Por Carina Martínez
El panorama de las Pyme argentinas no es en principio alentador. De acuerdo a los datos de la Encuesta Cualitativa Industrial mensual realizada por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa entre 250 industrias Pyme del país, la producción de las pequeñas y medianas industrias cayó 4,7% en marzo frente a igual mes de 2014. Con ese resultado, cumple 20 meses de bajas consecutivas, y acumula una caída promedio de 4,5% en el primer trimestre del año frente a igual periodo del año pasado.
Enmarcada en este clima de retracción y relativa incertidumbre propia de las épocas preelectorales, Mercado retoma la investigación sobre clima de inversión en el universo Pyme que realiza junto a San Martín Suárez. El estudio busca dar cuenta del panorama general sobre las expectativas de los empresarios respecto de las inversiones previstas en bienes tangibles e intangibles utilizados en los procesos productivos.
Las inversiones comprenden tanto la renovación o sustitución del equipo ya utilizado, como la expansión y modernización y, como bien sabemos, son un indicador ponderado tanto del humor empresarial como de la actividad económica esperable para un país.
Esta definición de inversiones no incluye los gastos corrientes de mantenimiento (que se agotan en el mismo período en que se realizan), ni las denominadas inversiones financieras (depósitos bancarios, compra de títulos y valores, y demás instrumentos financieros), ni las variaciones de existencias (stocks). Y sí incluye bienes intangibles, como ser licencias, software, patentes, fórmulas, etc.
Como destacado, en esta edición 2015, se incorporó un sondeo sobre las expectativas en cuento a la dotación de personal. ¿Ampliarán las Pyme su staff actual? ¿Mantendrán a sus empleados, o achicarán la nómina de su empresa? ¿Perciben dificultades para conseguir el talento requerido? son algunos de los interrogantes que esta investigación busca dilucidar en la perspectiva de los empresarios Pyme, responsables de casi 80% del empleo en el país.
La recolección de datos y su interpretación estuvieron nuevamente a cargo de la empresa especializada en investigación de mercado Oh! Panel, bajo la dirección de Gonzalo Peña.
Más optimismo Pyme
Si bien el panorama se mantiene similar en términos generales respecto de las ediciones pasadas (2011, 2012 y 2013), con una marcada tendencia a la inversión de bienes tangibles, nacionales, a corto plazo y con recursos propios, algunos datos perfilan una percepción algo diferente.
Para empezar, aunque un nada despreciable 31% de empresarios Pyme entrevistados no tiene pensado invertir en los próximos 12 meses, casi la mitad (48%) sí considera hacerlo. Esto significa 8 puntos porcentuales más que en la última medición, de 2013. 21% de los encuestados, por su parte, declara no haberlo decidido aún.
A este relativo optimismo se suma que, entre quienes sí planean invertir, creció considerablemente el porcentaje de aquellos que estiman desembolsarán aún más que en los 12 meses anteriores: 49% contra el relativamente bajo 32,5% de 2013. Quienes prevén una inversión similar a la realizada el año previo suman 30% (fueron mayoría en 2013, con 41%), mientras que quienes sostienen desembolsarán valores menores suman 23% (contra 26,5 de la medición anterior). En 2012, en tanto, las inversiones previstas habían sido mayores a las del año anterior para 41,1% de la muestra.
Un dato curioso es la disímil percepción de los entrevistados al ser consultados sobre cómo evolucionarán las inversiones en el sector al cual pertenece su empresa. A pesar de que casi la mitad de la muestra confirmó que invertirá en su propia compañía más capital que el año anterior, solo 23% cree que las demás firmas de su sector aumentarán las inversiones respecto de los 12 meses previos (similar al porcentaje registrado en 2012, y notoriamente más alto que el bajo 8,2% de 2013).
O sea, la mayoría (48%) percibe a sus pares en una actitud más cautelosa, y opina que el sector en general mantendrá las inversiones en un porcentaje similar a los 12 meses anteriores. Solo 29% prevé una baja en el desembolso, que contrasta con el altísimo 55,1% que en 2013 preveía una merma de la inversión en su sector; con el 34,7% registrado en 2012, y también con el bajo 9,2 de 2011.
