptivas a la insulina tienen también muy buena venta y son de Glaxo y Lilly.


    Una camada nueva de productos ofrecerá formas novedosas de detener y, tal vez revertir, los daños provocados por la enfermedad. El pasado mes de abril Amylin y Lilly, en sociedad, ganaron la aprobación de la Food and Drug Administration de Estados Unidos para Byetta, un medicamento que imita una hormona producida naturalmente por el organismo y que ayuda a controlar los niveles de glucosa. Al principio es posible que Byetta no se venda mucho porque requiere dos inyecciones diarias, pero los médicos ya están en las pruebas clínicas de una versión que sólo requiere una inyección a la semana.