"La
economía tiene que estar al servicio de los ideales y el primero
es crecer con equidad. Esta caracterización del crecimiento depende
del diseño de las políticas económicas que buscan conducir
el proceso del desarrollo productivo en una asociación entre el Estado
y el sector privado. Se requiere de las dos partes responsables, cumpliendo
con la palabra, con sus reglas y trabajando armónicamente".
De esta manera el economista chileno Ricardo Ffrench-Davis abrió
el seminario organizado por la Fundación Osde en el marco del foro
"Libertad, Economía y Sociedad", cuyo tema principal fue
"Las reglas de juego para que la economía crezca"
Luego de hacer una fuerte crítica a las políticas neoliberales
que se impusieron en la década de los ´90 en la mayoría de
los países latinoamericanos, Ffrench-Davis -magister y doctor en
Economía de la Universidad de Chicago y codirector de Grupo de Macroeconomía
de la Iniciativa Internacional para el Diálogo de Políticas
Públicas, que lidera el premio Nobel Joseph Stiglitz- remarcó
que el principal desafío es entender cómo hay crecer: "Hay
maneras muy distintas de hacer economía de mercado; se pueden ver
variantes importantes referidas a la participación de la sociedad
y de las pequeñas y medianas empresas. No se puede tener un crecimiento
con base en cuatro o cinco grandes empresas. Se necesitan decenas de miles
funcionando bien, y con millones de trabajadores".
Si bien Ffrench-Davis hizo hincapié en la importancia de las exportaciones
y de la inversión extranjera directa en el desarrollo económico,
aclaró que si las exportaciones no están dotadas de un alto
valor agregado en términos de manufacturas, y las inversiones no
son a largo plazo y con foco en la actividad productiva, estas dos variables
carecen de sentido. Con referencia a la experiencia de Chile, advirtió
que, por haber regulado el ingreso de capitales, este país no se
vio afectado por la crisis de 1995; por eso, una de las variables más
importantes a tener en cuenta es la tasa de inversión productiva.
Con números a la vista, ejemplificó: en Latinoamérica
de los años ´70 se invertía, en promedio, alrededor de 26%
del PBI y se crecía a un ritmo de 5,5%; en los últimos años
del siglo XX, la tasa de inversión fue de 19% y el crecimiento cayó
a 3%.
"En el mundo civilizado -dijo el economista- las reglas son muy importantes
pero debemos evitar que sean inflexibles, es decir que se tienen que adecuar
a la realidad específica de cada país. Por ejemplo, una de
las reglas más peligrosas fue la convertibilidad, que no permitió
hacer uso de una política cambiaria. Si uno renuncia a ejercer su
propia política monetaria, ¿cómo maneja, entonces,
la macroeconomía? Es indispensable que cada gobierno realice sus
propias políticas macroeconómicas".
Cinco
estrategias
Ffrench-Davis enumeró cinco estrategias para lograr un adecuado
desarrollo de las economías: alta inversión productiva -equipo,
maquinarias, infraestructura, construcción comercial, construcción
residencial-; innovación; capacitación empresarial y laboral,
y jerarquización del rol de las pequeñas y medianas empresas.
Sobre las funciones específicas del Estado dijo: "Un sistema
político tiene que ser capaz de encontrar acuerdos para establecer
puntos de convergencia; los distintos actores económicos tienen
que estar dispuestos a quedarse con menos de 100% de lo que esperan; hay
que saber buscar coincidencias y ser capaces de retroceder".
Otro punto en el que puso especial interés fue la desproporción
que, según su mirada, existe entre las voces del ámbito
financiero y las del ámbito productivo: "Todo tiene un espacio,
pero hay una desproporción inadecuada en cuanto al peso de la influencia
sobre los sectores que crean riquezas". Para modificar esta realidad,
aclaró que uno parte sin ventaja a favor. Pero aportó el
caso paradigmático de George Soros, quien resultó un gran
converso en ese sentido: "Hizo su riqueza especulando y hoy es uno
de los hombres que transmite con más coherencia el sentido de la
productividad. Tiene una fundación y, a través de ella,
critica la estrecha visión financiera, a la que considera una de
las lacras de la globalización dado que necesitamos de la solidaridad,
de la equidad y de la producción".
El papel
de las instituciones
Otro de los panelistas del seminario, el economista José María
Fanelli, investigador del Cedes y del Conicet, relacionó las reglas
con la construcción de las instituciones como organizadoras de
los comportamientos sociales y agregó que una economía donde
la palabra empeñada vale, es una economía que hace negocios
con menores costos, dado que paga menos por transacción.
"La política manda -sostuvo-; por eso, si tenemos mala política
habrá mala economía. La política es la que se ocupa
de generar reglas, de recoger lo que la sociedad quiere y transformarlo
en normas. Como economista, necesito buena política. Pero estas
reglas de juego no sólo son formadas desde el Estado sino a través,
también, de distintas organizaciones como las cooperativas o los
clubes. Las sociedades funcionan basadas en organizaciones, y toda organización
social toma decisiones económicas. Los errores que estamos reconociendo
los economistas son hablar mucho de mercado, un poco menos de empresas
y nada de otro tipo de organización social".
Según Fanelli, la calidad de las instituciones afecta concretamente
el nivel de acumulación de capital. En términos de su ecuación,
en instituciones de alta calidad, el riesgo de la inversión es
bajo y, por eso, a la inversa, en los países donde las instituciones
funcionan mal se paga más para poder invertir: "La rentabilidad
puede ser muy alta pero cuando se corrige por riesgo, esa rentabilidad
desaparece".
"Si se pudieran desarrollar instituciones razonables estaríamos
en un país con buenas reglas y alto rendimiento, porque desaparecería
la corrección por riesgo. Conclusión: tenemos que lograr
buenas instituciones, lo que no es sencillo. Sabemos que la política
es la que determina las reglas para las instituciones colectivas, pero
no sabemos qué es lo que determina la política. Por eso
digo que no necesitamos saber más de economía: necesitamos
saber más de política", concluyó Fanelli.
G. B.
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