Guerra intergeneracional en una lenta ebullición


    Alexandria Ocasio Cortés

    Es la guerra entre las generaciones, agitada por el nuevo populismo que pone al joven contra el viejo en una forma mucho más explícita y agresiva que antes. El tema se debate ahora en la Sala de Representantes de Estados Unidos a raíz de un proyecto de ley presentado por Alexandria Ocasio-Cortez donde señala la obligación del Gobierno Federal de crear un Green New Deal.
    Cabe recordar que el New Deal (o Nuevo Acuerdo) fue una serie de programas y proyectos implementados durante la Gran Depresión por el presidente Franklin D. Roosevelt para devolver la prosperidad a la población. Uno de los legados de aquel New Deal fue la Seguridad Social, el primer gran derecho de los norteamericanos de edad avanzada. La Seguridad Social, como tantos otros sistemas de jubilaciones y pensiones en otros países, es financiada por los trabajadores de hoy que pagan las pensiones de los jubilados en el entendimiento que las futuras generaciones harán lo mismo por ellos cuando les toque retirarse. Esto significa que los primeros beneficiados por el Nuevo Acuerdo pagaron muy poco a cambio de una pensión aceptable. En realidad, la forma en que funciona este financiamiento significa que cada generación sucesiva obtiene menos a cambio de lo que aportó.
    En realidad, el proyecto de un Nuevo Acuerdo Verde (Green New Deal) no es nuevo. Fue mencionado por primera vez en 2007 por Thomas Friedman en el New York Times donde decía que el mundo sólo será verde cuando cambie la naturaleza de la red eléctrica o abandone el carbón y el petróleo.
    Esta idea fue luego tomada por lo que se llamó el Green New Deal Group (GND), que publicó su primer informe en julio de 2008.

    Más que el medio ambiente
    Hoy, el movimiento del GND en Estados Unidos no solo intenta preservar el medio ambiente para las futuras generaciones sino que busca garantías para ofrecer empleos bien pagos, generosa protección médica y parental, vacaciones pagas, educación de calidad, salud, vivienda a precios accesibles y otros beneficios a los jóvenes más que a los viejos. La idea es generar derechos y privilegios explícitamente para las generaciones jóvenes de norteamericanos. En eso consiste el proyecto que acaba de presentar Alexandria Ocasio-Cortez, la diputada demócrata de 29 años por el distrito de Nueva York.
    Luego de años de derechos y privilegios orientados hacia las personas de edad, el trabajo es un manifiesto económico que propone dedicar más recursos a los jóvenes. Si se adopta, una persona de 18 años entrará a la edad adulta con mucho más apoyo público para su educación, su trabajo y su salud que las generaciones anteriores. Esto tiene consecuencias para toda la sociedad, incluidos aquellos que ya se graduaron aao tienen un buen empleo.
    El patrón, entonces, es el siguiente. En el pasado, los jóvenes estadounidenses pagaban impuestos que iban a los ciudadanos más viejos porque estaban conformes con la promesa de beneficios similares algún día para ellos mismos. Mientras tanto, los mayores usaban su tiempo y dinero para formar poderosos grupos de influencia que representaran sus intereses y convencieran a los legisladores de destinar más dinero para sus causas. Si Ocasio-Cortez es una buena representación, los millennials y las generaciones más jóvenes ya no están conformes con este arreglo.
    Es pronto todavía para decir quién ganará esta pelea, pero probablemente quienes estén hoy a punto de jubilarse no vean sus beneficios recortados en el corto plazo. Un resultado más probable sería que se va a revertir la tendencia a ir ampliando los derechos de los mayores.

