Primer ranking de las empresas sustentables

    Por Carina Martínez

    Cuando en septiembre de 2015 los 193 países integrantes de la Onu acordaron los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), el tema, por supuesto, no era nuevo. Fomentar el desarrollo actual de los países y mejorar la calidad de vida de sus habitantes sin comprometer a las generaciones futuras es el lema que, propios y ajenos a la temática, venimos escuchando desde hace por lo menos una década.

    Sin embargo, y a pesar de esto, falta aún mucho camino por recorrer. En aquel momento, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe advertía sobre los desafíos que la región enfrenta en esta materia. En su informe, Cepal reconoce el crecimiento económico de los países latinoamericanos en los últimos años, que permitió mejoras destacables en las condiciones económicas y sociales de la población. Pero a la vez advierte sobre los efectos adversos en cuanto a contaminación atmosférica en las áreas urbanas y el deterioro importante de los recursos naturales.

    Como artífices destacados del crecimiento y desarrollo de los países, las compañías tienen un rol fundamental en el cauce hacia la senda de la sustentabilidad. Minimizar los impactos sobre el medio, gestionar con eficiencia, ofrecer empleos de calidad, y productos y servicios de primer nivel son los grandes desafíos que enfrentan las empresas en un mundo hipercompetitivo, con consumidores cada vez más infieles e informados. Gobiernos y sociedad en general reclaman ética y gestión sustentable, y las compañías deben, más temprano que tarde, dar cuenta de estas demandas.

    Con esto en mente Mercado, junto a la empresa de estudios de mercado Oh! Panel, puso en marcha una investigación que presenta este mes su primera edición.

    El objetivo es indagar, de acuerdo a la percepción de los ejecutivos, cuáles son las ventajas y barreras que presenta una gestión sustentable, cuál es el arraigo de la sustentabilidad en la cultura empresarial y cuáles son las políticas implementadas y, finalmente, identificar aquellas percibidas como las más sustentables.

    Empresas que sobresalen del resto y mucho aún por hacer fueron las conclusiones centrales de esta primera entrega, de un producto que inicia, en esta edición, una trayectoria que promete enriquecerse año a año.

     

    Ventajas y desafíos

    Una gestión sustentable, principalmente en países como la Argentina, seguramente implicará sortear no pocos desafíos. Sin embargo, quienes investigan en temas de sustentabilidad suelen explayarse sobre los múltiples beneficios que ofrece a quienes se animen a adentrarse de lleno. Ya sea por ahorro de costos, por mejora en la reputación o bien por abrir las puertas, y la inventiva, a nuevos negocios.

    En cuanto a las ventajas que ofrece a las compañías una gestión sustentable, en respuesta múltiple (tres por entrevistado), los ejecutivos identifican, en primer término, el aporte a la competitividad (33%), seguido del incremento de la reputación de la compañía (22%). En tercer lugar, mencionan lo que implica en cuanto al cuidado del medio ambiente (21%) como valor en sí mismo, y en cuarto y quinto señalan el mayor compromiso con la comunidad y la mejora en la gestión de la compañía (ambas con 15%).

    En cuanto a las barreras que debe enfrentar una empresa que busca implementar una gestión sustentable, las respuestas muestran un mix interesante. En primer lugar, se menciona las dificultades para concientizar al personal de la compañía (34%), un tema central a la hora de implementar una política transversal de sustentabilidad. En segundo lugar, se esgrime la falta de información y conocimientos (22%), campo fructífero a trabajar por las instituciones y asociaciones empresariales que pugnan por la gestión sustentable.

    Las otras tres principales barreras, que en conjunto suman nada menos que 47%, se vinculan con la variable económica: 18% menciona los costos asociados a una gestión sustentable, 17% la actual situación económica del país y 12% la falta de presupuesto de la compañía. En este sentido, el escenario recesivo que enfrentan las compañías parece evidenciarse también en este estudio.

