El éxito que empezó como un juego

    Pragmáticos, los fundadores de Netizen arrancaron con su emprendimiento
    allá por 1997 con un objetivo para nada ambicioso, ni loable: deambular
    por Internet sin oblar un centavo, logrando que un puñado de amigos y
    familiares, en principio, financien su tiempo de navegación. Ese punto
    de partida no fue impedimento, sin embargo, para que este proveedor de acceso
    a la Red creciera a escala local, concretara su venta a la estadounidense SkyOnline
    y desplegara una verdadera estrategia empresarial mediante la compra de otras
    compañías del sector de telecomunicaciones.

    Gonzalo Berra, Javier Diez y Sebastián Bellagamba, los socios originales
    del ISP, confiesan que, en realidad, todo arrancó con la propuesta de
    crear un gabinete de informática para la Unión Cívica Radical,
    cuando Rodolfo Terragno llega al comité nacional en 1995. "Todos
    se rieron de la idea", reconoce Berra, hoy gerente general de Netizen,
    al tiempo que contextualiza la iniciativa: "Internet surgía en el
    mundo y el subcomandante Marcos conseguía desde Chiapas y con una computadora,
    una verdadera conmoción informativa. Esa noticia me impactó y
    a partir de ahí, con la propuesta que le acercamos a Terragno, empezamos
    a trabajar y a estudiar bien qué era Internet".

    El paso siguiente consistió en ponerse en contacto vía e-mail
    con el MIT, para lograr extrapolar al país un modelo de Internet que
    tuviera relación con movimientos sociales. Transparencia, propaganda
    y nuevas herramientas de comunicación y de marketing fueron puestas a
    disposición del partido político a partir del contacto, mientras
    que la iniciativa convertía a la UCR en la primera fuerza partidaria
    de Latinoamérica en contar con un Website.

    "En ese momento, ya estaban disponibles las Pentium 1; pero no las teníamos,
    trabajábamos con una 486", evoca Sebastián Bellagamba, hoy
    gerente de operaciones de la compañía cuando se lo consulta acerca
    de la base tecnológica del emprendimiento, mientras aporta otro dato
    clave: a mediados de los ´90, la comunidad de navegantes de la Argentina no
    superaba los 50.000 usuarios.

    Con la llegada de Fernando de la Rúa al comité nacional, la iniciativa
    partidaria dio paso al negocio, ya que el cambio en la cúpula de la UCR
    motivó la renuncia de los integrantes del gabinete informático.
    Sin trabajo, Berra y compañía elaboraron lo que sería el
    plan que convertiría a Netizen en un ISP. "La idea original pasaba
    por conseguir los suficientes amigos que pagaran un abono de manera tal que
    nosotros no tuviéramos que pagar por el nuestro, y ellos, en lugar de
    gastar $ 10 por hora para tener acceso (tal el precio de navegación en
    el ´97) tuvieran una tarifa plana de $ 50", explica Bellagamba, volviendo
    al pragmatismo inicial. "Para lograrlo, teníamos que conseguir cinco
    cuotas partes de la empresa que pusieran $ 600 por seis meses. Al sexto mes
    todo se financiaba con los usuarios", completa Berra.

    A los cuatro meses, en el monoambiente de 22 metros cuadrados propiedad de
    la familia Berra sito en Florida y Diagonal, donde comenzó a funcionar
    Netizen originalmente, festejaban porque habían alcanzado el punto de
    equilibrio. "Ya teníamos los 50 usuarios y la empresa se sostenía
    sola", comenta Bellagamba. "Paralelamente, nos salieron un par de
    proyectos que tenían que ver con diseños de páginas Web.
    Ahí comenzamos a apostar a esto como negocio".

    Los hitos, paso a paso

    Los fundadores de Netizen reconocen como el primer escalón que les permitió
    crecer como empresa, la reunión con MERCADO. Así, el ISP se convirtió
    en un proveedor privilegiado de esta publicación al tiempo que la revista
    se transformaba en su cliente exclusivo. "Tratamos de imitar los modelos
    de conglomerados productivos que se dan en Corea o en Japón", explica
    Gonzalo Berra. "Daewo, como fábrica, se caracteriza por tener pocos
    procesos productivos, lo que posee son proveedores cautivos. Eso implica que
    el proveedor no tiene que competir con otros para hacer tal o cual cosa. Se
    trata de una relación de exclusividad donde el cliente transforma al
    proveedor en una parte de la empresa", ejemplifica.

