Hasta unos pocos meses atrás, sólo un pequeño sector de la sociedad, verdaderamente poderoso, blindaba sus automóviles para protegerse de eventuales riesgos callejeros. El target del servicio comenzó a ampliarse a partir de 2001, y hoy son profesionales o ejecutivos en buena posición los que apelan a los blindajes a manera de resguardo.
Actualmente, en el Registro Nacional de Armas (Renar) se encuentran declarados alrededor de 100 autos blindados. Sin embargo, las empresas del sector aseguran que esta cifra no refleja la realidad del mercado y hablan de cerca de 500 unidades en plaza y de un crecimiento de la producción a un ritmo de 40 vehículos por mes. La diferencia del servicio local con aquel prestado en los tiempos de convertibilidad radica en el precio: hasta hace menos de un año, Brasil ofrecía la prestación a precios mucho más competitivos y como hasta ese momento el mercado no estaba bien regulado, se equipaban unidades en el país vecino que ingresaban a la Argentina sin ser declaradas. La equiparación de los precios posdevaluación y la adecuada reglamentación que existe en este momento llevarán a un seguro incremento la cantidad de blindajes registrados en el organismo oficial.
Este crecimiento quiere ser aprovechado por tres compañías que luchan por obtener la mayor participación en el mercado. Ellas son Armoring Argentina, Alive -empresa de blindajes perteneciente a la firma Equipping, dedicada al equipamiento general de vehículos especiales- y Brista, una compañía especializada en ingeniería de seguridad, que reforzó su producción de blindajes dado el crecimiento que experimentó este negocio.
Como es un mercado relativamente “nuevo” -anteriormente sólo se protegían autos para prevenir a sus ocupantes de acciones o sucesos extraordinarios-, las tres empresas se adjudican el liderazgo del market share. En ese sentido, Jorge Sánchez, gerente comercial de Armoring, asegura que “siete de cada 10 vehículos blindados en la Argentina son trabajos nuestros. En la actualidad tenemos una participación de 70% y aspiramos llegar a 85% del mercado”. Guillermo Estremero, gerente general de Brista, afirma: “El mercado local se basa en la capacidad de producción: nosotros podemos blindar 15 autos al mismo tiempo, Alive 10 y Armoring siete. De esta manera, es fácil distinguir quién es el que tiene mayor participación en el mercado, aunque todos estamos trabajando a full y tenemos coches en espera”. Claudio Beatriz, gerente de Alive, también sostiene la posición de liderazgo de su empresa.
Aunque no se ponen de acuerdo a la hora de definir al líder, las compañías sí coinciden al exponer qué es lo que quieren brindarle al cliente. Desde su perspectiva, el potencial usuario se siente protegido tanto en su casa como en su trabajo, y el único momento en que no está a resguardo es en el traslado. Eliminar ese tramo vulnerable que posee el circuito de movilidad del cliente es el objetivo que persiguen las empresas del sector. Otro punto de coincidencia es la definición del blindaje como un instrumento de defensa y no de ataque. “La meta de proteger el auto es poder huir. El que piensa blindar su vehículo para responder a un eventual ataque está equivocado. Lo principal es escapar ileso”, clarifica Estremero.
En cuanto a las estrategias de diferenciación de las compañías, Jorge Sánchez asegura que Armoring se destaca “por la utilización del material de mayor calidad del mercado, por el alto entrenamiento y desarrollo en cubrir todos y cada uno de los detalles del blindaje, y en la mayor capacidad de nuestros ingenieros y técnicos”. Miguel Estremero, de Brista, sostiene que “nos diferenciamos por la forma en que colocamos los blindajes, dándole resistencia mecánica al vehículo además de resistencia balística, de manera que pueda desplazar a un coche que lo quiera cerrar o pueda aguantar un topetazo lateral sin deformarse”. Por su parte, Claudio Beatriz, de Alive, prefiere no hacer hincapié en las estrategias para que no sean “copiadas por la competencia”, pero afirma que su empresa es la que posee el mayor desarrollo tecnológico del mercado.
Los precios de los blindajes son similares en las tres compañías y oscilan entre US$ 17.000 y US$ 36.000 (sí, en dólares, leyó bien), dependiendo del nivel de seguridad que desea aplicársele al vehículo. Existen tres tipos de protecciones, aunque, según asegura el ejecutivo de Brista, la más accesible puede garantizar la satisfacción de las necesidades del cliente, ya que “con ese nivel se cubren todos los calibres de uso normal. Los otros niveles sirven para proteger a la unidad de ataques con armas especiales. Si el problema es la violencia, el nivel más bajo alcanza”, define Estremero.
Un mercado en crecimiento
“Hasta el año pasado, el negocio de los autos blindados en la Argentina era muy chico, era para gente de primerísima línea y lo que querían prevenir eran básicamente los atentados. A partir de diciembre ha habido un enorme aumento de la demanda y ha cambiado el perfil del consumidor. El cliente actual ya no es el típico millonario sino que se trata de gente que está en una buena posición económica, tiene un buen coche y le preocupa su seguridad cuando está en la calle”, asegura Miguel Estremero.
Si bien esta ampliación de la demanda garantiza la expansión de las compañías del sector, puede pensarse que la dependencia de este negocio a la crisis hará que, una vez atravesado el mal momento económico del país, el mercado de los blindajes vuelva a reducirse. Sin embargo, el directivo de Brista afirma que “es muy difícil que el negocio baje porque el tema de la inseguridad tiene una enorme inercia. Estimamos que el parque local va a llegar a 3.000 vehículos en los próximos años”. Claudio Beatriz, de Alive, refuerza este punto de vista: “México, por ejemplo, tiene un riesgo país bajo y es el segundo mercado mundial después de Brasil en materia de blindajes”.
De acuerdo con los empresarios del sector, el repunte de la economía no significa necesariamente que la seguridad vuelva a las calles o que la sensación de vulnerabilidad desaparezca de la gente. Si este análisis es acertado, la industria de los autos blindados no dejará de crecer, al menos en el mediano plazo.
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