     

    Controles moderados

    Consultados sobre si su empresa cuenta con objetivos establecidos y cuantificables en distintos ítems vinculados al impacto en el medio, los ejecutivos mostraron un panorama poco alentador.
    Si bien en cuanto a ahorro de recursos (agua, papel, etc.), reciclado y re-aprovechamiento de materiales, y en cuanto a ahorro energético cuatro de cada tres consultados aseguran que su compañía cuenta con objetivos específicos y cuantificables de impacto, un nada despreciable 36% sostiene que no están contemplados objetivos establecidos en cuanto a manejo de residuos, mientras que un alto 47% asegura que lo mismo sucede en cuanto al control de emisiones.
    Considerando que tanto el manejo de residuos como el control de las emisiones no solo son factores claves en el cuidado del medio ambiente, sino que forman parte del esquema básico de control de los entes reguladores, el dato no deja de sorprender.

    Diversos estudios sobre las temáticas de sustentabilidad han dado cuenta de la centralidad de la existencia de una cultura corporativa que respalde y sea punta de lanza de un proceso de cambio a largo plazo. Al respecto, los ejecutivos encuestados no brindan un escenario demasiado optimista. Solo 55% de ellos considera que la cultura corporativa sustentable se encuentra muy (solo 6%) o algo (49%) arraigada en el empresariado argentino, mientras que 45% considera que lo está poco (38%) o nada (7%).

    Las más sustentables

    Una parte central de esta primera edición del ranking de sustentabilidad que lleva adelante Mercado junto a Oh! Panel lo constituye el listado de las empresas percibidas como “más sustentables” por parte de la muestra de ejecutivos consultados.

    El resultado fue notorio, con cinco empresas que lideran claramente –las cinco con buena reputación en otros estudios sobre la materia– y luego una atomización considerable de otras compañías de jerarquía.

    Para elegir a sus favoritas, los encuestados tuvieron la posibilidad de seleccionar cinco compañías consideradas “las más sustentables”. El sistema ofrecía un nutrido listado de 100 compañías entre las cuales se podía elegir y, además, la posibilidad de escribir el nombre de la empresa a seleccionar, en caso de que no figurara en el listado presentado. Los resultados indican el porcentaje de respondentes que mencionaron cada compañía.

    Tras cosechar la mención de 40% de los ejecutivos consultados, la líder en esta primera edición del Ranking de sustentabilidad fue Natura (40%), una compañía reconocida por doquier por su gestión sustentable, que es en definitiva, la base de su negocio.

    Segunda figura una firma nacional que cuenta con una política de sustentabilidad establecida y rigurosos parámetros de seguimiento, Arcor, con 35%. El podio lo completa otra firma destacada y referente en la materia, Unilever, con 26%.

    En cuarto lugar figura Coca-Cola (22%) y en quinto, muy cerca, Toyota (21%), ambas, también, activas en gestión sustentable.

    En sexta y séptima posición se encuentran Banco Galicia y Tetra Pak, con 15%, en la octava y novena Kimberly-Clark y Tarjeta Naranja, con 12%, y cierra las primeras 10 Osde, con 10%.

    Comentarios finales

    En su primera presentación, el estudio que evalúa el estado de la cuestión en sustentabilidad entre los ejecutivos muestra un escenario que advierte sobre el extenso trabajo que queda por delante.
    En cuanto a la temática de la sustentabilidad propiamente dicha, se destacan las dificultades para conocer y reconocer las potencialidades y la necesidad de una gestión sustentable, y la notable percepción sobre las carencias en cuanto a objetivos claros y medibles.

    El escaso apego a la cultura empresarial sustentable percibido por los ejecutivos consultados es un dato no menor y que muestra, entre otras cuestiones, que el camino abierto hace ya varios años por empresas líderes, avanza lentamente en nuestro país.

    Mención aparte merecen los aspectos económicos. Por un lado, la percepción de que una gestión sustentable implica mayores costos, lo cual en alguna medida se contradice con la percepción de que la principal ventaja de una gestión sustentable es, justamente, el aporte de competitividad.
    Esta percepción de la sustentabilidad como mayor costo redunda, por ejemplo, en que en un contexto de recesión económica, como el que enfrenta el país, el tema pase a un segundo, o tercer plano.

    Con todo lo mucho que queda por aprender y cuanto por trabajar, el camino hacia una gestión sustentable parece ser el único posible para las empresas que pretendan ganarse su “licencia para operar” en una sociedad que pide bastante más que productos y servicios. Quizás sea este el momento de dar el gran salto, o por lo menos, pequeños pasos que alienten el accionar de quienes avanzan sin prisa pero sin pausa.

