IRAM, claves para un desarrollo sostenible

    Por Nahuel Lezcano


    Guillermo Curi

    “La certificación es la demostración objetiva de conformidad con normas de calidad, seguridad, eficiencia, desempeño, gestión de las organizaciones y buenas prácticas de manufactura y comerciales”, aboga desde su página web el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), líder absoluto en su segmento. Una cita nada despreciable. Su puesta en práctica, aunque no siempre sea obligatoria, otorga beneficios comprobados y comprobables. Por ejemplo, las normas ISO –las más generalizadas– son normativas internacionales que buscan la optimización de los procesos empresariales. Como tales, no solo ayudan a las empresas externamente, como óptima “carta de presentación”, sino a tornar más eficaces y eficientes sus procesos internos.
    Para ahondar sobre desafíos y tendencias del universo de la certificación, Mercado consultó a Guillermo Curi, director de Certificación de IRAM, quien brindó un panorama detallado y profundo del sector en la Argentina y el mundo.

    Las ventajas de certificar
    “Las empresas con o sin fines de lucro, privadas y estatales deben cumplir ciertas normas entre las que se encuentran la ISO (International Standarization Organization) 9000: 2015 o sus adopciones nacionales como la IRAM/ISO 9001: 2015”, destaca Curi como punto de partida.
    Pero no todo es exigencia. De acuerdo al ejecutivo, la implementación de Sistemas de Gestión de Calidad (SGC) puede brindar a las compañías beneficios tangibles e intangibles. “La implementación y certificación de un Sistema de Gestión de Calidad (SGC) aporta un beneficio inmediato de imagen ante los clientes, ya que coloca sus expectativas en primer lugar y, por lo tanto, funciona como una herramienta de fidelización muy poderosa. Al mismo tiempo, genera beneficios tangibles (económicos), dado que enfoca la gestión de la organización en la implementación de planes que impulsan la mejora de sus productos, tanto de bienes como de servicios. Otra cuestión muy importante –resalta el ejecutivo– es que los beneficios de implementar un Sistema de Gestión (SG) no se acotan solamente a los Sistemas de Gestión de Calidad. En la actualidad, existen otros SG (ambiental, energía, salud y seguridad en el trabajo, antisoborno, seguridad informática, etc.) que también reportan ventajas tangibles e intangibles para las empresas que los implementan y certifican”.
    Dentro del universo de SG se destacan las normas más conocidas y tradicionales: las ISO, que pueden ser clasificadas entre regionales, nacionales –por ejemplo, una norma IRAM–, de asociación –como son las normas ASME, de la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos–, o incluso de especificación técnica.
    Curi destaca que, en el mundo altamente diversificado, hay normas que han ido ganando terreno. Algunas de ellas son las de calidad con “la continuidad de la ISO 9001:2015; las ambientales; las de salud y seguridad en el trabajo, con la nueva ISO 4001:2018, y un lento pero constante crecimiento de otras normas de SG como gestión de energía; de seguridad informática; de servicios de IT, entre otras”.
    Un cambio significativo que se produjo en los últimos años fue el aumento de certificación de normas vinculadas a la sustentabilidad y a la Responsabilidad Social Empresaria (RSE). En este sentido, el director de Certificación explica que “si bien la RSE (ISO 26000) no es ‘certificable’, puesto que no fue concebida para que una tercera parte verifique los requisitos, se observa sin embargo que más empresas deciden su implementación. Al mismo tiempo están en crecimiento algunas de las normas de SG orientadas a la sustentabilidad de las organizaciones, como la ISO 10600, que hace foco en compliance y la ISO 22301 sobre la gestión de la continuidad del negocio que, si bien tampoco son ‘certificables’, sirven como guías de las que disponen las organizaciones para completar el enfoque de su SG”.

    Argentina: con mucho por crecer
    Siguiendo el análisis a escala global sobre los cambios y tendencias que se producen en materia de certificación, Curi indica que “en la actualidad la ISO 9001 sigue siendo la norma más difundida y que, a pesar de que el contexto económico no ha ayudado a invertir en este desarrollo, se ha observado un grado de migración muy elevado –alrededor del 95%–. Sin embargo, cabe señalar que, dado el relativamente bajo nivel de penetración e implementación de este documento a escala local, hay gran potencial para crecer, a diferencia de lo que sucede en los países desarrollados, donde su implementación es prácticamente la regla para la mayoría de las industrias”.
    Tal como señala Curi, en grado comparativo, los países que están a la vanguardia en materia de certificación son tradicionalmente Japón, Alemania, Corea del Sur, Estados Unidos, Canadá y otros países del primer mundo. Regionalmente, América latina ha tenido, y continúa teniendo, un desarrollo notable, aunque todavía mantiene distancia respecto de los países citados. “En la región, Argentina lidera, junto con Colombia y Brasil, y una muestra de ello es que IRAM participa en numerosos organismos de estudio de la ISO, en los que se discuten los requisitos de las normas con países de todas las regiones del mundo”.