    Acciones contra el cambio climático

    Dos anuncios recientes de Estados Unidos sugieren que por fin podrían estar ganando impulso las acciones contra el cambio climático. Un grupo formado por 3.333 economistas firmó una declaración abogando por fijarle precios al carbono y aplicar ajustes en las fronteras al contenido de carbono de las importaciones y exportaciones.
    Además, la Casa de Representantes ha introducido el Green New Deal, una propuesta para transformar la economía nacional que incluye el pase a fuentes de energía totalmente renovables y la mejora de todos los edificios –existentes y nuevos– para lograr el máximo de eficiencia energética. El Greeen New Deal fue presentado por un grupo de representantes demócratas liderado por Alexandria Ocasio-Cortez.
    Ambas propuestas son importantes porque Estados Unidos es un actor central en las discusiones del cambio climático global.

    La gran carrera tecnológica

    Refundar la educación para la era de inteligencia artificial

    La Inteligencia Artificial (IA) y las Tecnologías Emergentes (TE) están casi listas para transformar profundamente la sociedad moderna. IA va animar todos los productos y comunicaciones, dotando a todo tipo de objetos la posibilidad de interactuar entre sí y con el mundo que las rodea, recuerda el autor para basar su recomendación educativa.

    Por John R. Allen (*)

    La Brookings Institution es un grupo de estudios con 103 años de antigüedad que realiza investigaciones y educación en economía, cienciaa sociales, política nacional y exterior, gobierno y desarrollo económico global. Su misión declarada es brindar recomendaciones innovadoras y prácticas para avanzar hacia una serie de metas, tales como fortalecer la democracia nacional; fomentar el bienestar económico y social; fomentar la seguridad y las oportunidades para toda la población y asegurar un sistema internacional abierto, seguro, próspero y cooperativo.
    Tanto la IA como las TE tendrán un impacto, especialmente en el área económica, que será cada vez más aparente. El control sobre I&D de IA será cada vez más vital y los ganadores de la nueva era serán los países y compañías que puedan crear los algoritmos más poderosos, reunir la mayor cantidad de talento, recolectar la mayor cantidad de datos y contar con la computación más poderosa. Ésa es la próxima gran carrera tecnológica de nuestra generación y es mucho lo que está en juego, especialmente para Estados Unidos.
    Si la sociedad estadounidense va a embarcarse en los profundos cambios sociales y políticos que estas tecnologías van a introducir, entonces es la educación y la capacitación que brinda a la juventud y a los trabajadores lo que va a alimentar los motores de la IA del futuro y, por ende, el éxito geopolítico.
    Salud, educación, agricultura, energía, finanzas y seguridad nacional. Todo eso va a ser modificado en alguna medida por IA, pero el sector educación será el eje alrededor del cual gire el futuro de Estados Unidos. Éste es un tema de alcance nacional.
    La forma en que usemos la educación para preparar a los líderes de la próxima generación determinará si el país retiene su liderazgo en el nuevo entorno digital. Sin una población con la educación necesaria EE.UU. se irá quedando atrás con respecto a otros estados. Un futuro en el que EE.UU. quede segundo en la carrera por la tecnología IA crearía una situación de inferioridad tecnológica y subordinación estratégica nacional.
    La necesidad de adaptación es grande y para que este sistema sea aceptado totalmente debe adoptar la forma de una gran estrategia nacional para la educación en la era digital que contemple los recursos necesarios para capacitar a generaciones enteras de maestros y profesores para que sean relevantes en el siglo 21 y más allá.
    Estados Unidos debe preservar a toda costa su posición de predominio en IA, big data y súper computación, algo que sólo puede lograr si cuenta con una población excelentemente educada de donde salga una fuerza laboral que responda a las necesidades. Pero lo más importante de todo, deberá contar con líderes que entiendan esos temas y tengan la voluntad política para desarrollar un plan amplio que reoriente los esfuerzos educativos nacionales.
    Al pensar en la esencia de la estrategia de educación nacional norteamericana para la era digital, surgen varias preguntas importantes sobre la forma en que debemos concebir la educación y desarrollar la próxima generación de líderes:

