“De ser un país con turistas a ser un país turístico”

    Hay
    conciencia del efecto multiplicador que tiene el turismo sobre una economía,
    y la Argentina cuenta con índices y relevamientos que permiten proyectar
    a la actividad como sostén de la reactivación y de hacer sustentable
    el crecimiento.
    La actividad registra aumento en el ingreso de visitantes extranjeros; creciente
    tasa de turismo interno; mayor inversión en hotelería y servicios
    conexos; y colabora en el descenso de la tasa de desocupación.
    El gran desafío pendiente consiste en convertir al turismo en una
    actividad con proyección, con independencia de circunstanciales beneficios
    cambiarios.
    Cuando Meyer, asumió la conducción de la secretaría
    de Turismo a comienzos de agosto de 2003 recibió una directiva precisa
    del presidente Néstor Kirchner: hacer del turismo una política
    de Estado en la Argentina.
    En el céntrico piso veinte 20 donde funciona el organismo se respira
    un ambiente de intensa actividad. No es para menos: desde la crisis de 2001,
    y en gran parte gracias a la devaluación del peso respecto del dólar,
    el sector turístico argentino ha experimentado un increíble
    crecimiento, cuyos ingresos anuales superaron en 2003 incluso a las semillas
    y frutos oleaginosos exportados por nuestro país.
    La última Semana Santa, sólo a la ciudad de Buenos Aires llegaron
    alrededor de 200.000 turistas, 25% más que el año pasado,
    que gastaron US$ 115 millones, de los cuales 83 millones fueron desembolsados
    por extranjeros. Con estas cifras como marco de referencia, no debería
    resultar extraño que también Meyer, quien durante 12 años
    se desempeñó al frente de la subsecretaría de Turismo
    de Santa Cruz, transmitiera optimismo.
    ¿Qué balance hace del sector en estos dos años después
    de la devaluación?

    Las perspectivas son muy alentadoras. En 2003 llegaron a la Argentina un
    total de casi 3.400.000 turistas internacionales, lo que refleja un aumento
    de 20% con respecto a 2002. En términos económicos, el año
    pasado el turismo internacional generó ingresos por US$ 2.037 millones,
    contra US$ 1.476 millones en 2002. Si analizamos el crecimiento de la llegada
    de turistas extranjeros desde 1990, nos da un tasa compuesta anual de 5%,
    lo que obviamente abre muchísimas posibilidades y no solamente para
    el turismo, sino para toda la economía.
    ¿A qué porcentaje del PBI aspiran llegar?
    El turismo actualmente representa 7% de nuestra economía. La aspiración
    de mínima para estos cuatro años es llegar a 11%, un objetivo
    ambicioso si consideramos que en España el turismo representa 12%
    de la economía, pero también viable con el crecimiento que
    estamos presenciando.
    ¿Ya tienen cifras de la temporada estival 2004?
    El crecimiento global de la temporada, tomando en cuenta el período
    que va desde el 15 de diciembre hasta el 29 de febrero, ha sido de 8,7%
    con respecto al verano anterior. Durante este período, se registraron
    aproximadamente 16.713.000 arribos contra los 15.376.000 durante igual lapso
    de la temporada 2003.
    ¿Cómo se están preparando para la temporada de invierno?
    Vamos a promocionar de manera muy fuerte el producto nieve, junto con la
    Cámara de Centros de Esquí y los municipios involucarados.
    Se trata de un proyecto innovador en conjunto con la actividad privada que
    apunta al turismo interno, por medio de una campaña en los principales
    shopping centers, y también a toda la región, con acciones
    muy fuertes en Brasil y en Chile. Es importante destacar la colaboración
    con la Secretaria de Industria, que nos ha ayudado mucho con las habilitaciones
    para modernizar los centros. En seis horas hemos logrado la habilitación
    de equipos pisanieve, medios de elevación y otras máquinas,
    que son muy importantes y que no se fabrican en el país.
