“El cliente y los empleados hacen exitosa a una empresa”

    José María Zas, presidente y gerente general de American Express Argentina, destaca
    que inició su carrera en el área de Recursos Humanos, algo que lo influyó mucho.
    Explica que llegó allí mientras estudiaba, cuando percibió que 80% de los problemas
    en las empresas tiene que ver con factores humanos y no técnicos. En sus 14 años
    en American Express, de Recursos Humanos pasó a la dirección comercial en la Argentina
    y, en los últimos seis años, fue responsable comercial de la Argentina, Brasil,
    México, Puerto Rico y el Caribe.
    Zas, de 46 años, destaca que la firma tiene sus “focalizaciones estratégicas”
    en los clientes y los empleados, basa su modelo en el concepto de “liderazgo situacional”,
    forma a sus empleados en las ideas de calidad, integridad y diversidad y aplica
    conceptos que se popularizan años después.
    Entrevistado por MERCADO, el nuevo presidente de American Express Argentina explica:
    “El modelo de liderazgo que llevamos adelante, con el que arrancamos en 1989,
    cuando de estos temas ni se hablaba, está basado en el concepto de liderazgo situacional:
    se evalúa a cada persona en función de lo que se va a hacer, en lugar de considerar
    que por tener una muy buena performance en una tarea se está capacitado para cualquier
    otra. Tenemos claro que si cambia de tarea hay que darle una guía y un coaching
    diferente. De acuerdo con cada situación se analiza el rol de los líderes”.
    En general los gurúes del management plantean la estrategia como problema
    organizacional o bien advierten la necesidad de apoyar la estrategia y el liderazgo
    en algo externo, que es el cliente.

    Para nosotros los resultados vienen de esas dos cosas. No es el enfoque tradicional
    de buscar agradar a los accionistas y partir desde ahí, sino al revés: el cliente
    y los empleados son los que hacen que la compañía sea exitosa. Desde 1989 se realiza
    una encuesta anual de empleados que evalúa a los líderes. También hay una muestra
    a mitad de año. Cada líder analiza qué debe mejorar y tiene además su evaluación
    particular. Y tenemos un proceso de performance management process, de gerenciamiento
    del rendimiento, que arranca con las habilidades y las brechas que uno tiene que
    cerrar para hacer un plan de desarrollo. Se pone mucha atención en la excelencia
    del liderazgo. Es un proceso que arranca al discutir las metas, y una vez por
    mes hay una sesión de evaluación. El jefe es un facilitador, tiene que generar
    que la organización lo siga. En el concepto de lider to follow, es el que tiene
    la visión a largo plazo y articula un esquema de relación con las personas.
    Lo contrario al líder carismático. Es una especie de formación en equipo y
    por grados, donde el jefe de división debe hacer el coaching de su gente.

    Exactamente, no hay personalismos. Ésta es una compañía de mucho trabajo en equipo
    y confrontación de ideas, una organización matricial en la que son importantes
    los dobles roles. Las organizaciones matriciales hacen que no haya un gran personalismo
    y sí referentes para temas específicos. Creo que, desde el punto de vista del
    management, American Express lidera la globalización del talento: no importa dónde
    uno trabaja, lo hace con un concepto global. Ya no sirve focalizar el talento.
    Si uno es bueno haciendo algo en la Argentina, tiene la posibilidad de que esa
    excelencia esté en América latina y el mundo, porque para ese tema se produce
    una alineación con la Argentina. Uno de los factores competitivos diferenciales
    de la Argentina es el talento de su gente.
    Al mismo tiempo, aflora la dificultad de los argentinos para trabajar en equipo.