    1. ¿Cuáles serán las implicancias de la forma en que educamos, capacitamos y desarrollamos maestros y profesores?
    Una conversación sobre el impacto de IA en la educación nos lleva directamente a quienes facilitan el proceso en nuestras escuelas. El término mismo “maestra/o” podría ser insuficiente para captar adecuadamente el rol de este personaje clave en la experiencia educativa. Los requisitos para enseñar y aprender pueden ser reordenados y la dinámica de aprender versus enseñar en un sistema educativo basado en IA será muy diferente.
    Esto planteará cuestiones importantes sobre los requisitos para obtener títulos y certificaciones para enseñar en este nuevo entorno y la necesaria adaptación de la ciencia de la pedagogía a esos cambios. En definitiva la pregunta clave será “¿los maestros de hoy están en condiciones de desarrollar los líderes que necesitaremos mañana? Una pregunta difícil. La respuesta hoy es no.

    2. ¿Cómo será un aula basada en IA?
    Con IA cada aspecto del entorno tradicional de aprendizaje va a tener que ser reformulado.
    ¿El aula seguirá siendo un espacio físico? ¿O será un “espacio” virtual que use tecnologías en red de realidad aumentada o virtual?
    La respuesta a ambas es afirmativa y el estudiante en la experiencia educativa del futuro estará expuesto a una educación digital, de inmersión y por lo tanto inimaginable. El aula distribuida, en red y de realidad virtual es a la vez tremendamente interesante y aterradora por su potencial.
    Hay grandes desafíos para medir el éxito en un proceso educativo basado en IA. Por ejemplo, si los estudiantes se involucran profundamente en los caminos de su propio aprendizaje usando IA, la medición se producirá en todo momento al igual que las correcciones. En el mejor de los casos, sabremos al final de cada uno de los días del estudiante si está cumpliendo con los requerimientos y podremos corregir rápidamente las deficiencias a fin de mantenerlo en el camino correcto; en el peor de los casos, los estudiantes que ya vienen rezagados quedarán definitivamente en la retaguardia por esta nueva realidad basada en IA. En cualquiera de los casos, hay aspectos de tipo ético que considerar con estas tecnologías si queremos ayudar plenamente a la sociedad.

    3. ¿Qué hará este tipo de educación para reducir las inequidades de nuestra sociedad?
    Uno de los aspectos más profundos de la educación en un entorno de IA es que esas tecnologías podrían liberar el potencial y la productividad de un inmenso sector de la sociedad estadounidense y global hasta ahora limitado por su experiencia educativa y la resultante falta de oportunidades. A nivel local los gobiernos, las escuelas y especialmente el sector privado deberán interactuar para crear una sinergia y simbiosis que mejore los procesos educativos.
    A través del espacio digital habilitado por IA, la “oportunidad para todos” podría hacerse realidad para aquellos que antes tenían pocos medios de lograr su propia porción del Sueño Americano. El rasgo profundamente limitante de esas oportunidades se encuentra en Internet y en la penetración de 4G y 5G dentro de Estados Unidos y en la escasez a veces escandalosa de los recursos educativos comprometidos en algunas zonas del país.
    Hay grandes segmentos de Estados Unidos donde los sistemas educativos, y nuestra juventud, tienen acceso limitado o nulo a Internet y a Wi-Fi. Si aspiramos a lograr nuestro potencial digital y a continuar manteniendo nuestro liderazgo en IA y otras tecnologías emergentes es absolutamente esencial que tengamos un programa nacional para llevar Internet y Wi-Fi a todos nuestros ciudadanos y que ayudemos a cerrar las enormes brechas creadas por la inequidad racial y de ingresos en Estados Unidos.
    IA/TE prometen conducirnos a una nueva era en la historia humana, una donde las máquinas que creamos serán más inteligentes, más rápidas y más poderosas que aquellos que las crearon. Esta realidad tiene profundas implicancias para el campo de la educación y trae consecuencias complejas, éticas, legales y sociales que los académicos, políticos y ciudadanos en general deberán afrontar mientras van cambiando todos los aspectos de la sociedad que los rodean. Además, Estados Unidos podría quedar en inferioridad estratégica si no se dedica de lleno a la total reconsideración de la educación en el entorno digital, que incluya una estrategia amplia para reinventar el sistema educativo a nivel nacional.
    Hoy no estamos capacitando a nuestros líderes jóvenes con las herramientas necesarias para que triunfen en la era digital y eso tiene consecuencias preocupantes para el futuro de la sociedad norteamericana. No obstante, así como Estados Unidos perseveró a lo largo de la Guerra Fría gracias a su superioridad tecnológica, espero que el siglo 21 se defina otra vez por el liderazgo estadounidense, con los mejores y más brillantes exponentes de nuestra sociedad llevando la delantera.