    ¿Hay posibilidades de establecer marcos de cooperación
    con países de la región, como hacen Nueva Zelanda y Australia?
    Estamos dando los primeros pasos hacia una mayor complementación
    con Brasil, Perú y Chile en acciones precisas que tienen que ver
    con la difusión de los destinos. También es muy importante
    la colaboración en ferias internacionales. En cuanto a Perú,
    estamos tratando de integrar la Argentina al corredor incaico con el objetivo
    de atraer a los millones de turistas que cada año visitan ciudades
    como Cusco o Macchu Pichu. En realidad se trata de un trabajo conjunto de
    los siete países de la región andina.
    Ante la falta de recursos, ¿a qué mecanismos de promoción
    puede recurrir la Argentina?
    Trabajamos un plan de marketing con el gobierno de España para detectar
    y saber qué buscan los españoles, donde la Argentina es un
    boom. En materia de promoción estamos haciendo cosas innovadoras,
    como la exploración de ferias no tradicionales, en las que Argentina
    no participaba. Hace poco estuvimos en la feria de Cataluña, donde
    nuestro stand era siete veces más chico que el de Brasil, aunque
    en términos de consultas la relación fue de siete a uno en
    nuestro favor.
    En la feria de Chicago, organizada por la principal revista de aventuras
    de Estados Unidos, hemos generado mucho interés. Los programas de
    televisión como el Desafío de los Volcanes en la Patagonia
    y eventos como el Rally del Fin del Mundo de la FIVA también son
    muy importantes. En cuanto a la televisión, estamos cerrando un acuerdo
    con una empresa alemana que diariamente y durante un año va a transmitir
    imágenes de Buenos Aires y de Ushuaia en noticieros en catorce canales
    de Europa, ocho de Asia y dos de Estados Unidos.
    ¿A qué obedece el éxito que está teniendo
    la Argentina?

    El comentario de los operadores es que en el exterior hay más tranquilidad
    sobre la Argentina, la sensación de que las cosas están mejor,
    lo que por supuesto atrae a la gente. Además, las mismas agencias
    comentan que uno de las mayores ventajas de nuestro país es la oferta
    amplia, culturalmente más sofisticada y una gran variedad de paisajes,
    para todos los gustos. Esto hace que a los operadores Argentina les cierre
    más como negocio que, por ejemplo, un destino que solamente ofrece
    playa. Además, nos favorece la relativa inestabilidad mundial que
    afecta a otros destinos similares a la Argentina en términos de distancias.
    Debemos aprovechar este momento para dejar de ser un país con turistas
    y transformarnos en un país turístico.
    ¿Qué proyectos de infraestructura se están evaluando
    para mejorar la competitividad de nuestra oferta turística?
    Se está trabajando sobre todo para mejorar la accesibilidad y
    las comunicaciones, para que también zonas que ahora están
    rezagadas se incorporen al circuito turístico. En este sentido, tenemos
    una relación muy estrecha con Vialidad Nacional y la Secretaría
    de Obras Públicas. Ejemplos de ello son la ruta entre Gualeguaychú
    y Paso de los Libres, que es muy importante porque acerca a Corrientes y
    a las Misiones Jesuíticas, y la pavimentación de la Ruta Nacional
    40, entre Mendoza y Neuquén.
    Otra iniciativa para resaltar es la gestión de una línea de
    crédito de US$ 30 millones del Banco Interamericano de Desarrollo,
    que nos permitirá reforzar la infraestructura en la región
    de los grandes lagos y recuperar el importante patrimonio histórico
    de las misiones jesuíticas.
    ¿Cómo es la relación con Aerolíneas Argentinas
    y con las demás empresas aéreas?
