El negocio del transporte aéreo no para de recibir malas noticias. A
la retracción de pasajeros –anterior al 11 de septiembre de 2001–,
se le sumaron el impacto de los ataques terroristas, la guerra en Irak y la
neumonía atípica. Este cuadro no sólo se refleja en los
balances de las principales líneas aéreas sino también
en los de sus proveedores: Airbus y Boeing tienen más de 1.700 aeronaves
inmovilizadas alrededor del mundo, luego de que en 2000-1 despacharan 1.556
con vistas a un crecimiento que, al final, no se dio. En su lugar, la reserva
de pasajes en Estados Unidos bajó más de 20% en el primer trimestre
de este año, 40% en el tráfico transatlántico, 15% en Latinoamérica
y 30% en Asia.
En este escenario, analistas del mercado, como Bruce Allen (de la Escuela de
Negocios Wharton), sostienen que el negocio necesita achicarse para soportar
la crisis. “Una de las mejores cosas sería que alguna de las aerolíneas
principales desapareciese”, afirma Allen.
El diagnóstico es compartido en Air France, que mueve sus piezas para
ser una de las empresas sobrevivientes. “El mercado apunta a la concentración.
Europa va hacia tres grandes compañías, que seguramente serán
Air France, British Airways y Lufthansa”, asegura Jean-Louis Pinson, director
general para el continente americano de la compañía francesa.
Durante seis años consecutivos Air France ha generado beneficios, el
último por 120 millones de euros. Ocupa el tercer puesto mundial en el
campo del transporte internacional de pasajeros, el segundo en el sector de
mantenimiento aeronáutico y el cuarto en carga. Jean-Cyril Spinetta,
presidente de Air France, asegura tener confianza en el futuro de la industria,
“a pesar de la coyuntura mediocre” y de los US$ 10.000 millones que
perderán en conjunto las aerolíneas europeas en 2003.
Para consolidar su posición, la firma francesa acaba de inaugurar, en
asociación con la estatal Aéroports de París, una nueva
terminal en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, considerada “un activo
fundamental en la estrategia de desarrollo”. Allí Air France invirtió
50 millones de euros, que se sumaron a los 750 millones desembolsados en la
primera etapa por Aéroports. El hub ampliado es central en la estrategia
de Air France de captar viajeros de mediana y larga distancia a través
de París, entre ellos, a los latinoamericanos. El hub ampliado posibilita
713 vuelos diarios con un promedio de 76.600 pasajeros y da acceso directo a
la red de trenes, incluido el de alta velocidad a Bruselas, sede del gobierno
de la Unión Europea.
Los primeros destinatarios de esta conectividad son los exigentes y rentables
viajeros de negocios. Entre ellos, los del gas y el petróleo, para los
cuales la compañía ha creado un programa específico, el
Petroleum Club. Tanto por sus rutas en Medio Oriente y África como por
sus incursiones en América latina, la compañía deja en
claro que no pretende competir con las aerolíneas estadounidenses en
su propio territorio (donde la gran mayoría de los vuelos es de cabotaje),
sino erigirse en una de las grandes europeas que, luego de la concentración
anunciada, lideren este mercado.
La empresa también pugna por crear una tercera red aerocomercial que
alcance el tamaño de Star Alliance y One World. Sky Team, la asociación
que encabeza, ya nuclea a Aeroméxico, Alitalia, Delta, CSA Czech Airlines
y Korean Air. Y cortejan a la holandesa KLM –a la que Pinson supone destinada
a unirse a ellos–, a Lufthansa o a British Airways.
La modernización para la competencia también contempla el incremento
de la participación privada en el capital social de la empresa. Hasta
ahora el Estado francés retiene 54% del paquete accionario. Pero tanto
el anterior como el actual presidente (que exhibe impactantes credenciales del
servicio civil francés, como graduado de la renombrada École Nationale
d’Administration y una larga trayectoria como funcionario del Estado) son
firmes defensores de la idea de que ha llegado la hora de privatizar. Pinson
explica: “Ya no se puede sostener una empresa nacional; Swissair murió.
Para atraer a otras compañías, como Alitalia o KLM, tenemos que
privatizar. Hay que pensar en el futuro”. M
M. F. D.