    Ficha técnica

    El estudio fue llevado adelante por la empresa de investigación de mercado Oh! Panel, bajo la dirección de Gonzalo Peña.

    Se trata de una encuesta por muestreo, destinada a ejecutivos, usuarios de Internet.
    El instrumento de recolección es cuestionario estructurado con preguntas abiertas, cerradas y escalas de opinión de 5 minutos de extensión (media).

    La técnica de recolección es entrevista online, utilizando la plataforma Oh! a bases provistas por Mercado.

    La muestra incluyó 252 casos. 57% hombres. 27% CEO, 18% director, 25% gerente.
    La actividad de campo se desarrolló desde 16 de junio al 05 de julio de 2016.

    Crecimiento sustentable y la economía circular

    La premisa del momento dice que invertir en sustentabilidad crea valor. Pero la realidad muestra infinidad de casos en que esto no es exactamente así. Por eso un estudio realizado por la consultora McKinsey propone agregarle una condición: cuando está bien manejada. Hay empresas que sí logran extraer valor con sus iniciativas de sustentabilidad.

    Precisamente de ellas los investigadores extraen recomendaciones para las demás. Tanto los fabricantes como los comerciantes manifiestan su compromiso con el ambiente y los objetivos sociales de maneras muy diversas. Algunos reducen el material que usan en los envases, otros aseguran condiciones dignas de trabajo en las fábricas y otros más prometen vender productos seguros para la salud y para el ambiente.

    Unilever es uno de los ejemplos más cabales. Tiene un plan detallado de Vida Sustentable y una de sus metas para 2020 es reducir a la mitad el impacto de gases de invernadero de sus productos. Ikea, la fabricante sueca de muebles, ha instalado más de 700.000 paneles solares en sus locales y se ha comprometido a comprar y operar más de 300 turbinas eólicas El plan de sustentabilidad del grupo británico de retail Kingfisher, se propone no solo hacer un uso frugal de los recursos sino recuperar y regenerar el ambiente “devolviendo más de lo que saca”.

    Esos programas son poderosos agentes de cambio, no solo porque hacen coincidir los intereses de la empresa y el consumidor sino porque logran una cultura de innovación en productos y modelos de negocios. Pero hay un gran escepticismo sobre la posibilidad de que esos esfuerzos tengan un impacto en el desempeño financiero en el corto y mediano plazo.

    Una encuesta realizada por tres investigadores de McKinsey en Alemania -Achim Berg, Nils Schlag y Martin Stuchtey- brinda respuestas a dos cuestiones centrales: cómo algunas empresas están creando valor con sus programas de sustentabilidad y qué prácticas les permiten llevar adelante sus programas sin tropiezos y con eficiencia.

    La investigación buscó específicamente ejemplos concretos de cómo las empresas usan sus iniciativas para manejar riesgos, impulsar crecimiento y mejorar retornos sobre el capital. Descubrieron que cuando la sustentabilidad se entreteje en todas las operaciones los beneficios son inmediatos.

    Manejo del riesgo

    Más de 90% de las empresas encuestadas pudieron señalar un riesgo o acontecimiento específico que las llevó a comprometerse con la sustentabilidad. Más de la mitad citaron riesgos de largo plazo: daño a la reputación, problemas regulatorios, riesgos operativos. ¿Cómo son, en la práctica, esos esfuerzos para mitigar riesgos?.

    Dos ejemplos estadounidenses provienen de empresas de golosinas: Mars y Hershey. Para asegurarse el cacao que necesitan en el futuro ambas empresas están invirtiendo en la sustentabilidad de sus proveedores. Mars ayuda a los pequeños agricultores del cacao en Costa de Marfil dándoles semillas y fertilizantes de alta calidad además de capacitación; también invierte en investigación para mejorar la calidad y rendimiento de las plantas de cacao. Hershey envía expertos para que enseñen a los proveedores las mejores prácticas en métodos de cultivo. Su servicio de teléfonos móviles, CocoaLink, les brinda asesoramiento e información sobre el mercado. La compañía también aporta a la educación local y combate el trabajo infantil. Ambas se han fijado como meta tener total sustentabilidad en provisión de cacao para 2020.