Bienes tangibles nacionales e inversión a corto plazo
Si bien se mantiene la tendencia perfilada en las ediciones anteriores, donde los bienes tangibles, contantes y sonantes, concentran el grueso de las inversiones (47%), es destacable el crecimiento de los intangibles (como licencias, software, patentes, fórmulas, etc.), que llegaron a sumar 23% (representaron solo 7,7 en 2013, y algo más de 8,5 en los dos registros anteriores). A su vez, los empresarios inversores prevén que $30 de cada $100 invertidos tendrá como destino una combinación de ambos tipos de bienes.
El “compre nacional” sigue marcando la tendencia a la hora incorporar bienes, superando en proporción a los importados (56% contra 17%), signados por la restricción al acceso de productos del exterior. Casi uno de cada tres entrevistados, en cambio, asegura que incorporará bienes tanto locales como importados.
La rentabilidad que se cree generarán las inversiones es otro indicador que revela en parte el humor empresarial. Y aquí surge un dato alentador. Este año, los ejecutivos Pyme parecen tener mejores perspectivas en cuanto al rendimiento de sus desembolsos, y más de la mitad (56%) estima que estos le permitirán aumentar la rentabilidad más de 10% anual (contra 39,3 registrado en 2013). En tanto, para 11% de la muestra, la rentabilidad generada será aproximadamente 10% anual y, para 33%, esta no superará dicho porcentaje.
En cuanto a los plazos previstos para los desembolsos, la mitad de los entrevistados que planean invertir dice lo hará entre los próximos seis y 12 meses, porcentaje que escalaba a 65% en la edición 2013 y que superaba 61% en las dos anteriores. 31% calcula, en 2015, que lo hará más allá de 12 meses y 20% en el cortísimo plazo (antes de los seis meses).
La imposibilidad de acceder al crédito que le permita el desarrollo de su negocio es una constante del segmento Pyme y se ve reflejada, y profundizada, en esta medición. La gran mayoría, 70%, asegura que el capital a invertir provendrá de recursos propios (52% en 2013, 50% en 2012 y 60,5 en 2011) y solo 17% prevé el recurso del crédito bancario (13,7% en 2013). En tanto, uno de cada 10, evalúa financiar su inversión a través de sus proveedores y 34% prevé combinar distintas fuentes de financiamiento.
Muy pocos, nuevamente, consideran solicitar a las autoridades de las diferentes escalas de gobierno algún tipo de beneficio o incentivo fiscal para viabilizar inversiones. Algo más de la mitad (53%) confirma que no recurrirá a incentivos o beneficios públicos (49,6% en 2013); 30% está aún evaluando la posibilidad y 17% asegura que solicitará algún tipo de beneficio.
El efecto negativo que la inflación podría tener sobre las inversiones realizadas muestra este año una notable desaceleración. En 2012, 67,2% percibía que la inflación afectaría negativamente la rentabilidad del capital invertido en su empresa, y en 2013 más de siete de cada 10 lo consideraba de esta manera (72,6%). En la medición 2015, en cambio, este porcentaje baja a 59%, mientras que 17% considera que será positivo y 24% no se anima a evaluar el efecto inflacionario sobre las inversiones.
Teniendo en cuenta que las Pyme son responsables de dar empleo a casi 80% de la población ocupada, este año caracterizado por una marcada desaceleración del crecimiento, se han introducido preguntas específicas referidas a RR.HH.
¿Ampliarán las Pyme su dotación de personal? ¿Mantendrán a sus empleados actuales o achicarán la nómina de su empresa? En su primera medición, la mayoría (56%) de los encuestados no prevé realizar cambios en su plantilla en los próximos 12; mientras que 24% y 20% prevé ampliarla y reducirla, respectivamente.
A su vez, quienes planean sumar más empleados a su compañía deberán, por lo visto, enfrentar el desafío de la escasa disponibilidad de capital humano talentoso, ya que seis de cada 10 (62%) de los empresarios consultados afirma tener dificultad para contratar personal capacitado y solo 31% dice lograr captar a quienes necesita.
A pesar de esta percepción de falta de cualificaciones necesarias, solo 26% de la muestra prevé mayor inversión en capacitación para sus empleados, mientras que 50% estima mantenerla a niveles similares a la actual y 24% asegura destinará aún menos capital a este fin.
Otra vez, un alto 83% no tiene planeado utilizar subsidios gubernamentales para la capacitación del personal y solo 10% asegura recurrirá a este recurso.
