“Trabajo flexible”: qué debía ser y en qué resultó

    Durante
    los últimos años, el achicamiento de las empresas para capear
    la recesión sumado al recurso de la tercerización produjeron
    despidos masivos que fueron deteriorando cada vez más las relaciones
    en el trabajo.
    La cultura laboral que resultó de los profundos cambios atravesados
    en los últimos veinte años tiene por lo menos tres características
    salientes: 1) las organizaciones funcionan con mucha menos gente que antes;
    2) la sobrecarga de trabajo es mayor y más larga la jornada laboral;
    3) la inseguridad en el empleo es mucho más alta.
    Éstas son, en pocas palabras, las consecuencias de la tendencia hacia
    el “trabajo flexible” que se enarbolaba como promesa cuando una
    a una se iban privatizando las empresas del sector público (en nuestro
    país y en el mundo) en los ´80 y ´90, mientras las empresas pretendían
    profesionalizar su management y darle más importancia “al principal
    activo: los recursos humanos”. Y los efectos adversos de aquel festival
    de tercerización y ruptura de pactos laborales, se manifiestan con
    indiferencia, falta de entusiasmo, ausentismo, enfermedad y ausencia total
    de lealtad hacia la empresa.
    Procesos como achicamiento y achatamiento de las organizaciones, y otros
    procedimientos aplicados en años anteriores para aumentar rentabilidad
    y productividad, generaron también una situación donde la
    inseguridad en el empleo ha generado una alarmante alienación además
    de una enorme pérdida de recursos humanos y experiencia.

    Estrés
    ocupacional

    Como resultado de lo anterior, el estrés en el trabajo apareció
    como un flagelo que afecta a todas las categorías de empleados
    en todo tipo de trabajo y en todos los países. Un estudio publicado
    recientemente por el Journal of Occupational Health Psychology revela
    que estrés e inseguridad laboral pueden perjudicar el bienestar
    físico, mental y social de los empleados. Entre las causas que
    cita como causantes del estrés ocupacional figuran:
    Ausencia de reconocimiento por la tarea bien realizada.
    Imposibilidad de expresar quejas.
    Mucha responsabilidad con poca autoridad.
    Falta de cooperación de los compañeros.
    Inseguridad laboral.
    Prejuicios en el trabajo.
    Condiciones de trabajo desagradables o peligrosas.
    Imposibilidad de usar talento o habilidad personal.

    Lo que
    pueden hacer las empresas

    Las empresas pueden actuar preventivamente en tres niveles:
    El primer nivel de intervención se ubica en la cultura, política,
    gestión y prácticas de trabajo, con el objetivo de remover
    peligros o reducir la exposición de los empleados.
    El segundo nivel implica mejorar la capacidad de la organización
    en su conjunto y de los empleados individualmente para reconocer y afrontar
    los peligros cuando aparecen. Ambos niveles son proactivos y requieren
    capacitación para un mejor manejo de las situaciones.
    El tercer nivel es reactivo, porque consiste en ayudar a los afectados
    para que puedan manejar y superar problemas que ya ocurrieron. En cualquiera
    de los tres casos, el compromiso de la alta gerencia es fundamental. El
    problema central que deben resolver las empresas es cómo hacer
    para conseguir compromiso y dedicación cuando ellas no garantizan
    siquiera estabilidad.
    Para que puedan aspirar a instalar un cierto clima de bienestar en el
    lugar de trabajo deberán comenzar por preocuparse de la calidad
    de vida de sus empleados. Eso implica reducir situaciones estresantes,
    horas de trabajo, cantidad de trabajo y garantizar al menos cierta estabilidad
    en el empleo.
    En definitiva se trata de que logren un cierto equilibrio entre las exigencias
    del trabajo y las necesidades personales de los trabajadores. Dicho de
    otro modo, flexibilizar las condiciones de trabajo. Cary L. Cooper y Suzan
    Lewis, en su libro "Balancing Your Career, Family and Life"
    sugieren algunos de métodos para que comiencen a ensayar las organizaciones
    y explican otros que ya se están implementando.

    Flexibilizar
    el horario

    Hace falta un sistema que permita distintas opciones de horario de entrada
    y salida dentro de límites fijados por la gerencia. Se debe cumplir
    con una cierta cantidad de horas de trabajo, pero el horario de entrada
    y salida puede variar. Podría planearse de tal modo que durante
    un par de horas al día "todos los empleados " tengan
    que estar en la oficina.

    Flexibilizar
    el lugar de trabajo

    Hay empresas que pueden permitirse ser flexibles con el lugar donde deben
    trabajar sus empleados. Por ejemplo, algunos podrían trabajar en
    su casa todo el tiempo o repartirse entre la oficina y la casa. Los límites
    de esta alternativa estarán dados por la necesidad de contactar
    clientes y por el uso de equipos. En general trasladar equipos al hogar
    no es práctico, pero muchas máquinas vienen ahora en formato
    portátil.
    Inconvenientes: 1) Los trabajadores que no se mueven de su casa pueden
    sentirse aislados y hasta dejar de sentirse parte de la organización.
    Este sentimiento se puede reducir permitiéndoles que compartan
    un escritorio o espacio con otra persona para ocasionales trabajos en
    la oficina, o realizando frecuentes reuniones de trabajo y sociales. 2)
    Algunos gerentes sólo confían en quienes ven a diario. Temen
    perder el control cuando un empleado no está presente físicamente.
    Esto podría solucionarse entrenándolos y capacitándolos
    para que depongan temores y actúen con seguridad.

    Trabajo
    de medio tiempo

    Hasta ahora esta modalidad casi siempre se limitó a los empleos
    de poca importancia, con restricciones en cuanto a beneficios, capacitación
    y promoción.
    Las organizaciones deben ahora abandonar la convicción de que sólo
    los empleados a tiempo completo tienen proyectos serios con respecto a
    su carrera laboral.
    Ahora que por lo general ambos miembros de la pareja trabajan, uno de
    ellos –o ambos– pueden trabajar medio tiempo cuando sus hijos
    son chicos o cuando tienen otros compromisos familiares. Hacen falta más
    trabajos de medio tiempo con oportunidades de ascenso y crecimiento profesional.
    Empleo compartido
    Si la asistencia a tiempo completo es esencial, las empresas pueden considerar
    la opción de empleo compartido. Crece su popularidad en posiciones
    gerenciales en bancos, tiendas, estudios de abogados y otros tipos de
    organizaciones. Una de las ventajas para las empresas es que tienen siempre
    una persona fresca, creativa y con energía para hacer frente a
    las complicaciones del trabajo.

    Horario
    reducido a voluntad

    Se trata de un sistema que permite a los empleados a tiempo completo reducir
    sus horas de trabajo por un determinado período con su correspondiente
    reducción de sueldo. Es un acuerdo temporario pero que garantiza
    al empleado la posibilidad de volver al horario completo.

    Año
    sabático

    Ya hay muchas empresas que benefician a su personal jerárquico
    con un año sabático (como acostumbran ciertas universidades)
    o sea un año sin trabajar pero con la obligación de retornar
    cuando finaliza. Por lo general, cubren esas ausencias con pasantías
    o reorganizando las tareas para implementar trabajo compartido