    Certificación en tiempos de crisis
    Teniendo en cuenta la actualidad de la economía local, con un escenario de coyuntura crítica, puede esperarse como resultado una merma en la toma de decisiones por parte de los empresarios para invertir en estos procesos de certificación, que en general son largos y complejos, aunque tengan potencialidad a futuro.
    “Este escenario impacta porque la implementación y mantenimiento de un SG suponen recursos que si bien son recuperados con creces, en algunos casos no se produce de forma inmediata –explica el director de Iram–. No obstante, es importante que los decisores adviertan que los procesos de certificación son inversiones que posibilitan a las organizaciones generar confianza en los consumidores, aumentar las oportunidades de negocio y acceder a nuevos mercados”, explica.
    En este contexto adverso se requiere de un componente fundamental y necesario: la política pública activa que, mediante regulaciones, normativas y exigencias debería estimular a las compañías a avanzar en el camino de la calidad y la mejora continua. “En nuestro país, a través del Ministerio de Producción, se han otorgado estímulos importantes para el desarrollo de la calidad y nos consta que han sido muy exitosos. El Estado puede, a través de regulaciones, favorecer la implementación de SG que beneficie no solo a la empresa que los lleva a cabo, sino también al Estado y a la sociedad. Como ejemplo de esto podemos citar las acciones realizadas por el ex Ministerio de Energía, que oportunamente posibilitaron que las empresas con alto consumo energético, que tuvieran un SG de la energía implementado, pudieran acceder a tarifas más convenientes”, ejemplifica Curi.
    Un tema de gran actualidad es la mayor demanda que tiene la sociedad sobre temas de transparencia, conducta ética, mejores prácticas laborales, minimización del impacto ambiental e incluso contribución positiva a la calidad de vida de la población. Ahora bien, es interesante plantear si la sociedad percibe los procesos de certificaciones de calidad y si los considera como indicadores de “buena conducta corporativa”. Al respecto, Curi observa que “por el momento, no es un decisor de compra para la mayoría de los usuarios individuales en productos de consumo. Sin embargo, en ámbitos B2B puede tratarse de requisitos o bien de elementos que son altamente competitivos, y por lo tanto, marcar la diferencia entre que un cliente corporativo compre los productos o servicios de una empresa o bien elija la competencia”.

    Presente y futuro
    Teniendo en cuenta que IRAM es la empresa líder en certificaciones y controles de calidad en nuestro país, a modo de conclusión, Guillermo Curi realiza un balance de lo sucedido en el último año y destaca que lo más relevante durante 2018, en cuanto a certificación de SG, fue la finalización del período de transición de las normas ISO 9001:2015 e ISO 14001: 2015.
    Al mismo tiempo, se observaron varias empresas que han certificado SG de seguridad vial con la IRAM 3810 o con la ISO 39001 en virtud de que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte –CNRT– ha implementado una resolución que en el ámbito de AMBA obliga a las empresas de micros de media y larga distancia certificar este tipo de SG.
    Con miras al futuro, el director de Certificación de IRAM destaca que “para los próximos años, además de continuar con la difusión y certificación de los SG tradicionales, se realizarán acciones para alentar la certificación de las normas relacionadas con la gestión de la energía, la seguridad de la información y la seguridad vial”.

    Geolocalización de los sistemas de gestión y la mejora continua

    Dentro de las organizaciones, la implementación de los sistemas de gestión normativos y los distintos métodos de mejora continúan marcando el rumbo de las mejores prácticas de mercado en términos de cultura de calidad. Todo esto sin perder de vista la propia cultura de la organización y la visión de sus líderes.

    Por Maximiliano Giménez

    En cuanto a los sistemas de gestión normativos, el crecimiento a escala mundial, en términos generales es moderado. Algunos modelos, sobre todo los de publicación más cercana (como ISO 50001 Gestión de Eficiencia Energética e ISO 39001 Gestión de Seguridad Vial) presentan un crecimiento significativo. Otros sistemas reflejan un proceso de estancamiento pese a las actualizaciones que se han realizado recientemente (como puede ser ISO 9001 Gestión de Calidad e ISO 14001 Gestión del Medio Ambiente).
    En nuestro país, la cantidad de certificados tanto de lSO 9001 e ISO 14001 se mantiene estables en promedio con tendencia negativa. Seguramente está tendencia se mantenga o incluso aumente para el presente período y el siguiente debido a la coyuntura económica del país en general y de las organizaciones (sobre todo pymes) en particular.
    Otros estándares, como ISO 50001 e ISO 39001, reflejan tendencia positiva en cuanto a los certificados emitidos, pero debido a ser de publicación más reciente, todavía no cuentan con porción de mercado significativa.
    Sistemas de gestión con menor cantidad de certificados, como los casos de ISO 13485 (Dispositivos Médicos), ISO 31001 (Gestión del Riesgo) e ISO 27001 (Seguridad de la Información), no lograron generar en las organizaciones el impacto y repercusión esperada.
    Respecto al potencial de crecimiento, tanto la Gestión de la Innovación como la Gestión del Gobierno Corporativo y Gestión Anti Soborno deberían ser los próximos estándares con impacto positivo en las organizaciones.
    Respecto a los proyectos de mejora continua, existe un crecimiento de las organizaciones que trabajan con metodologías de mejora o en mejora de procesos. Muchas veces esta iniciativa viene dada por directiva o lineamentos internos o simplemente por la necesidad de mejorar la gestión y los resultados empujados por el mercado, la competencia o la propia cultura de la empresa.
    En este sentido, las nuevas tendencias apuntan hacia proyectos LEAN e implementación de metodologías ágiles–scrum, apalancados fuertemente la gestión del cambio.