    Esta sociedad estratégica con MERCADO ayuda a explicar, en parte, el
    modelo de negocios por el cual se inclinaron los socios fundadores de la compañía.
    "Nuestro crecimiento se dio de manera opuesta al estilo dot com; un estilo
    que se caracterizaba por buscar el IPO, por ofrecer a sus empleados stock options
    y por mudar a la empresa a oficinas lujosas ante la primera ent rada de dinero
    fresco", puntualiza Javier Diez, quien hoy se desempeña como director
    creativo del ISP.

    En efecto, cuando se produce esta alianza, entre marzo y abril de 1998, la
    burbuja de Internet estaba en todo su esplendor y los fondos de inversión
    buscaban empresas que tuvieran a la Red como eje, independientemente de cuán
    serio y efectivo fuera el modelo que dichas firmas desplegaran. Contra la corriente,
    entonces, el acuerdo con esta revista ­que también significó
    para Netizen dejar de ser una sociedad de hecho para convertirse en una sociedad
    anónima­ inaugura toda una serie de alianzas que concluyó
    con la venta por US$ de 20 millones del ISP a la estadounidense SkyOnline en
    diciembre de 2000.

    Hasta ese momento, Netizen continuó construyendo los escalones que le
    permitieron, finalmente, concretar esta operación. A principios de 1999,
    establecieron un acuerdo con la Universidad de Quilmes para llevar a cabo su
    proyecto de Universidad Virtual. "Nos pusieron a competir con Telefónica
    para ver quién iba a ser el proveedor de servicios de la universidad
    virtual", recuerda Berra. "Y Telefónica se comportaba como
    un proveedor clásico. Nosotros, en tanto, nos pusimos en contacto con
    las autoridades de la Universidad para explicarles las ventajas que significaba
    que nos convirtieran en su socio estratégico. Nuestra propuesta radicaba
    en que nos compraran una participación accionaria". De esa manera,
    la Universidad de Quilmes adquirió 30% de la empresa, en paralelo a que
    Miguel Ángel Diez, editor de MERCADO, también alcanzara esa participación
    ya que, hasta ese momento, contaba con 10% de las acciones. La incorporación
    de la casa de estudios significó para la empresa duplicar su cantidad
    de usuarios.

    A principios de 2000, Netizen presentaba en sociedad a Uyuyuy, su free ISP,
    dando lugar a lo que Berra, Diez y Bellagamba reconocen como el siguiente hito
    de la historia de la firma. Según explican, el mercado indicaba que la
    tarifa de acceso tendía a caer. De hecho, para ese entonces, Radar lanzaba
    su servicio dial up a $ 9,90. "Razonamos: el futuro es gratis, el precio
    tiende a cero. Por tal motivo, buscamos la manera de adelantarnos a que esto
    suceda. Fue la apuesta más fuerte que hicimos", coinciden.

    Para este lanzamiento, los fundadores consideraron de vital importancia el
    ingreso de un socio que les permitiera dar un gran soporte publicitario para
    este servicio. En ese momento, a la empresa ingresa Billboard ­especialista
    en publicidad en vía pública­ que compró 10% del ISP
    por $ 1 millón. "Con ese soporte, lanzamos Uyuyuy que, a diferencia
    del resto de proveedores gratuitos, siempre planteó que este negocio
    no era publicitario sino que se trataba de un negocio de terminación
    de telefonía. Si bien esta apuesta nos trajo debilidad porque tuvimos
    que aguantar un año con una línea de negocios muy a pérdida,
    sabíamos que en noviembre de ese año se venía la desregulación
    telefónica y que el modelo, para esa fecha, iba a cambiar", precisa
    el hoy gerente general.

    Pasado inmediato, presente y futuro

    En Netizen destacan que, desde sus inicios, tuvieron claro que el foco del
    emprendimiento pasaba por dos variables: el cliente e Internet. Y detrás
    de Internet, lo que hay, siempre, es un negocio telefónico. También
    advirtieron que el potencial de la iniciativa es, fue y será, enorme.
    Con estas premisas, los fundadores comenzaron a buscar, promediando el año
    2000, socios estratégicos que les permitieran seguir creciendo como compañía
    sin alejarse del modelo original.

