El capitalismo, ¿quedó obsoleto?

    Así arranca Umair Haque su controvertido planteo sobre la complejidad de las economías, hoy manejadas por el sistema que llamamos “capitalismo”. La complejidad, escala, alcance y riesgo de los problemas actuales se ha convertido en algo tan grande y tan grave que está a años luz de lo que las débiles capacidades del capitalismo pueden manejar. Es como pedirle a un dinosaurio que realice una microscópica cirugía cerebral.
    Edison pudo inventar la bombita eléctrica y luego formar una compañía para venderla. Pero no estamos en 1890 y los desafíos no consisten en reemplazar las velas sino en construir cosas como reactores de fusión enormemente complejos que cuestan muchos miles de millones de dólares y que necesitan décadas de minuciosa cooperación entre las naciones para nada más que ponerlo en marcha. Esto ya es 2020 y lo que está en juego es nuestro futuro, nuestros nietos, el planeta y tal vez la vida tal como la conocemos, dice Haque, autor de The New Capitalist Manifesto.
    El capitalismo ya no puede resolver los problemas de la humanidad y por eso quedó obsoleto. Necesitamos una forma de organizar el esfuerzo humano, la creatividad, la pasión, el tiempo y los sueños. En realidad, el capitalismo es tan obsoleto que se ha vuelto tóxico y apenas nos damos cuenta. Nos está cegando y haciendo creer que los inconvenientes triviales son nuestros mayores problemas.

    Problemas existenciales
    ¿Cuáles son los problemas existenciales que enfrenta la humanidad? Energía limpia y barata; educación para todos los niños del planeta; empleo, ingresos, ahorros y vivienda para todos; salud; reducir la desigualdad rampante; expandir la democracia. La lista sigue, pero con esto basta para vislumbrar la idea: el capitalismo hace que sea más difícil –y no más fácil– resolver todas estas cosas en esta etapa de la historia humana
    Y eso no es solo porque exacerba esos problemas con costos escondidos. Es porque nos crea la ilusión de que está solucionando grandes problemas, cuando en realidad se ocupa de los más triviales.
    Veamos Facebook: los amigos no son un peligro existencial para la humanidad, los hemos tenido desde tiempos inmemoriales. Pero lo amigos falsos sí podrían serlo.
    Pasemos a Amazon: ¿Soluciona un peligro existencial por entregarnos paquetes en horas, minutos y segundos en lugar de al día siguiente? No, a menos que necesitemos un órgano para transplante.
    Ahora Google: personalizar los avisos no es nada comparable a aprender a atarnos los cordones de los zapatos en lo que hace al desarrollo de una especie inteligente, ¿o sí?
    Y Elon Musk: proyecta enviar multimillonarios a Marte para crear una utopía mientras el planeta Tierra se incendia. ¿En serio? ¿Alguna de estas cosas tiene algún sentido?
    El capitalismo es tan obsoleto hoy como ayer lo fue el feudalismo, como lo fue el tribalismo antes de eso y la ley de la jungla antes de todo eso. Es tan incapaz de hacer frente a las amenazas existenciales que enfrentamos hoy como lo es una bicicleta para llevarnos a la luna.
    Ahora, eso no quiere decir que no exista. Seguirá existiendo. La búsqueda de una mejor forma de organizar las posibilidades humanas no tiene por qué ser una operación de suma cero. Necesitamos una manera mejor, no única. Hay formas de elevarnos por encima del capitalismo para manejarlo,limitarlo, guiarlo y orientarlo hacia actividades genuinamente beneficiosas y productivas.
    Veamos algunas.
    Energía limpia y barata en lugar de avisos personalizados. Educar a todos los niños del planeta en lugar de enviar millonarios a Marte. Dirigir la inversión hacia cosas que importan en lugar de forrar los bolsillos de los multimillonarios. Expandir la democracia en lugar de destrozarla con amigos falsos. Y así.
    “Hay ciertos países que no pueden romper su idilio con el capitalismo. Siguen creyendo en un final feliz. Lástima, es como proponer matrimonio a un zombie”, dice Haque.
    Estamos ante una prueba. ¿Somos lo suficientemente inteligentes como para superar las amenazas a nuestra propia supervivencia como especie, como planeta, como familia, árbol, como la misma telaraña de la vida, la única vida que conocemos? Aferrarnos al capitalismo es la manera más segura de fracasar en ésta, la mayor de las pruebas.
    El futuro pertenecerá a las sociedades que puedan ir más allá del capitalismo. ¿Y los que se aferren a él? ¿Qué pasa cuando pedimos a un dinosaurio que realice una cirugía cerebral? Pasa que él termina saciado y uno muerto.