Pese a que con sus marcas (Huggies®, Kleenex®, Scott®, Kotex® y Plenitud®) abastece a diario de dos centenares de artículos esenciales de higiene y cuidado personal a una cuarta parte de la población mundial en 175 países, la multinacional de origen estadounidense se propone para los próximos 10 años promover el bienestar y proteger el medio ambiente, como lo ha venido haciendo en sus 150 años de existencia.
El compromiso de desafiar los estigmas y defender el progreso de las mujeres en todas partes, con el fin de poder alcanzar un mundo donde todos puedan disfrutar del acceso al agua potable y al saneamiento, había quedado asumido en el Informe Global de Sustentabilidad de 2019.
Pero acaba de ser ratificado por los directivos no obstante la dura prueba que atravesó, como el resto de las empresas, al tener que adaptarse en todo este año a un mercado confinado por la pandemia del coronavirus y a una reconversión acelerada hacia la digitalización.
Las innovaciones fabriles realizadas apuntan a marcar la mayor diferencia. Los esfuerzos se concentran en eliminar el desperdicio, recuperar recursos, proteger los bosques y la biodiversidad, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y consolidar prácticas de gestión del agua en distintas áreas de estrés hídrico.
El desafío de comercializar a distancia y la recesión que traía la economía argentina y las cuarentenas, acentuaron pero no impidieron que el impacto social, las huellas plástica, forestal, de carbono, hídrica e ingredientes y transparencia siguieran ocupando el primer plano en los objetivos planteados para toda la década.
En el orden interno, el 60% de los 1200 empleados que tiene la firma en el país, trabaja en las plantas, con todos los cuidados y protocolos de salud, mientras el 40% restante del personal se encuentra afectado a las oficinas y trabaja en forma remota.
A partir de las restricciones que impuso la cuarentena, la firma desarrolló programas con los recursos humanos que procuran balancear la vida personal con laboral. El que se halla en ejecución actualmente es el denominado “Golden rules”.
Entre sus acciones hacia adentro, se destaca la ayuda que brinda para construir carreras profesionales mediante equipos de colaboración que desafían los límites, generan experiencias, así como un sinfín de oportunidades para trabajar con algunas de las marcas líderes del mundo.
Kimberley Clark vivió momentos de esplendor, como en 1995, cuando superó los US$ 4.300 millones en ventas y los US$ 1.160 millones en exportaciones, o inversiones en el país que superaron los US$ 600 millones en lo que va del siglo.
Y también tiempos difíciles, como cuando cerró una planta de papel en Bernal el año pasado, pero nunca perdió el norte de su propósito social: “El éxito futuro no comprende únicamente a la ganancia financiera, más bien depende de la empatía que generemos con nuestro entorno y de construir relaciones que tengan un impacto positivo a largo plazo”, redondeó Roberto Bellatti, country manager de Argentina, Uruguay y Paraguay durante la entrevista concedida a Mercado.
“Promovemos el bienestar de 1.000 millones de personas en comunidades vulnerables, se trata de un objetivo ambicioso y que requiere cambios significativos de nuestros esfuerzos anteriores. Sabemos que, para mejorar vidas, es necesario romper barreras y continuar dirigiendo nuestras marcas y productos a un propósito común”, enfatizó.
Nuevas realidades
–En el actual contexto, ¿tiene sentido gestionar la empresa con las ideas, métodos y teorías vigentes hasta marzo pasado? ¿O hay que repensar todo?
–Es necesario adaptarse a las nuevas realidades, en las que lo digital aceleró su avance en todo sentido, tanto pensando en lo comercial como en nuestro trabajo de todos los días. En un contexto como el actual, es importante comprender que hay que fortalecer los canales de ventas digitales como hemos hecho con nuestro partner comercial a través de Mercado Libre.
También, hemos asistido a las pañaleras de barrio ayudándolas a crear sus propios comercios digitales para que puedan ser parte de esta evolución. Trabajamos con pañaleras en Capital y Gran Buenos Aires, conectándolos especialmente con PedidosYa a fin de que tuvieran una alternativa segura para vender sus productos a pesar de la cuarentena. También con pañaleras del interior del país, que recibieron nuestro soporte junto a TiendaNube en el desarrollo y formalización de su canal de ventas online, con un modelo de tienda digital unificado con el que pueden operar con su propio sitio.
Además, otra de nuestras apuestas este año fue el lanzamiento de nuestra nueva plataforma Más Abrazos para seguir acompañando a las familias, con múltiples herramientas que permiten por ejemplo organizar un baby shower y también cuenta con contenido sobre cada etapa del embarazo y el crecimiento de los bebés.
–¿Y cómo sigue?
–De cara al futuro será fundamental seguir fortaleciendo la adaptabilidad que hemos tenido estos meses, para seguir acercándonos a nuestros consumidores de manera segura, confiable y a la vez de forma flexible a las realidades que se presenten.
A nivel interno, contamos con la ventaja de que tenemos una cultura flexible con apertura al cambio, entonces logramos implementar rápidamente una serie de iniciativas para no perder nuestro trabajo en equipo aun a la distancia, con herramientas para seguir conectados, pero sobre todo con una actitud positiva de todo K–C Argentina que valoro mucho.
–En su empresa hubo siempre una práctica acorde con los criterios de responsabilidad social y sustentabilidad. ¿Esa línea, puede sufrir el efecto económico de la pandemia –con pérdida de ventas y utilidades– y en consecuencia eliminar parte de los programas vigentes?
–Estamos viviendo momentos sin precedentes en todo el mundo y pensar en el futuro de las próximas generaciones nunca ha sido tan importante. Durante casi 150 años, Kimberly–Clark ha sido impulsada por la misión de liderar el mundo en lo esencial para una vida mejor. Esta misma visión es lo que nos impulsa hoy a buscar respuestas a nuestros desafíos futuros.