    "Nos hicieron ofertas de IFX, PSI Net, Velocom y SkyOnline. Los números
    de la empresa estaban un poco en rojo por el lanzamiento de Uyuyuy y algunos
    de nuestros socios querían vender. Finalmente, para fin de año,
    elegimos a Sky", relata Berra, en lo que él considera como el último
    gran hito de la firma desde su fundación. "La adquisición
    por parte de Sky implicó una transferencia de know how en dos sentidos:
    por un lado, ellos nos enseñaron cómo se trabaja en una empresa
    grande y, por el otro, nosotros les transferimos nuestra visión de largo
    plazo de mercado. Ellos, por ejemplo, tenían foco en el wireless y nosotros
    les explicamos que ese modelo en el mercado hogareño local prácticamente
    no existe", desarrolla Berra.

    La compra del proveedor O Site, gemelo brasileño de El Sitio, concretada
    el mes pasado, pone el broche de oro a un 2002 definitorio para la compañía,
    que suma con esta adquisición alrededor de 30.000 abonados pagos a la
    Red. La operación había sido anticipada por Berra a MERCADO un
    año atrás, justo cuando Netizen daba a conocer otra compra, la
    de los vínculos hogareños de El Sitio en la Argentina, por US$
    2 millones.

    En el medio, y ya convertida en "una compañía SkyOnline",
    la empresa desplegó todo su poder de compra, aprovechando las oportunidades
    que le brindó la coyuntura. Abaconet, Internet Providers, Giga Systems,
    las subsidiarias regionales de la canadiense Teleglobe y de la estadounidense
    Diveo ­por la que pagó alrededor de US$ 7 millones en octubre­
    fueron algunas de sus últimas adquisiciones.

    Con estos antecedentes, no sorprende que la compañía se plantee
    seguir creciendo a escala local y regional con más shopping a corto y
    mediano plazo. De hecho, reconocen que se presentarán a la subasta de
    MetroRed. De la mano de Netizen, la idea de SkyOnline para el año entrante
    es multiplicar por diez su facturación, que hoy alcanza los US$ 30 millones.
    M

    "El management hizo la diferencia"

    Cuando el año pasado la estadounidense SkyOnline exploraba el mercado
    local en busca de una empresa para comprar y, de esa manera, hacer pie en la
    Argentina, fueron varias las posibilidades estudiadas. "Queríamos
    un ISP pequeño", explica Richard Estévez, vicepresidente
    de SkyOnline. "Finalmente, fue el management lo que inclinó la balanza.
    Y la elección recayó en Netizen", agrega el ejecutivo, quien
    también se desempeña hoy como presidente del proveedor que, durante
    este 2002, se dedicó a aumentar su presencia en la plaza local mediante
    una política de adquisiciones.

    "Para crecer en este negocio hay que adquirir diferentes elementos de
    la cadena de comunicaciones", explica Estévez, en referencia a las
    compras que Netizen concretó a lo largo de este año. "Estas
    adquisiciones aportan un know how que se emplea en diferentes instancias del
    negocio", profundiza el directivo. Según explica, las condiciones
    económicas a escala local y global no permiten el crecimiento de la compañía
    a través de la inversión en infraestructura. "Por el contrario
    ­destaca el VP de SkyOnline­ si una empresa tiene que invertir hoy en
    ese terreno, éste no es negocio en ninguna parte del mundo."

    De acuerdo con el ejecutivo, la clave en telefonía e Internet, en la
    actualidad, pasa por ser cuidadoso con el cash. La observación lo devuelve
    al punto de partida: la compra del ISP independiente por parte de Sky, en junio
    de 2001, por US$ 20 millones: "Ellos, los fundadores de Netizen, no necesitaron
    de todos los lujos de la época de la burbuja para demostrar su presencia
    en el mercado. Los que actuaron de esa manera hoy no están más.
    En cambio, ellos pelearon por lo que creyeron y lo lograron. Ésa fue
    la actitud determinante al momento de decidirnos por la compra", remata
    el directivo.