    (*) Séptimo presidente de la Brookings Institution, un think tank conservador estadounidense.

    Muy superior al de los ex estados soviéticos

    El monumental colapso económico de Venezuela

    Cuando se compara el colapso económico del país latinoamericano con el de la Unión Soviética, se concluye que éste de ahora es muy superior. El PBI de la nación de la región cayó 54% desde 2013, según el IIF en Washington. En comparación, luego del desmembramiento de la URSS en 1991 el colapso económico fue de 37%, según el mismo organismo.

    En la historia moderna el crac venezolano ocupa el segundo puesto después del desastre de Zimbabwe, cuyo PBI se redujo 74% entre 1998 y 2009.
    Venezuela supo ser uno de los países más ricos de América latina con las más grandes reservas comprobadas de petróleo en todo el mundo. Hoy, la “revolución bolivariana” socialista liderada por Hugo Chávez y luego por su sucesor, Nicolás Maduro, la puso de rodillas con políticas ruinosas y corrupción generalizada que desembocaron en una era de híperinflación, hambre, violencia y enfermedades.
    Venezuela dejó de publicar su PBI oficial en 2016 después de registrar una caída interanual de 16,6% generada por el desplome de los precios del petróleo. Sergi Lanau, economista jefe del IIF, ex economista para Venezuela en el FMI, ha calculado sus cifras sobre la base de mediciones tales como producción petrolera (que cayó 18% el año pasado), producción automotriz (que ha caído prácticamente a cero) y datos de exportación.
    Estima que el PBI cayó otro 15,5% en 2017 y 20% en 2018 y va camino de contraerse otro 10% este año. Sus cifras son algo peores del estimado del FMI.
    La probabilidad de un cambio de régimen creció en las últimas semanas cuando Juan Guaidó, autoridad de la Asamblea Nacional, fue reconocido como legítimo líder interino por una cantidad de países europeos y latinoamericanos.
    Pero sobre la base de la historia de otros colapsos económicos graves Lanau sugiere que a Venezuela le podría llevar más de diez años volver a recuperar el pico de PBI que tenía en 2013 aun si un nuevo régimen pusiera en práctica las políticas correctas.
    A un ex estado soviético medio le llevó 12 años lograr los niveles de PBI anteriores a la crisis. Esta experiencia sugiere que, con seguridad, la recuperación de Venezuela no va a ser rápida. “Donde ha habido semejante destrucción de la capacidad económica la recuperación puede llevar largo tiempo”, dice Lanau.
    La calificadora Fitch dijo en una nota que “el sucesor del (actual) gobierno afrontará enormes desafíos políticos y económicos en los próximos años” mientras intenta reconstruir instituciones, combatir la híperinflación, revivir el sector petrolero y reducir la criminalidad.

    Viaje en la dirección equivocada

    Impacto del Brexit sobre la diplomacia económica

    Gran Bretaña abandonará el club que protege industrias europeas. La separación del país del grupo de 28 países europeos significa que el reino se queda solo para negociar los términos comerciales con todos los países del mundo. Y en temas que hacen a la diplomacia económica, el tamaño hace la fuerza.

