De la misma forma que durante los últimos veinte años una serie de consolidaciones y quiebras transformó la aeronáutica comercial en Estados Unidos y desaparecieron marcas históricas como TWA, Continental o Southwest para dar paso a nuevas, en América del Sur se produjo un proceso similar. En el subcontinente cada país tenía por lo menos una aerolínea nacional. Con la llegada de la globalización desaparecieron muchos de aquellos viejos nombres, como Varig de Brasil o Viasa de Venezuela y surgieron nuevos, como Gol en Brasil.
Esa consolidación ha dejado, hasta el momento, dos súper aerolíneas que se reparten el subcontinente –Avianca en el norte y Latam en el sur– y que compiten en Brasil.
En el año 2009, la colombiana Avianca se fusionó con TACA Airlines de El Salvador. Las dos, junto con sus submarcas, operan ahora usando la marca Avianca bajo la propiedad de Avianca Holdings, que a su vez es una subsidiaria del Synergy Group de Brasil. En 2010, Synergy Group cambió el nombre de OceanAir (su aerolínea operativa en Brasil) por Avianca Brasil.
Latam surge de la fusión en 2012 entre la chilena Lan Airlines y la brasileña Tam. La empresa fusionada es la más grande aerolínea de América latina con 46.000 empleados que operan subsidiarias en la Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú.
Hernán Rincón, CEO de Avianca, está convencido de que en el futuro habrá solo dos, o a lo sumo tres, aerolíneas con alcance latinoamericano, y confía en que Avianca sea una de ellas.
Avianca, con una flota de 173 aviones, opera 6.000 vuelos por semana y es la fuerza dominante en la parte norte de América del sur. Sus principales hubs están en Bogotá, Lima y El Salvador; esta última, base de la extinta Taca, sirve como principal trampolín hacia mercados secundarios y terciarios.
Los países del norte de Sudamérica son un mercado mucho más competitivo que el sur. Eso es porque los principales destinos, como Bogotá o Caracas, están al alcance de aerolíneas provenientes de la costa este de Estados Unidos. Por eso, la competencia en la región proviene no solo del mismo subcontinente sino también de grandes aerolíneas en Estados Unidos y de América Central, como Copa, de Panamá.
El sur de Sudamérica es mucho más remoto, (incluye los mercados de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay) por lo que la competencia en el mercado se da generalmente entre aerolíneas locales. La gran excepción es Brasil.
En esta región reina Latam. Aparte de Brasil, el dominio de Latam es incuestionable. Su moderna flota tiene más de 300 aviones Boeing y Airbus de última generación.
Para Latam, la amenaza más seria es la llegada de aerolíneas low-cost a la región. Por eso cambió su estrategia doméstica de servicio completo para imitar a la competencia bajando el precio de los pasajes. Según los mercados, logró bajar los precios de los pasajes entre 20 y 40% porque su objetivo, según su CEO, no es aumentar participación en el mercado sino conseguir nuevas franjas de clientes para agrandar el mercado.
El caso de Brasil
No solo es el mercado más grande de América del Sur; también es el más competitivo. Allí no hay una sola fuerza dominante. Hay cuatro aerolíneas eficientes y bien financiadas compitiendo por la supremacía. Avianca, representada por su compañía hermana Avianca Brasil; Latam representada por Latam Brasil, que antes de la fusión era Tam Airlines. Gol, con base en Sao Paulo y una flota de 120 Boeing 737, que se ha convertido en los últimos años en una fuerza digna de tenerse en cuenta.
Y finalmente está Azul, una aerolínea que en nueve años ha conseguido más de US$ 50 millones en inversiones de United Airlines y el grupo chino HNA. La fundó David Neeleman, un nombre que también está detrás de Morris Air, WestJet y JetBlue.
Según datos de la Autoridad de Aviación Civil Brasileña, Gol terminó 2016 con un market share de 36%, la más grande participación en el mercado doméstico. Latam Brasil terminó segunda, con 34,7%. Tercera Azul con 17,1% y última Avianca Brasil con 11,5%.
Si aparece una tercera súper línea es muy probable que surja de Brasil. Tanto Gol como Azul muestran deseos de crecer en América del Sur y el nuevo servicio de Azul a Estados Unidos y Europa revela ambiciones que van más allá del continente.