    Acá formamos a la gente muy joven y con continuidad. La compañía tiene una trayectoria
    en la que uno aprende una forma de trabajo menos personalista que en otros lados.
    Es como la “universidad American Express”, una especie de máster en algunos principios
    en una compañía de excelencia con un concepto de calidad e integridad. Si uno
    no tiene ese concepto de trabajo en equipo, comunicación y diálogo, ésta no es
    su compañía. La nuestra es una cultura de éxito en equipo.
    ¿Cómo es el proceso de formación?
    Podemos dividirlo en tres etapas. La que tiene que ver con servicios, calidad
    y liderazgo básico, que son programas globales de la compañía pero armados con
    tradición local; el talent assessment, la evaluación anual que se hace de los
    empleados con el concepto de formación del talento y el futuro de la compañía;
    y un programa de liderazgo distintivo, que estamos iniciando a escala regional,
    para formar a esa gente con talento en alguna currícula en particular.
    ¿Qué actividades están tratando de potenciar?
    Nuestro chairman habla de positive confrontation, que es poder dialogar con ideas
    diferentes para obtener una síntesis superadora en un proceso evolutivo, escuchar
    mejor los puntos de vista de cada persona. También hay un programa para sacar
    un poco a las personas de su país y que se junten en una experiencia cultural
    interesante. La compañía apoya 100% esto y le gustaría fomentarlo aún más; la
    barrera proviene, quizá, de las personas.
    ¿Qué tipo de habilidades piensa la empresa que deberían potenciarse?
    Todo lo que tiene que ver con los valores. Las habilidades son aprendibles, pero
    para una compañía que en su historia de 150 años tiene a la integridad, la seguridad
    y la excelencia de servicio como sus pilares, lo más importante es cómo formar
    a la gente en esos valores con una visión global. Nuestro listado de valores está
    integrado por las ideas de compromiso con el cliente, claridad, integridad, trabajo
    en equipo, respeto por la gente y ser buen ciudadano en donde uno opera. El último
    año, se agregaron el deseo de ganar y la contabilidad personal. La de la valoración
    de la diversidad es una iniciativa muy fuerte que tiene que ver con la globalización
    y con cómo usar el talento y sumar las mejores ideas. Hace dos años, en una reunión
    en Nueva York, el chairman habló de esto, de los valores, de la necesidad de saber
    balancear el trabajo, la familia y tener otra actividad. Deben ser muy pocas las
    compañías en las que pasa algo así.
    Eso hace que el índice de rotación sea muy bajo, ¿no?
    Sí. Además con lo que se aprende en la compañía se adquiere una ventaja de diez
    años. Hace mucho empezamos con conceptos de reingeniería, employ survey, casual
    day, jornadas flexibles los lunes o viernes para aprovechar más el fin de semana
    Cuando hace diez años llevamos el centro de cómputos al exterior, pensaban que
    nos retirábamos del país. Las cosas que hace la compañía pasan a ser prácticas
    usuales para los demás después de cinco o seis años.
    ¿Qué piensa que puede desarrollar durante su gestión?
    La Argentina tiene un potencial de crecimiento muy importante y el objetivo es
    acompañarlo con liderazgo desde la calidad y el desarrollo del talento; buscar
    cómo hacer para que el país vuelva a ser reconocido por la calidad de sus talentos,
    sus equipos, los servicios a los clientes, la creatividad de nuevos productos;
    y difundir e impulsar el turismo del exterior en la Argentina.
    ¿Qué estrategias están usando hacia el cliente?
    Ese es otro máster. A mí lo que más me interesa es escuchar al cliente directamente.
    También hay investigaciones profundas sobre qué es lo que quieren. La estrategia
    está en que las experiencias con American Express no se puedan comparar con nada,
    que sean una vivencia única de servicio y no orientada a una transacción financiera.
    Y eso pasa por la atención, la calidad y el producto.
    Ser primeros en las encuestas de calidad, ¿implica que tienen un techo en
    el market share, que nunca van a ser la tarjeta de mayor circulación?

    Es muy difícil decirlo. Todos los años seguimos creciendo en la porción de mercado
    y somos líder en los segmentos en los que actuamos. Queremos actuar cada vez en
    más segmentos y tener más productos, pero nunca comprometiendo la calidad.
    ¿Qué otra meta u objetivo personal le gustaría redondear durante su gestión?
    Uno muy importante es el desarrollo de toda la compañía personal y profesionalmente,
    porque creo en esto del talento argentino muy firmemente y creo que podemos formar
    líderes de talento para la compañía más allá de la Argentina.