    La relación con Aerolíneas Argentina como línea
    de bandera es muy buena. Se está planteando un nuevo marco de promoción
    de los destinos argentinos y se exploran nuevas rutas, como el caso de China,
    que abriría un mercado impresionante. También trabajamos junto
    con otras aerolíneas, gestionando artículos en las revistas
    de a bordo. Por ejemplo, la revista de vuelo de la aerolínea alemana
    Lufthansa este mes tiene a la Argentina como nota de tapa en todos sus vuelos
    internacionales, que no por casualidad se titula "Adiós Tristeza!".
    ¿Se está trabajando para relanzar otros destinos, que también
    pueden resultar atractivos para el turista?
    Nos preocupa potenciar algunos destinos que llamamos emergentes. Estamos
    trabajando en una prueba piloto junto con el gobierno de Jujuy en el marco
    del Programa de Fortalecimiento y Estímulo a Destinos Turísticos
    Emergentes (PROFODE). Se trata de un trabajo puerta a puerta, en localidades
    como Purmamarca y Tilcara, con programas de capacitación.
    Hablando de micro-emprendimientos, ¿Cómo ve el hecho de que
    tanta gente se esté volcando al turismo, ya sea abriendo una pequeña
    pensión o una agencia de turismo?
    Es clave, tanto el “Bed & Breakfast” como el hotel cinco estrellas
    nos ayudan muchísimo y nos posicionan en el exterior. Recuerdo estar
    conversando en Ushuaia con una agente de viajes cuando llegó un mochilero,
    todo sucio por la travesía, para preguntar por un viaje a la Antártida.
    Ella le explicó un paquete de US$ 4.000 y el muchacho sacó
    una tarjeta dorada y lo pagó en el acto. Esto quiere decir que todos
    los turistas son importantes y gastan. El sólo hecho de que una localidad
    sea mencionada en una guía de turismo internacional a partir de una
    hostería o un B&B es muy importante para la promoción,
    porque el lugar pasa de ser un punto en el mapa a un referencia concreta.
    Hasta ahora el trabajo estadístico lo ha realizado el INDEC, ¿En
    qué consiste la Cuenta Satélite?
    La Cuenta Satélite es una herramienta clave, sugerida por la
    Organización Mundial del Turismo, que permite obtener datos y cifras
    fidedignas sobre toda la actividad turística: a qué viene
    el turista, qué le gusta, cuánto gasta, qué recorre
    y qué no recorre. En noviembre celebramos el convenio con el INDEC
    y a partir de enero empezamos el trabajo estadístico en todos los
    puestos fronterizos y una encuesta hotelera en siete destinos del país.
    Este entrecruzamiento de información precisa nos va a permitir implementar
    políticas más efectivas y en tres o cuatro años tener
    una imagen precisa del sector: cuánto aporta al PBI, cuánto
    trabajo genera, etc.
    ¿En qué medida influye que la Argentina coloque productos
    en el exterior?
    Es muy importante. Lo notamos con las degustaciones de vinos. Salta y Mendoza
    colaboran muchísimo en la difusión de estas actividades. Cuando
    hago hincapié en la necesidad de trabajar en sintonía con
    el sector privado, no me refiero solamente a trabajar con los actores directos,
    sino también con los indirectos.
    ¿Cómo se está posicionando la marca Argentina?
    Ya firmamos un convenio con la Secretaria de Medios para trabajar en este
    tema. Habrá una serie de rondas con organismos públicos y
    privados para tratar de universalizar nuestra imagen de país. Cuando
    uno ve la hoja de la bandera de Canadá existe una relación
    directa con el país. En nuestro caso, se trata de una estrategia
    muy ambiciosa y de largo plazo para posicionarnos internacionalmente.
    ¿Qué consejos le daría a alguien que se vuelca a
    la actividad turística?

    Sea directa o indirectamente, lo más importante es atender bien al
    visitante. Eso permite que el negocio cierre bien no solamente hoy, sino
    también para las futuras generaciones. Un cliente contento vuelve
    y recomienda. El boca a boca es 50% de toda acción de marketing