    No es lo mismo la Unión Europea negociando términos de intercambio, que Gran Bretaña solita. Deberá elegir entre proteger sus industrias nacionales o reducir los aranceles a cero y lanzarse a la suerte, según opina Ed Conway en el diario The Times.
    ¿Se convertirá nuevamente en una nación de piratas del libre comercio asegurándose términos comerciales ventajosos o terminará acorralada aceptando lo que le ofrezcan socios más poderosos?
    ¿Cómo medirán sus fuerzas en las conversaciones comerciales? Las perspectivas no son alentadoras, dice Conway. Una de las razones por las cuales Gran Bretaña es una de las fuerzas militares y diplomáticas más influyentes del mundo es porque tiene un asiento permanente en el consejo de seguridad de Naciones Unidas.
    Pero una de las razones por las cuales Gran Bretaña tiene peso en asuntos monetarios es porque es miembro permanente del directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional. Estas ventajas institucionales no son todo: ayuda también que es la sexta economía del mundo, el idioma inglés y la presencia en Londres de los principales mercados de capitales. Pero gran parte de la ventaja competitiva es fruto de haber estado del lado correcto desde hace 75 años.
    Pero las negociaciones comerciales son brutales. Allí lo único que importa es tamaño y peso. El tamaño del mercado y su cercanía con los posibles socios comerciales. Y desde ese punto de vista, está viajando en la dirección equivocada.

    Honda levantará en 2022 su planta
    La automotriz japonesa dice que la decisión no tiene nada que ver con el Brexit. Honda anunció su plan de cerrar su planta en Swindon, Inglaterra, con la posible pérdida de por lo menos unos 3.000 empleos. El anuncio, dejó devastados a los trabajadores de la fábrica en el condado de Wiltshire.
    Los representantes de Swindon en el Parlamento, Justin Tomlinson y Robert Buckland dijeron estar “desilusionados y sorprendidos” con la noticia, que se produce seis meses después de que Honda prometiera su apoyo a la planta.
    Un comunicado en nombre del dúo conservador, luego de reunirse con Greg Clark, secretario de negocios de Honda dice: “Honda ha sido bien claro: esta decisión se tomó por las tendencias globales y no tiene relación alguna con el Brexit”. “Honda nos dijo hoy que hará consultas con todo el personal y que no espera que haya ninguna pérdida de empleo ni cambios en la producción hasta 2021”.
    El personal en la ciudad de Swindon –que votó 55% a favor del Brexit en el referéndum de 2016– está indignado con esta novedad.
    Un empleado, que lleva 24 años en la planta y votó Remain (a favor de quedarse en la Unión Europea), dijo a la prensa que la culpa del cierre la tiene el Brexit. Agregó: “Una planta perfectamente viable que operó durante 30 años sin problema alguno, en cuanto llega el Brexit, necesita inversiones”.
    “Personas como Justin Tomlinson, nuestro MP, hicieron campaña por este Brexit. Él quería salir de la Unión Europea y ahora debe hacerse responsable de su error. Y si no es derrotado por amplia mayoría en las próximas elecciones, entonces esta ciudad tiene lo que se merece”.
    Otro de los obreros dijo que el personal no había sido avisado sobre el anuncio. “Estoy devastado. Es todo lo que puedo decir”.
    La compañía emplea unas 3.500 personas en la planta de Swindon que fabrican 160.000 Civics al año, más de 90% de los cuales se exportan a Europa y Estados Unidos.
    La noticia llegó 15 días después de que Nissan comunicara a sus obreros que el X-Trail de próxima generación se fabricará en Japón y no en Sunderland (condado de Tyne and Wear, Inglaterra), como estaba planeado.
    La parlamentaria laborista MP Rachel Reeves, presidente de la comisión para estrategia industrial, dijo que el cierre sería “devastador para Swindon, para los empleos, para la cadena de suministro y para la industria automotriz británica”. Y agregó: “La amenaza del Brexit ya está teniendo un impacto dañino en las decisiones de inversión en Gran Bretaña”.