Datos reveladores
Por Ricardo Proganó*
Los resultados obtenidos en la presente Encuesta de Clima de Inversión constituyen una información particularmente relevante en tanto y en cuanto se refiere a un período atravesado por un cambio de administración a escala nacional. Así, por ejemplo, cabe señalar que, a pesar de encontrarse inmersos en una etapa de estancamiento productivo y elevada capacidad fabril ociosa, 48% de los encuestados afirmó que planea efectuar inversiones en los 12 meses próximos; y que 79% de los mismos contestó que sus respectivas inversiones serán iguales o mayores a las realizadas en los 12 meses previos. La mayoría del resto de las respuestas estuvo, en general, en consonancia con aquellas emitidas en ocasión de encuestas anteriores: la principal fuente de financiamiento de las inversiones continúa siendo los “recursos propios”, y prosigue la escasa utilización prevista de los diversos programas oficiales que proporcionan beneficios e incentivos fiscales.
Finalmente, y ya en materia de recursos humanos, debe subrayarse que dos tercios de los encuestados manifiesta experimentar inconvenientes para contratar personal con el nivel deseado de capacitación (aun en un contexto general de desempleo en alza); en tanto que la mayoría no prevé incrementar su inversión en capacitación ni hace uso de los distintos subsidios gubernamentales orientados a impulsarla (por ejemplo, mediante los programas establecidos al efecto por los Ministerios de Industria y Trabajo de la Nación).
*Ricardo Proganó es director del Departamento de Finanzas Corporativas de San Martín Suárez.
Baja predisposición a los incentivos públicos
El acceso al crédito es sin dudas uno de los pilares que permite a toda empresa crecer, modernizarse y lograr un mejor posicionamiento en el mercado. En la Argentina, la escasez de financiamiento es un lugar común para las Pyme, y un dato que se ve reflejado en el estudio sobre clima de inversión, año a año. Si bien en 2012 el financiamiento con recursos propios logró bajar 10 puntos porcentuales respecto de 2011 (de 60,5% a 50,2%), y se mantuvo en 52% en 2013, en la medición 2015 sube 20 puntos para llegar a 70% de los encuestados.
Este hecho se acompaña de una relativamente baja predisposición de los empresarios Pyme por hacer uso de los beneficios o incentivos fiscales que ofrecen los Gobiernos nacional, provincial y/o municipal.
A pesar de que existen a escala nacional instrumentos específicos de incentivo a las Pyme, como el Fondo Nacional para el Desarrollo y Fortalecimiento de las MiPyMEs o el Régimen de Bonificación de Tasas, la mayoría de los empresarios encuestados han asegurado no hacer uso de ellos.
En 2011 algo más de la mitad de la muestra no consideraba siquiera utilizar alguno de estos recursos disponibles para financiar sus inversiones, porcentaje que bajó algunos puntos en 2012 (44,5%), momento en que aumentó el número de quienes, por lo menos, lo tenían como opción (29%). En 2013, nuevamente, alcanza a la mitad de la muestra y en esta medición 2015 llega a 53%, con 30% de “no sé” y solo 17% de sí.
A la vez, si bien la mayoría (62%) reconoce tener dificultades para encontrar el personal adecuado, 83% de los consultados no tiene pensado hacer uso de alguno de los subsidios públicos específicos que se ofrecen para capacitación de personal, como ser, el Programa de Acceso al Crédito y la Competitividad, Crédito Fiscal para Capacitación o Capacitación Pyme.
Perfil metodológico
A través de Oh! Panel, bajo la dirección de Gonzalo Peña, se llevó a cabo una encuesta por muestreo, que reunió 165 casos efectivos. El universo de consulta estuvo integrado por suscriptores y lectores de Mercado. El instrumento de recolección utilizado fue un cuestionario estructurado con preguntas cerradas y escalas de opinión. La técnica fue una entrevista online, utilizando la plataforma Oh! La actividad de campo se desarrollo en abril de 2015.
El estudio se concentró en estos lineamientos técnico-metodológicos:
• Realización de inversiones en los próximos 12 meses.
• Variación anual de la inversión.
• Tipo de bienes donde se canalizarán las inversiones.
• Rentabilidad estimada que se pretende obtener.
• Origen de los bienes donde se canalizarán las inversiones.
• Plazo de ejecución de las inversiones.
• Financiamiento de las inversiones.
• Impacto de la inflación sobre las inversiones.
• Perspectivas de evolución de las inversiones en la industria.