Creemos que los próximos 10 años serán decisivos para nuestro negocio y debemos siempre seguir reflexionando sobre los impactos de nuestros productos en el medio ambiente. Por eso, presentamos la Estrategia de Sustentabilidad 2030, que fortalece nuestros objetivos con estos criterios que buscan contribuir al bienestar de millones de personas en situación de vulnerabilidad en todo el mundo, a través de siete pilares concretos: Impacto Social, Huella Plástica, Huella Forestal, Huella de Carbono, Huella Hídrica e Ingredientes y Transparencia.
Este trabajo, mirando el mediano y largo plazo, se complementó con un fortalecimiento de nuestros programas de ayuda en las comunidades de las que formamos parte, que durante 2020 fue fundamental para contribuir a los esfuerzos para mitigar los efectos de la pandemia. Nuestra estrategia en este sentido es trabajar con entidades como la Cruz Roja, Unicef, Banco de Alimentos y la Universidad Austral para contribuir desde nuestro lugar al trabajo tan importante que realizan estas entidades.
Entrega de valor
–En los años 70, Milton Friedman decía que el único objetivo de la empresa era dar ganancia a los accionistas. El año pasado Business Round Table declaró que la prioridad eran los stakeholders, clientes, empleados, cadena de valor, sociedad en la que se opera. ¿Con cuál de estas posiciones coinciden usted y su empresa?
–Hay que entender que la forma en la que gestionamos nuestros negocios está cambiando. No solo para seguir siendo competitivos sino principalmente para entregar valor en todo lo que hacemos. Por eso, cada uno de nuestros grupos de interés es esencial y en Kimberly–Clark queremos agregarle valor a cada uno ellos, porque estamos convencidos de que el éxito futuro no comprende únicamente a la ganancia financiera, más bien depende de la empatía que generemos con nuestro entorno y de construir relaciones que tengan un impacto positivo a largo plazo.
Como actores sociales, estamos comprometidos y llevamos nuestra misión de mejorar la calidad de vida de las personas como estandarte, y esto se traduce en nuestro accionar para con nuestros colaboradores, clientes y consumidores, comunidades en las que formamos parte y toda nuestra cadena de valor.
¿Qué se ha hecho en los últimos meses por el personal, parte del cual se orientó al teletrabajo, y otra parte siguió con la actividad presencial?
–Somos aproximadamente 1200 colaboradores de los cuales el 60% trabaja en las plantas, y continúa operando con todos los cuidados y protocolos de salud necesarios para asegurar que nuestros productos esenciales lleguen a las familias. El 40% restante que se desempeña en oficinas hoy lo sigue haciendo de forma remota, incluso desde antes de que se dictaran las medidas de aislamiento preventivo en el país.
Algunas de las acciones que llevamos adelante tienen que ver con entregar las sillas ergonómicas, ya que por lo general las que tenemos en nuestras casas no están acondicionadas para estar sentado tantas horas, y la mala postura en el largo plazo afecta a la salud, complementando la posibilidad de que cada colaborador disponga de un monto para comprar elementos de trabajo como auriculares o un teclado.
Pero, sobre todo, nos adaptamos teniendo en cuenta el aspecto emocional de nuestros colaboradores, alentando a nuestros empleados a respetar los tiempos de cada uno, como la hora de almuerzo, no organizar reuniones después de las 17 y de esta forma que puedan cuidar ese espacio íntimo y personal en sus casas.
Este tipo de acuerdos los agrupamos en normas de convivencias que llamamos “Golden rules”, buscando preservar lo mejor posible el balance entre la vida personal y laboral en este momento tan delicado. Al contar con una cultura flexible, trabajar desde casa significó una transición más fácil a esta modalidad 100% a distancia.
–Estas nuevas circunstancias, ¿imponen nuevas reglas a la elección de productos a elaborar o a las normas productivas?
–Innovamos de forma continua, buscando ofrecer a los consumidores los productos esenciales que necesitan, por eso, previo a la pandemia, ya era algo que hacíamos y estas circunstancias lo que hicieron fue poner a prueba este pilar de trabajo para encontrar soluciones innovadoras con mayor agilidad. La consolidación del e-commerce y la cercanía que pudimos mantener con los consumidores marcan que logramos estar a la altura del desafío.
Y a nivel producto mantuvimos este espíritu innovador, ya que este año, aún con la pandemia, lanzamos desde nuestra marca Huggies los nuevos pañales con la tecnología exclusiva Xtra–Flex, inspirados en los movimientos naturales de los bebés, con canales en forma de X y un diseño pensado para acompañar todas las etapas del desarrollo de los más chicos, ayudándolos a que puedan desplazarse con mayor libertad.
La novedad del Xtra–Flex no tiene precedentes en el mercado, y se suma a otros productos disruptivos que hemos desarrollado, como las toallitas húmedas Óleo Calcáreo, un producto pensando especialmente para el mercado argentino que lanzamos el año pasado.
–¿Cómo avizora usted que será la nueva normalidad en el funcionamiento de las empresas?
–Este año, la pandemia por el COVID–19 ha desafiado a todas las industrias, no solo a nivel local, sino también mundialmente. Aún no sabemos qué situación tendremos luego de este atípico año, por ello, es difícil saber qué es lo que va a suceder, pero creo que como argentinos tenemos la habilidad de adaptarnos de forma rápida y seguir adelante sin bajar los brazos. La clave está en confiar en que la situación mejorará y que lo más importante ahora es seguir cuidándonos y superar el contexto entre todos, porque cuando como sociedad nos unimos suceden cosas increíbles.