La
de Londres vendió por un total de US$ 111 millones. Los conocedores
de arte se escandalizan ante lo irracional de la valoración de algunas
obras: ésta de Picasso, por ejemplo. El 5 de mayo Sotheby’s
bajó el martillo cuando la puja por “Muchacho con pipa”
había llegado a los US$ 104,168 millones. La última oferta
fue hecha por el presidente de Sotheby’s, Warren Weitman, quien actuaba
en nombre de un comprador desconocido que le daba órdenes por teléfono.
“No vamos a decir absolutamente nada sobre el comprador”, dijo
David Norman, co-presidente de Sotheby’s Impressionism and Modern Art
Worldwide, quien se negó también a revelar la nacionalidad.
Sin embargo, circulan rumores de que se trata de un “barón de
las pastas”.
“Muchacho con pipa (el joven aprendiz)”, una obra que data de
1905 (período rosa) y que formaba parte de la colección de
John y Betsey Whitney –quienes la compraron en 1950 por US$ 30.000–,
logró el precio más alto jamás alcanzado en subasta
pública. El cuadro pintado en París cuando el artista malagueño
tenía apenas 24 años, superó al récord anterior
marcado en 1990, cuando un multimillonario japonés pagó US$
82,5 millones por el “Retrato del doctor Gachet”, de Vincent van
Gogh.
La tela muestra un adolescente con aire de ensoñación que,
según algunos críticos, podría estar relacionado con
las experiencias del maestro, quien a la sazón consumía opio
con regularidad. La figura mira sin ver, perdida en sus pensamientos, sobre
un fondo de color rosa, con ramos de flores multicolores, posiblemente alucinógenas.
John Richardson, biógrafo de Picasso, sugiere que el cuadro fue inspirado
por un poema de Paul Verlaine, Crimen Amoris, que menciona a un muchacho
de 16 años con una “corona de flores”.
La polémica
El Salón de Arte de Basilea, el más importante encuentro
de arte moderno y contemporáneo del mundo, es un acontecimiento
al que acuden no menos de 270 galerías que presentan las obras
de más de 1.500 artistas de los siglos XX y XXI. La trigésimoquinta
edición de la cita en Suiza, fue escenario y corazón de
una polémica iniciada por el crítico australiano Robert
Hughes.
Con referencia al precio alcanzado el 5 de mayo por el cuadro del muchacho
de la pipa, Hughes dirigió una nota a la Academia Real de Artes
de Londres en la que tilda de “obscenos” los precios de venta
de ciertas obras de arte moderno. “Es escandaloso”, dice allí,
“pagar US$ 104 millones por una tela del período rosa”,
cuando el maestro malagueño no había alcanzado su madurez.
María Finders, miembro del comité organizador del Salón
de Basilea, afirma en cambio que “un Picasso original no solamente
es arte. Se paga también por un patrimonio, y eso no tiene precio”.
Interrogados por la prensa, los artistas y marchantes reunidos en Basilea,
contestaron con cierta reserva. Uno de los pocos que habló sin
ambages, aseguró: “Es ridículo pagar tanto dinero por
una obra que más que cuadro es un póster”.
“Un cuadro vale exactamente lo que alguien está dispuesto
a pagar por él”, dijo otro. “De todas maneras, me extraña
mucho que “Muchacho con pipa” se haya convertido en la obra
de arte más cara del mundo. Es una simpática expresión
de los primeros años del artista. Tiene el atractivo de un póster.
Es linda, simple y tiene ese dejo enigmático que tanto gusta a
la gente (como la sonrisa de la Mona Lisa).
La mayoría de los consultados coincidió en que la primera
etapa del artista –sus períodos rosa y azul– son de gusto
“dudoso” y que su verdadera condición de creador comenzó
con la etapa cubista š
M. T. L.
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